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En México más de 16 millones de niños y adolescentes de cinco a 19 años son obesos o tienen sobrepeso

La importancia de la nutrición en la infancia

Nutrición. Jacqueline Conde Vega, profesora de la UAEH. (Carlos Eduardo Cruz Hernández)

México enfrenta una de las crisis de salud pública más alarmantes de las últimas décadas en cuanto a la obesidad infantil. Según datos de Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF, por sus siglas en inglés), las y los pequeños mexicanos consumen más comida chatarra que en cualquier otro país de Latinoamérica, lo que ha llevado al gobierno a implementar medidas drásticas, como la prohibición de la venta de estos productos en las escuelas.

Sin embargo, la solución no es tan simple como retirar la comida chatarra de los planteles educativos. El problema de fondo es más complejo y requiere un cambio cultural en los hábitos alimenticios, así como una mayor conciencia sobre la importancia de la nutrición desde la niñez.

En este contexto, Jacqueline Conde Vega, docente del programa educativo de Nutrición del Instituto de Ciencias de la Salud (ICSa) de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH), advierte que la alimentación infantil es un tema que sigue siendo subestimado por muchas familias y autoridades. “La nutrición no se trata solo de comer tres veces al día, sino de proporcionar al cuerpo los nutrientes necesarios para un desarrollo físico, cognitivo y emocional pleno”, explica.

La importancia de una alimentación balanceada

Conde Vega ha destacado que una nutrición adecuada en edades tempranas es fundamental para prevenir enfermedades y garantizar un crecimiento saludable. Sin embargo, en México, este principio choca con una realidad preocupante ya que el alto consumo de alimentos ultra procesados, bebidas azucaradas y productos con exceso de grasas saturadas.

“Muchos padres creen que con que sus hijos coman demasiado ya es suficiente, pero no se fijan en la calidad de lo que consumen”, señala la especialista. Para combatir esta situación, recomienda seguir el “plato del bien comer”, una guía alimenticia desarrollada en México que promueve el equilibrio entre los diferentes grupos de alimentos: verduras, frutas, proteínas, cereales integrales y grasas saludables.

Este modelo no solo ayuda a mantener un peso adecuado, sino que también reduce el riesgo de desarrollar enfermedades crónicas como diabetes, hipertensión y problemas cardiovasculares. “El problema es que, en lugar de seguir estas recomendaciones, muchas familias optan por lo más rápido y barato, que suele ser lo menos nutritivo”, lamenta Conde Vega.

Obesidad infantil: Una bomba de tiempo

La obesidad infantil en nuestro país es considerada una emergencia de salud pública. La malnutrición, paradójicamente, no sólo se manifiesta en la desnutrición, sino también en el exceso de peso. Un niño con obesidad tiene altas probabilidades de convertirse en un adulto con enfermedades crónicas, lo que representa una carga enorme para el sistema de salud y para la economía familiar.

“La obesidad infantil no es solo un problema estético, es una enfermedad que afecta a todo el organismo”, explica Conde Vega. Entre sus consecuencias inmediatas están el debilitamiento del sistema inmunológico, el retraso en el desarrollo físico y cognitivo, y una mayor predisposición a infecciones. A largo plazo, las complicaciones son aún más graves: diabetes tipo 2, problemas cardíacos e incluso algunos tipos de cáncer.

La prohibición de la comida chatarra, ¿es suficiente?

Ante este panorama, el gobierno mexicano ha tomado medidas como la prohibición de la venta de comida chatarra en las escuelas. Esta política, implementada desde 2023, ha tenido algunos resultados positivos, como una reducción del 15 % en el consumo de sodio entre los estudiantes de primaria, según datos de la UNAM.

Sin embargo, la docente garza advierte que una ley por sí sola no resolverá el problema. “Prohibir los alimentos dañinos en las escuelas es un avance, pero si los niños siguen consumiéndolo en sus casas o en la calle, el impacto será limitado”, señala. Además, en muchas comunidades, especialmente en zonas rurales y marginadas, el acceso a alimentos frescos y nutritivos sigue siendo un desafío.

La educación nutricional como solución integral

Para Conde Vega, la verdadera solución está en fomentar buenos hábitos alimenticios ya que no basta con quitar las frituras de las áreas escolares, sino que hay que enseñar a los infantes y a sus familias a comer mejor. Esto implica implementar programas de nutrición en las escuelas, promover huertos familiares y comunitarios, así como fomentar una cultura alimentaria más saludable desde edades tempranas.

La especialista también hace un llamado a los padres de familia para que se involucren más en la alimentación de sus hijos. “Los hábitos se forman en casa. Si los niños crecen viendo a sus padres comer frutas y verduras, es más probable que ellos también lo hagan”, explica.

“La nutrición debe ser parte fundamental de la educación, porque de ella depende el futuro de nuestras niñas y niños. Solo mediante una alimentación balanceada, acompañada de información y acceso a alimentos saludables, México podrá revertir esta crisis y garantizar un desarrollo pleno para las próximas generaciones”, señala Jacqueline Conde Vega.

La prohibición de la comida chatarra en las escuelas es un paso importante, pero insuficiente para combatir la obesidad infantil en México. El verdadero cambio requiere un esfuerzo conjunto entre el gobierno, las instituciones educativas, las familias y la sociedad en general.

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