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Hasta junio de 2024 se calculaba que Israel había lanzado sobre ese territorio cerca de 65 mil toneladas de explosivos, equivalentes a 3 bombas nucleares

El precio de destruir y construir Gaza

Guerra
Gaza. Los misiles utilizados por Israel son en su mayoría de producción nacional, los de mayor alcance son los Jerichó. (EFE)

Cuando se vive un posible alto al fuego, con episodios que todavía ponen piedras en el camino, y se habla de la reconstrucción de Gaza con la dificultad de encontrar finacimientos que permitan hacerlo. La propuesta de Trump de desplazar a los palestinos hacia otros países encuentra en ello su fundamento. Por eso es importante repasar cuánto se ha gastado en el armamento para destruir toda la Franja que resulta un gasto mucho mayor al de la reconsrrución.

Hasta junio de 2024 se calculaba que Israel había lanzado sobre ese territorio cerca de 65 mil toneladas de explosivos, equivalentes a 3 bombas nucleares. En promedio, en los 15 meses que duró la incursión militar se habrían lanzado 300 bombas al día dando un total de 135 000 unidades.

Estas cantidades incluyen solamente lo utilizado en el frente de Gaza, pero durante estos meses Israel también ha bombardeado Líbano (durante ya más de 4 meses), Siria, Iraq y Yemen. Lo que nos lleva a preguntarnos, ¿cuál era la capacidad militar de Israel antes del 7 de octubre de 2023? ¿cuánto ha costado su campaña, en términos económicos, armamentísticos y humanos para alcanzar, según analistas de ese conficto, la construcción del Gran Israel y acabar con el proyecto de un Estado palestino?

El eje fundamental y fundacional del Estado de Israel es el ejército, al que se decidió llamar Fuerzas de Defensa de Israel, para insistir en su acción defensiva y no de agresión, aun cuando al crearse el Estado de Israel en 1948, agrupó a las organizaciones paramilitares en lucha. Las que desde la década de 1920 se formaron para enfrentar a las comunidades árabes que poblaban Palestina y a las autoridades inglesas; tales como la Haganá , el Irgún ( Halrgun HaTzva’i HaLe’umi BeEretz Ysra’el) y el Leji (Lojamei Jerut Israel) que en ese tiempo Estados Unidos y la Gran Bretaña consideraron organizaciones terroristas.

Desde la creación de las FDI se estableció el servicio militar obligatorio, tanto para hombres como para mujeres mayores de 18 años. Actualmente, aunque el ejército de Israel cuenta con 178,000 soldados regulares, puede movilizar hasta 460 mil reservistas, de los cuales ha convocado a 300 mil para la actual ofensiva militar.

El presupuesto anual de las FDI en 2023 fue de alrededor de 23 mil 600 millones de dólares, superando el gasto militar total de Egipto, Irán, Líbano y Jordania juntos. En 2024, Israel ejerció una cifra parecida en el presupuesto de las FDI, que complementan sus acciones con la operación del Mossad, la organización de inteligencia exterior, que también actúa como un grupo paramilitar y cuenta con cerca de 7 mil empleados que operan con un presupuesto anual de 3 mil millones de dólares (BBC, 20/09/24).

Ya en 2016, Israel firmó un acuerdo con el entonces presidente de Estados Unidos, Barak Obama en el cual Estados Unidos se comprometía a darle un paquete de ayuda militar de 38 mil millones de dólares en 10 años (3 mil 800 por año), empezando en 2019. En 2023, además de esa cantidad, Estados Unidos le asignó 500 millones de dólares para reabastecer el sistema de defensa Cúpula de Hierro y 72 mil 500 millones de dólares para la cooperación entre Estados Unidos e Israel en materia de lucha contra drones y túneles. Y todavía, después del ataque del 7 de octubre del 2023, se aprobó un fondo extraordinario de 14 mil millones de dólares (AP, 23/10/24).

Según el Directory of Modern Military Aircraft (WDMMA por sus siglas en inglés), Israel tiene 605 aeronaves activas, entre las que se encuentran 305 aviones de combate, entre ellos los F-15 con alcance de ataque de larga distancia, los F-35 (aviones “furtivos” de alta tecnología que pueden evadir los radares), y el favorito de Israel, el General Dynamics F-16 Fighting Falcon. Cada avión F-15 alcanza un precio aproximado de 360 millones de dólares, mientras que los Falcon rondan los 110 millones de dólares (SlashGear, 14/10/2024).

