
El objeto conocido como 3I/ATLAS es un cometa interestelar y apenas el tercero de este tipo confirmado por la ciencia. Fue detectado a principios de julio de 2025 por el sistema de telescopios ATLAS, financiado por la NASA, y desde los primeros análisis se determinó que sigue una órbita hiperbólica, lo que confirma que no pertenece al Sistema Solar y que solo se encuentra de paso.
Los cálculos orbitales indican que 3I/ATLAS proviene del espacio interestelar, ingresando desde una dirección asociada al disco galáctico cercano a la constelación de Sagitario. Aunque no es posible identificar con precisión el sistema estelar del que fue expulsado, los científicos consideran que podría tratarse de un objeto extremadamente antiguo, formado hace miles de millones de años en otra región de la Vía Láctea.

Tras su detección, la NASA informó que el cometa no representa ningún peligro para la Tierra. Observaciones realizadas con telescopios terrestres y espaciales mostraron que el objeto presenta una coma activa, compuesta por polvo y gases como vapor de agua y dióxido de carbono, lo que confirma su naturaleza cometaria y descarta escenarios extraordinarios.
El descubrimiento despertó un gran interés entre astrónomos, ya que estos cuerpos funcionan como mensajeros de otros sistemas estelares. Cada objeto interestelar ofrece información valiosa sobre la composición y los procesos de formación de planetas fuera de nuestro entorno solar, algo imposible de obtener de otra manera.
En cuanto a su destino, los especialistas son claros: 3I/ATLAS no volverá. Su trayectoria lo llevará nuevamente al espacio interestelar tras su paso por el Sistema Solar y no se espera un nuevo acercamiento en al menos 80 millones de años, por lo que su visita será única en escalas humanas y científicas.