
El Colegio Nacional inauguró la décima edición del Encuentro Libertad por el Saber, que en este año tiene el tema Migraciones como eje. Julia Carabias Lillo, presidente en turno de El Colegio Nacional, dio la bienvenida en la ceremonia de inauguración del encuentro, coordinado por Antonio Lazcano, Silvia Giorguli, en colaboración con Susana Lizano y Claudio Lomnitz.
“Estamos haciendo énfasis en el tema en plural, porque nos interesa particularmente analizar las múltiples expresiones de las migraciones que, además son una constante en la historia de la humanidad y de la vida en general en el planeta. Analizaremos las migraciones cósmicas, las migraciones de las especies biológicas, las de Homosapiens colonizando todos los continentes del planeta”.
En los siete días de actividades del encuentro también se abordarán las migraciones vinculadas al surgimiento y colapso de las civilizaciones, al cambio climático, las migraciones y la diversidad lingüística y literaria, las migraciones actuales que son objeto de una intensa y polarizada polémica en los ámbitos nacional e internacional, destacó la bióloga, antes de dar paso a la primera sesión formal del encuentro.
“¿Por qué el tema de las migraciones como el tema de este año?”, planteó la demógrafa Silvia Giorguli, miembro de El Colegio Nacional y una de las coordinadoras del Encuentro. La especialista respondió que “El Colegio Nacional busca aportar elementos a esta discusión con miradas basadas en evidencia y vinculadas con el conocimiento científico”. En especial, porque no se ha logrado construir una narrativa que sirva de contrapeso a la desinformación, a los prejuicios y a las emociones que se construyen en torno a las migraciones.
“No hemos sido capaces de construir una narrativa que desarticule los discursos xenófobos de odio y discriminatorios; esto es parte de lo que buscamos con esta semana”, señaló.

FALACIAS.
Para Silvia Giorguli, integrante de El Colegio Nacional, en torno a la migración hay percepciones un tanto falsas, siendo de las más importantes la que se reproduce en ciertos medios de comunicación acerca de las oleadas de migrantes, y la crisis que ello produce: “demasiados migrantes, ¿demasiados migrantes para quién?”
“Persiste la idea de que demasiados migrantes se ven como una amenaza para las identidades nacionales, que afectan potencialmente los salarios de los lugares de destino al mantenerlos bajos, especialmente la probación en ocupaciones menos calificadas, donde se ve a la migración como una presión al gasto público con una presión sobre los programas sociales o por sus potenciales efectos negativos en las comunidades que los reciben”.
Sin embargo, explicó al impartir la conferencia “Entre fronteras y ficciones: mitos en torno a la migración internacional”, lo que la evidencia y los datos ofrecen, “no sostiene ninguna de estas afirmaciones”.
“Ningún país, cada punto representa una cantidad de migrantes, está exento de recibir migrantes. Por supuesto, el gran imán es Estados Unidos con más de 50 millones de habitantes, pero también denota la gran movilidad que hay en nuestro continente, incluyendo América Latina y el Caribe: 304 millones de personas que viven en un país ajeno al suyo”.
En realidad, en los últimos años sí ha habido un crecimiento de la población, según estimaciones de Naciones Unidas, de 150 millones en 1990 a 304 en 2024: o sea, 35 años para duplicar el número de migrantes, aunque también hay dos hechos: la población en el mundo también ha crecido, de hecho, el número de migrantes se ha mantenido entre el 2.9 y menos del 4%, lo cual quiere decir que 96% de la población no es migrante vive en el mismo lugar donde nació.
“Cuando estamos hablando de esta cifra de personas que viven en un lugar diferente del que nacieron, pueden ser migraciones que ocurrieron hace 10, 15, 20, 30 años, pero si habláramos de los flujos más recientes, la cifra es todavía menor”, resaltó la colegiada.
Al referirse a los desplazamientos internacionales forzados, Silvia Giorguli reconoció que han sido los que más han aumentado en términos de número en la última en la última década, que explica parte de los éxodos que hemos visto, como el caso venezolano.
Otro tema tiene que ver con la dicotomía entre la migración regular y la migración indocumentada o no autorizada: el día de hoy, de los más de 50 millones de migrantes que viven en Estados Unidos, el 73% son documentados, de los cuales el 46% son ciudadanos naturalizados, el 23% residentes permanentes y un porcentaje menor de residentes temporales, trabajadores con visas temporales, visitantes, estudiantes internacionales.