Cuando escuchamos la palabra carnívoros, nos imaginamos a los grandes depredadores de la naturaleza, aquellos animales corpulentos con caninos afilados listos para desgarrar y triturar carne. Sin embargo, de las 42 especies que conforman este orden en México, 30 son de tamaño pequeño o mediano con un peso no mayor a 15 kg en su etapa adulta y se denominan mesocarnívoros.
Este grupo de animales, además de controlar las poblaciones de sus presas, participan de manera directa o indirecta en la dispersión de semillas. Se pueden encontrar en diferentes hábitats, desde bosques, desiertos e incluso en cuerpos de agua, como las nutrias (Lontra longicaudis). En cuanto a su distribución dentro del país, la zorra gris (Urocyon cinereoargenteus) y el coyote (Canis latrans) se distribuyen en la mayoría de los estados, pero existen especies endémicas como el mapache pigmeo (Procyon pigmeo) que solo se encuentra en la Isla Cozumel en Quintana Roo.
A pesar de ser especies del orden carnívora, algunos se caracterizan por poseer una dieta omnívora, como es el caso del coatí (Nasua narica), el cacomixtle (Bassariscus astutus), la martucha (Potos flavus) y el zorrillo listado (Mephitis macroura), ya que su alimentación se compone de invertebrados, pequeños reptiles y mamíferos, así como frutos y néctar. Especies como el gato montés (Lynx rufus), jaguarundi (Herpailurus yagouaroundi) y la comadreja (Mustela frenata) tienen una alimentación basada en carne, esta última especie a pesar de ser de un tamaño pequeño llega a atacar presas más grandes como tuzas, ardillas y aves.
Los mesocarnívoros suelen ser animales interesantes, por ejemplo, el tlalcoyote (Taxidea taxus) es el único carnívoro cavador que utiliza madrigueras todo el año para almacenar comida o descansar durante el día; la nutria marina (Enhydra lutris) puede comer erizos, almejas y pulpos; y el mapache (Procyon lotor) llega a remojar su alimento debido a la falta de glándulas salivales.
A pesar de que los mesocarnívoros desempeñan un papel ecológico importante, las actividades humanas, como la destrucción del hábitat, la urbanización, la agricultura, la ganadería y la caza, han provocado que algunas especies se encuentren amenazadas.
Conocer más sobre estos animales, ayuda a fomentar su cuidado.
Literatura consultada:
Ceballos, G., & Oliva, G. (2005). Mamíferos silvestres de México. Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (CONABIO) y Fondo de Cultura Económica.
Roemer, G. W., Gompper, M. E., & Van Valkenburgh, B. (2009). The ecological role of the mammalian mesocarnivore. BioScience, 59(2), 165-173.
1 Licenciatura en Biología, Instituto Tecnológico Superior de Zacapoaxtla, Puebla
2 Red de Biología y Conservación de Vertebrados, Instituto de Ecología A. C. Xalapa, Ver.