
Hace exactamente un siglo, científicos de la Academia de Ciencias de California advertían sobre el riesgo que enfrentaba un ave única del Pacífico mexicano: la Paloma de Socorro (Zenaida graysoni), una especie endémica de Isla Socorro, ubicada en el Archipiélago de Revillagigedo.
Fue en mayo de 1925 cuando Mary McLellan, encargada del estudio ornitológico en la región, que ordenó la captura de palomas vivas con el propósito de reproducirlas en tierra firme ante el riesgo inminente que representaba la alteración del hábitat para las poblaciones silvestres.
A mediados de la década de los 70s, la Paloma de Socorro desapareció completamente de su hábitat natural. ¿La causa? La introducción de borregos domésticos, que desde 1869 habías destruido gran parte de la vegetación nativa de la isla. Este junto con otros factores, llevaron a la Paloma a su extinción en vida libre.
Afortunadamente, en 1987, el ornitólogo Luis Baptista fundador de Island Endemics Foundation concibió el Proyecto Paloma de Socorro, con la idea de iniciar el programa de reproducción ex situ para la reintroducción de la paloma a su isla de origen. Stefan Stadler en 1995 inicia este programa en Europa con el apoyo de diferentes criadores y zoológicos que cuidaban y reproducían a las palomas. El esfuerzo comenzó a tomar fuerza internacional y para 2008 el programa se expande a Norteamérica, con la participación destacada del Zoológico de Albuquerque en Nuevo México.

En 2013, la Paloma de Socorro regresó a México después de varias décadas de no reproducirse en el país, integrándose al programa nacional de conservación a través de Africam Safari, un parque de conservación clave en la reproducción de especies amenazadas. Hoy, más de 40 zoológicos en 15 países de Norteamérica, Europa y Asia participan en este esfuerzo global.
Sin embargo, la recuperación de la especie ex situ no es suficiente sin la restauración del hábitat en su isla. En 2012, la remoción de los borregos marcó el inicio de la recuperación de la vegetación nativa en Isla Socorro. Actualmente el INECOL A. C. en colaboración con Endémicos Insulares A. C se desarrolla un programa de restauración ecológica enfocada en la de reproducción de especies clave para el hábitat de la paloma. Gracias a estos esfuerzos, se ha confirmado que actualmente existen condiciones favorables para la conservación in situ de la Paloma de Socorro.
Salvar a la Paloma de Socorro ha requerido décadas de trabajo conjunto entre científicos, zoológicos, organizaciones civiles y diversas autoridades gubernamentales. Es un ejemplo de cómo la cooperación internacional puede revertir incluso los escenarios más adversos. Esta colaboración ha asegurado la supervivencia de una especie que parecía destinada a desaparecer para siempre.

El trabajo aún no termina. Con toda la experiencia acumulada y los avances logrados, es momento de dar el siguiente gran paso: su reintroducción a Isla Socorro. México ha adquirido este compromiso a través del Convenio sobre la Diversidad Biológica, y lo ha ratificado en documentos como el Decreto del Parque Nacional Archipiélago de Revillagigedo. No es solo una obligación legal: es una deuda ecológica y moral con una especie que nos pertenece, con un ecosistema que necesita recuperarse, y con futuras generaciones que merecen conocer la riqueza de nuestra biodiversidad.
La historia de la Paloma de Socorro nos recuerda que la conservación requiere tiempo, paciencia y voluntad, pero que es posible. En estos 100 años, se ha logrado algo extraordinario, mantener viva una especie extinta en vida libre y prepararla para volver a vivir en libertad.
Hoy, cien años después, la historia de la Paloma de Socorro es una de las más notables en la conservación de la biodiversidad mexicana: una especie que se consideró extinta en vida libre, pero que, gracias al esfuerzo de científicos, zoológicos y conservacionistas de todo el mundo, está lista para regresar a casa.
*Red de Interacciones Multitróficas
Instituto de Ecología AC