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En nuestro estudio, recientemente publicado en la revista Science, se analizó más de treinta años de datos sobre la distribución de poco más de mil especies de plantas que habitan los bosques de niebla mesoamericanos

Bosques de niebla: pérdida y acción urgente

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Bosques Figura 1. Una mirada al bosque de niebla a través de un liquidámbar, desde el cielo de Coatepec, Veracruz, México. (Eduardo Ruiz Sánchez)

Los bosques de niebla

Cuando pensamos en los bosques de niebla de Mesoamérica, no podemos evitar sentir asombro por la riqueza de especies de plantas y animales que albergan. Entre la niebla que los envuelve durante gran parte del año, parecen suspendidos entre montañas y nubes, albergando una riqueza incomparable: más de 6,000 especies de plantas, muchas de ellas únicas en el mundo en menos del 1% de la superficie terrestre de la región. La importancia de los bosques de niebla para la biodiversidad y las comunidades humanas es incalculable. Sin embargo, nuestro asombro se ha ensombrecido por la preocupación. A través del proyecto “Los impactos del cambio climático pasado, presente y futuro sobre la diversidad genómica y distribución geográfica de los bosques de niebla” (CF-2019/263962) financiado por el Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías (CONAHCyT), estamos comenzando a comprender la respuesta de estos bosques ante el cambio climático. Hemos logrado establecer que el cambio climático y la deforestación durante las últimas tres décadas están empujando a los bosques de niebla en busca de refugio en altitudes más elevadas. Si bien esto es esperado particularmente por la resiliencia de las especies, las causas del desplazamiento son diferentes dependiendo del rango altitudinal de cada especie. Este desplazamiento no sólo pone en riesgo la estabilidad de estos ecosistemas, sino que amenaza con transformar el rostro de los bosques de niebla.

En nuestro estudio, recientemente publicado en la revista internacional Science, liderado desde el Instituto de Biología de la UNAM y como parte de las actividades del Laboratorio Nacional de Biología del Cambio Climático, en colaboración con el Instituto de Ecología A.C. (INECOL), la Universidad de Miami y la Escuela Nacional de Estudios Superiores de Morelia (ENES, UNAM), se analizó más de treinta años de datos sobre la distribución de poco más de mil especies de plantas que habitan los bosques de niebla mesoamericanos. Este registro histórico se ha obtenido gracias a la colecta científica que realizan continuamente profesionales de la biología en el país, quienes depositan los ejemplares en los acervos de información más importantes del mundo, las colecciones científicas. Los resultados son alarmantes: las plantas están migrando hacia zonas más altas, a un ritmo de aproximadamente dos metros por año. El desplazamiento observado se debe, en parte, al calentamiento global, que aumenta las temperaturas y reduce la formación de nubes, pero también a la deforestación que devora grandes áreas de bosque. Esto último también está limitado las áreas disponibles para las especies, dejándolas sin lugar a dónde moverse. Es más, la pérdida del bosque acentúa la crisis climática, ya que disminuye la disponibilidad de agua, un recurso vital no sólo para este ecosistema, sino también para las comunidades humanas que dependemos de él.

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Niebla. Figura 2. Inmerso en la neblina, el bosque de niebla del Volcán Tacaná, Chiapas, México. (Andreia Malpica)

Por si fuera poco, esto no es lo que más nos preocupa, ¡identificamos que no todas las especies están logrando adaptarse a estos cambios! Muchas, especialmente aquellas que habitan en las zonas más bajas, están desapareciendo a un ritmo acelerado. Además, la falta de conectividad entre los fragmentos de bosque debido a la deforestación dificulta el desplazamiento de las especies hacia altitudes más altas. Si seguimos por este camino, en las próximas décadas podríamos perder gran parte de la biodiversidad que hace de los bosques de niebla un ecosistema insustituible. Queremos compartir los primeros resultados de este proyecto para ayudar a entender que estos bosques no sólo son un tesoro natural; también son esenciales para las personas. Son aliados clave en la regulación del clima, la captura de agua de las nubes y el almacenamiento de carbono. Su desaparición no sólo afectará a las especies que los habitan, sino también a las comunidades humanas que dependen de estos bosques.

Ante esta realidad, creemos que todavía estamos a tiempo de actuar frente a la crisis climática. Debemos monitorear los cambios observados en nuestro estudio con más detalle y compromiso, porque sólo entendiendo lo que está pasando (y lo que ya pasó) podremos encontrar soluciones efectivas para un futuro incierto. La desaparición de los bosques de niebla no sólo significa la pérdida de especies irremplazables; también pondrá en riesgo el agua que bebemos y los alimentos que producimos. Aún estamos a tiempo de actuar. Detener la deforestación, restaurar las áreas dañadas y ampliar las zonas protegidas son pasos esenciales para amortiguar la pérdida de nuestros bosques de niebla. Este es un esfuerzo que involucra a toda la sociedad. La pregunta es ¿si estamos dispuestos, como sociedad, a afrontar la crisis y salvar a estos bosques de desaparecer por siempre entre la niebla?

Referencias

Ramírez-Barahona, S., Á. P. Cuervo-Robayo, K. J. Feeley, A. E. Ortiz-Rodríguez, A. A. Vásquez-Aguilar, J. F. Ornelas & H. Rodríguez-Correa (2025) Upslope plant species shifts in Mesoamerican cloud forests driven by climate and land use change. Science 387, no. 6738: 1058–1063. https://doi.org/10.1126/science.adn2559

Agradecimientos:

Se agradece al CONAHCyT por el financiamiento al proyecto de Ciencia de Frontera “Los impactos del cambio climático pasado, presente y futuro sobre la diversidad genómica y distribución geográfica de los bosques de niebla” (CF-2019/263962).

1Laboratorio Nacional CONAHCyT de Biología del Cambio Climático, Instituto de Biología, Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM)

2Red de Biología Evolutiva, Instituto de Ecología, A.C. (INECOL)

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