Academia

Investigaciones de universidades en el mundo han demostrado que esta acción cotidiana puede mejorar la salud cardiovascular, aumentar la fuerza muscular y potenciar funciones cognitivas como la concentración, la memoria y la creatividad

Subir y bajar escaleras estimula el cerebro y mejora el estado de ánimo

Subir y bajar escaleras

Lo que para muchos es sólo una rutina o un atajo cuando no funciona el elevador, para la ciencia representa una fuente poderosa de beneficios físicos integrales, y es que subir y bajar escaleras son una de las formas más simples y efectivas de ejercicio físico. Numerosos estudios han demostrado que tiene impactos positivos no sólo en la salud corporal, sino también en el funcionamiento del cerebro y el bienestar emocional, como señalan estudios de la Universidad de Yamaguchi y de la Universidad de Umeå, Suecia. .

Desde el punto de vista físico, subir escaleras es un ejercicio de bajo impacto que incrementa rápidamente la frecuencia cardíaca, mejora la capacidad cardiorrespiratoria y fortalece especialmente la parte inferior del cuerpo, incluyendo muslos, glúteos y pantorrillas, además requiere la participación de los músculos abdominales para mantener la estabilidad. También se ha demostrado que esta actividad puede mejorar el equilibrio y reducir el riesgo de caídas, especialmente en personas mayores.

En comparación con caminar a paso rápido, subir escaleras demanda más esfuerzo porque implica vencer la gravedad. Las investigaciones han confirmado que incluso pequeñas sesiones diarias, como subir dos o tres tramos de escaleras, pueden ser tan efectivas como el uso de máquinas de escalones en el gimnasio, lo que las convierte en una opción práctica para quienes tienen poco tiempo o acceso a instalaciones deportivas.

Más allá de lo físico, subir escaleras también ofrece beneficios mentales y emocionales. Investigaciones dirigidas por Andreas Stenling, profesor de psicología en la Universidad de Umeå, Suecia, revelaron que esta actividad mejora funciones cognitivas como la inhibición (bloqueo de distracciones) y la flexibilidad mental (capacidad para cambiar entre tareas), aspectos que son esenciales para el aprendizaje, la memoria de trabajo y la atención sostenida.

El equipo de Stenling encontró que tras subir escaleras, los participantes del estudio mostraban mejoras significativas en su capacidad para adaptarse cognitivamente y realizar tareas complejas. También reportaron sentirse con mejor estado de ánimo y más energía.

Otro estudio de la Universidad de Yamaguchi, en Japón, comparó a personas que usaron el ascensor con otras que subieron dos tramos de escaleras. Los resultados mostraron que quienes optaron por las escaleras resolvieron problemas con mayor rapidez y concentración. Curiosamente, subir más tramos (cinco u ocho) no aumentó esos beneficios, lo que sugiere que incluso pequeñas dosis de este ejercicio son suficientes para activar mejoras cognitivas.

Además, un hallazgo importante de este mismo grupo japonés reveló que bajar escaleras puede aumentar el pensamiento creativo. Los participantes que descendieron escaleras generaron un 61% más de ideas originales que aquellos que usaron el elevador, lo que apunta a una conexión interesante entre el movimiento, el entorno físico y la creatividad.

Aunque aún se estudian los mecanismos precisos detrás de estos efectos, se cree que el ejercicio aumenta el flujo sanguíneo cerebral y activa hormonas como el BDNF (factor neurotrófico derivado del cerebro), que favorecen la plasticidad neuronal, la memoria y la concentración. Una investigación reciente incluso sugiere que los beneficios de subir escaleras pueden mantenerse hasta el día siguiente si se combinan con una buena calidad de sueño.

(Con Información de BBC)

Tendencias