En 2023, antes de los acontecimientos del 7 de octubre, Washington entregó a Israel miles de bombas antibúnker de los tipos (BLU-113), (BLU-109), (SDBS), (GBU-28), que son guiadas por sistemas GPS para destruir infraestructura. También le entregó bombas de fósforo blanco y bombas inteligentes y 14 mil bombas MK-84 de 2 mil libras, conocidas como bombas tontas, que son especialmente controvertidas pues contienen más de 400 kilogramos de explosivo tritonal, con el que puede penetrar estructuras de hormigón y metal y destruir barrios enteros. Cada una de estas bombas tienen un costo aproximado de 15 mil dólares (DW, 19/07/24).

Los misiles utilizados por Israel son en su mayoría de producción nacional, los de mayor alcance son los Jerichó. (Se utilizaron en el ataque a Yemen, que pudo costar 50 millones de dólares). Para sus sistema de defensa “Cúpula de Hierro” utiliza los misiles “Tamir” cuyo precio está entre los 40 y 50 mil dólares por unidad. En contraste los misiles y cohetes que intercepta, utilizados por Hamas son de mucho menor precio y alcance, algunos de fabricación casera. Los más socorridos son los misiles Qassam, que pueden costar entre 300 y 800 dólares.

En cuanto a las fuerzas Israel por tierra, el tanque insignia es el Merkava, que ha sido utilizado desde la guerra en Líbano en la década de 1980, y su última variante, conocida como Barak. En 2023 Israel contaba con cerca de 2 mil 200 tanques, valorados cada uno en alrededor de 4.5 millones de dólares. También posee los vehículos blindados de transporte de personal llamados Namer, valorados en 3 millones de dólares cada uno, que están equipados con el Sistema de protección activa (APS) Trophy, lo que lo hace uno de los vehículos blindados más protegidos del mundo (El País, 23/10/24).

Pero además de las importaciones de armamento, principalmente estadounidenses y alemanas, Israel se ha convertido en un gran desarrollador de herramientas bélicas. Durante muchos años la empresa estatal Israel Military Industries (IMI), ahora conocida como IMI Systems ya privatizada e integrada a Elbit Systems, ha sido una de las empresas de defensa más importantes de Israel. Fue fundada en 1933, durante el Mandato Británico de Palestina, para abastecer de municiones a la Haganá, la organización paramilitar judía.

Después de la creación del Estado de Israel en 1948, IMI se convirtió en un proveedor clave de armas y municiones para las FDI, destacándose por el desarrollo del rifle Galil, el subfusil Uzi, y la pistola Jericó; y actualmente, está detrás del desarrollo de submarinos, tanques, bombas, rifles, vehículos de transporte, etc. También participa en el desarrollo de drones militares o Vehículos Aéreos No Tripulados (UAV). La privatización de IMI provocó su división, dejando el desarrollo de armas ligeras a Israel Weapon Industries (IWI) que ha creado el fusil IWI Tavor y sus variantes, que son el arma básica del ejército israelí, cada uno de los cuales ronda los 2 mil dólares.

Desde el ataque de Hamas el 7 de octubre de 2023, muchos sectores, incluso en el interior de Israel, han pedido una investigación sobre lo que sucedió y cómo fue posible que las milicias palestinas penetraran un lugar tan fortificado como lo es Israel. Y en ese sentido, las investigaciones independientes han sugerido que el gobierno sabía de la operación Al Aqsa desde un año antes, como ahora lo confirmaron los testimonios de las militares que fueron tomadas como rehenes por Hamas, que recriminaron al Jefe de las FDI no haberlas escuchado y hasta despedido por alertar del ataque (Times of Israel, 14/02/2024).

Resulta casi obvio que los elevados costos que puede cubrir Israel con el apoyo de Estados Unidos son superiores a los cálculos para reconstruir Gaza que se han calculado apenas en 17 mil millones de dólares. A saber qué instancia debe pagar todo lo destruido en una conflagración tan desigual dee acuerdo con las convenciones internacionales. Lo que por ahora puede avanzarse que es más caro destruir que construir.

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