
La ciencia va más allá de una habitación cerrada repleta de instrumentos científicos; las selvas y los bosques son recursos naturales valiosos y grandes laboratorios donde se desarrollan investigaciones a cargo de mujeres que poseen herencia de saberes aplicables a la ciencia de nuestro tiempo.
Es el caso de Reyna Domínguez Yescas, científica zapoteca originaria de San Juan Juquila Vijanos en el estado de Oaxaca, bióloga con maestría en Conservación de los Recursos Forestales por la Universidad de la Sierra Juárez, a quien entrevistamos en el Centro Interdisciplinario de Investigación para el Desarrollo Integral Regional (CIIDIR), Unidad Oaxaca del Instituto Politécnico Nacional (IPN), para la serie “Mujeres con Herencia en la Ciencia” de la Agencia Informativa Conversus (AIC).
Su pasión por el conocimiento, el aprendizaje y cumplir con los requisitos para un mejor trabajo fue su motivación para estudiar el doctorado en ciencias en Biosistemática, Ecología y Manejo de Recursos Naturales y Agrícolas, en el Centro Universitario de Ciencias Biológicas y Agropecuarias (CUCBA) de la Universidad de Guadalajara (UdG).
Hay mil 402 mujeres mexicanas con doctorado que hablan una lengua indígena, de acuerdo con el censo 2020 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
En una gráfica sobre los niveles de escolaridad en San Juan Juquila Vijanos encontramos que 656 personas completaron la primaria, 418 la secundaria, 103 tienen nivel bachillerato, 16 cursaron una licenciatura y con el grado de maestría o doctorado únicamente hay un registro y esa persona es Reyna Domínguez, primera mujer de su comunidad en tener el grado académico de doctora.
En 2022 comenzó una estancia posdoctoral de incidencia para Mujeres Mexicanas Indígenas en Ciencia, Tecnología, Ingenierías y Matemáticas, adscrita al Instituto de Investigaciones en Ecosistemas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
FLORA ZAPOTECA, CIENCIA E INVESTIGACIÓN.
Uno de los intereses de la investigadora es aportar avances en las áreas de sistemática, ecología, etnobotánica, conservación y manejo sustentable de las magnolias y de los bosques mesófilos de México.
Ha realizado actividades de reforestación con especies endémicas, incentiva la participación de infancias y de la adolescencia en su comunidad.
Gracias a su trabajo de investigación logró describir nuevas especies de magnolias, entre las que destacan la Magnolia rzedowskiana, M. nuevoleonensis, M. yajlachhi, M. zotictla y M. mixteca.
La Magnolia yajlachhi, palabra que significa Flor del Corazón en idioma zapoteco, y que tiene usos culturales, productivos y medicinales, es muy especial para Reyna, no solo porque ella la describió (en 2019) o por tratarse de una planta medicinal para problemas cardíacos y tonificar la sangre. Esa flor llegó como un regalo al jardín de su hogar.
La doctora narra que en el año 2010 su padre plantó dos magnolias en el jardín, ahí la vio por primera vez. Estudiaba el doctorado y ya contaba con experiencia en la materia.
Cuando nacieron los primeros botones y abrieron las flores inmediatamente algo llamó su atención. Esa magnolia era distinta, tenía características diferentes a las que se observan en vida silvestre y ese fue el inicio del gran viaje de su investigación.
Tras nueve años de estudiar a la Magnolia yajlachhi, Reyna Domínguez finalmente corroboró su descripción, entendió más sobre ella y su relación con el ecosistema, descubrió que esta especie crece junto a los cafetos y les da sombra, razón por la que una estrategia para su conservación promueve la integración de estas magnolias en el cultivo de cafetos.
Otro reto que tiene Flor del Corazón es aumentar el número de ejemplares, es difícil que logre su regeneración al tener como depredadores a más de 25 especies de aves y roedores.
Su descubrimiento, a la vista e investigación de la científica zapoteca, tiene poco tiempo y ya se encuentra en peligro crítico de extinción. Se han localizado cuatro árboles de Magnolia yajlachhi en San Juan Juquila y en el municipio de San Juan Yatzona se ubicaron 60 ejemplares,
¡SALVEMOS A LAS MAGNOLIAS!
Otra de las especies que se encuentran en esta región de Oaxaca es la Magnolia dealbata. En un artículo científico que participó la doctora Reyna, el cual se titula “Magnolia rzedowskiana (Magnoliaceae), una especie nueva de la sección Macrophylla de la parte central de la sierra Madre Oriental, Oaxaca”, menciona que la Acacia dealbata se encontró en 1651 en el municipio de Huautla de Jiménez y fue descrita e ilustrada bajo el nombre náhuatl de Eloxóchitl que significa Flor de Elote.
La Magnolia dealbata pertenece a la familia Magnoliaceae, su origen es mexicano y también se encuentra en peligro de extinción debido a la pérdida de su hábitat.
Comentó que al examinar la situación en su comunidad corroboró la misma problemática, la Magnolia dealbata también presentaba baja germinación y estaba en riesgo de extinción y tomó la decisión de no quedarse con los brazos cruzados.
“Del 2012 al 2022 realicé campañas de reforestación para regresar plántulas de Magnolia a espacios que están ya fragmentados por la ampliación de la carretera o por el corte de árboles para la leña. Mi intención es sembrar una semillita en las generaciones más jóvenes para visibilizar lo que tenemos y valorarlo”, mencionó.
Con el objetivo de sensibilizar a las personas de su comunidad frente a la extinción de la Magnolia dealbata, Reyna inició una campaña para informar sobre la importancia de conservar la planta y protegerla. Un trabajo que sería más fácil si se hacía entre todos.
La Magnolia dealbata era abundante en vida silvestre, desde el punto de vista de la científica, su presencia era tan común que no se valoraba. Las flores se cortaban solo porque sí, se tiraron árboles para hacer leña, se construyeron carreteras e infraestructura y todas esas acciones humanas colocaron a la especie en peligro de extinción.
Una de tantas iniciativas que realizó fue colocar letreros en el espacio público con el mensaje: “No corten las flores, no tiren los árboles, la Magnolia está en peligro de extinción”. Y la idea era esa, inspirar a todos a cuidarla, informarles que era una planta importante en la cultura zapoteca.
La respuesta de la población ante estas acciones no fue bien vista, se tomó como una imposición por parte de la investigadora, quien al parecer de la gente quería dar órdenes. Un día simplemente las mantas desaparecieron y el ambiente se tornó hostil.
LA CIENCIA FRENTE A LOS USOS Y COSTUMBRES
En 2020, San Juan Juquila Vijanos tenía una población de mil 880 habitantes, de los cuales el 53 por ciento eran mujeres y el 47 por ciento hombres. La doctora cuenta que, en su comunidad y en las estructuras familiares, el hombre es quien lleva la batuta.
En ese contexto, ver a una mujer alzar la voz, organizar al pueblo y colocar carteles con el lema ¡No corten las Magnolias! Y al tratarse de la única mujer de la comunidad con grado de doctorado, fueron acciones que transgredieron normas y costumbres e inmediatamente se hizo notar el descontento.
Domínguez Yescas aseguró que en algún momento se sintió amenazada y señalada por su comunidad, le atravesaron sentimientos de tristeza e impotencia porque ni con toda su preparación y buena fe logró que la gente se interesara en proteger a la Magnolia de la extinción.
Años después, encontraron los carteles en la casa de un vecino, como eran de lona le sirvieron para proteger la leña de la lluvia. Las letras aún estaban visibles, aquel hombre sabía leer y conocía muy bien a la mujer que las colocó y a su familia, así que el recuerdo de aquella “rebeldía” era inevitable.
A partir de ese momento, Reyna prefirió ser muy cautelosa con el trabajo en su comunidad y buscó tierra fértil para sembrar la semilla de sus ideas. La opción fue trabajar con infancias y adolescencias e impartir talleres para sensibilizar sobre la importancia de conservar la flora local y endémica de la región desde etapas tempranas.
MUJER, CIENCIA Y HERENCIA
Reyna Domínguez Yescas es la hija número 13, fue la última; su lengua materna es el zapoteco. A los 11 años abandonó su comunidad para estudiar la secundaria, no hablaba español, pero en el camino aprendió con ayuda de un maestro.
La economía era un factor importante, las ganancias del campo no eran suficientes para solventar los gastos de una escuela y todo lo que implicó para que Reyna estudiara fuera del pueblo. Uno de sus hermanos decidió emigrar a Estados Unidos para ganar más dinero y ayudar a su padre a cubrir los gastos de la hermana menor.
La disciplina, las redes de apoyo, el amor de su familia y la ciencia fueron los eslabones que al unirse cambiaron la vida de Reyna y la de cualquier mujer. “Nugulha bulhi' zedi. Blirhuaj lhadzali', lichhi xlatajlhi', de tzeka tu izhedilhi' gayubla”, la traducción al español es “Mujeres estudien, salgan de sus comunidades, de sus casas, hay tanto por aprender”, concluyó en zapoteco Reyna Domínguez Yescas.