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Este martes cumple nueve décadas de vida y dice que sí pusiera pedir algo, serían salud y paz, “pero esto último es muy difícil porque los hombres se meten en problemas y guerras en lugar de gozar lo que es el mundo”

Flora Goldberg: “Apenas tengo 90 años y mis ganas de pintar, tocar el piano, estar con la familia y crear, están intactas”

Aniversario La artista Flora Goldberg cumplirá 90 años este martes. (Cortes)

Flora Goldberg dice que apenas tiene 90 años y sus ganas de pintar, de tocar el piano, de cocinar, de estar con la familia, de seguir aprendiendo y sobre todo de crear obras, están intactas. Y, especialmente, están intactas sus ganas de gozar la vida, el mundo que le rodea.

El 8 de abril, martes, Flora cumplirá 90 años vida y sí pudiera pedir algo para todos, ella señala que serían dos cosas: salud y paz, “pero eso está muy difícil de conseguir, porque los hombres, no sé por qué, se meten en problemas, en guerras y dificultades, en vez de gozar lo que es el mundo”.

Además, dice, tratar de estar lo mejor posible, tanto económicamente y de relación con la gente. “Y no quedarse ronca como me estoy quedando ahorita”.

Flora Goldberg, quien estudió de 1955 a 1957 con Diego Rivera, porque su padre era muy amigo del pintor mexicano, cuenta que está preparando tres exposiciones: una, será en el Museo de Arte de Querétaro y tendrá entre 70 y 100 piezas; otra en una galería en San Miguel Allende, y una más en el Museo Mexiquense de Arte en Texcoco. Para estos dos últimas está en el trabajo de selección de las obras.

Plástica Una pintura de Flora Goldberg. (Cortesía)

¿Qué es lo que más le emociona de ser artista

Bueno, la verdad lo que pasa es que no sé si me ha gustado, pero es como una necesidad. Es casi como comer. No puedo vivir sin estar haciendo o inventando o imaginando algo estético. Así es.

Y de todos estos años, ¿qué le faltaría hacer?

Pues esa es la magia, porque diario se aprende algo nuevo, aunque apenas tenga unos 90 años. y sigue intacto mu gusto por aprender, crear, cocinar, estar con mis hijos, en la casa. Y siempre se aprende algo, como hoy meterse a la computadora,

Cada año hago un calendario y lo diseño en la computadora. Después lo imprimo y lo armamos. Pero, así de hacer cosas raras de arte en la computadora, no.

Hábleme de este otro arte, esa vida cotidiana que lleva.

Estoy en casa, voy al súper a comprar. Ahora, mis hijos ya están viejitos, uno vive en Los Ángeles, otro vive en México. Y para mí fue muy importante tener hijos, y por ello estoy en contacto seguido con ellos. Uno está en Los Ángeles, primero hizo cine y ahora trabaja en bienes raíces y hace casas muy grandes, bonitas e importantes. El otro hijo, pues sí, está metido en la computación en serio, él sí sabe, y entonces cuando tengo que hacer algunas cosas, él me ayuda, porque le digo, la computación hay que entenderla y no tener miedo apachurrar la tecla equivocada, que es lo que a mí me pasa.

¿Y de comida, qué es lo que más le gusta?

Me gustan muchas cosas, como los tacos al pastor. Hoy-viernes 2 de abril- llega mi hijo de Estados Unidos y preparé una sopa de fideos, lo más común. Pero cualquier comida mexicana, pues es muy rica y diversa.

Escultora Esculturas en madera de Flora Goldberg.

¿Y de música, qué le gusta escuchar?

Soy más de música clásica y de muy pocas canciones normales. Pero entre otras cosas, toco el piano para pasar el rato.

¿Y qué toca en el piano, maestra?

Pues, lo que se pueda. Bueno, la sonata “Claro de luna”, y otras sonatas de Beethoven, bastante Chopin y Mozart. A todos, más o menos. Con a Schubert, ahí hago la lucha.

Y me gusta mucho hacerlo. Desde niña aprendí. Mi mamá, cuando tenía 3 ó 4 años, me puso a tomar clases de piano, pero después dejé la música como 30 años, y la volví a empezar como a los 45 años. Y hasta ahora que es como un ejercicio mental.

La música se ve en sus obras, tienen esas ondulaciones con ritmo.

Sí, eso dicen que mi pintura tiene mucho movimiento, pero no sé si tenga que ver con la música o porque así lo siento.

Por ejemplo, durante la pandemia que tuvimos que estar encerrados, empecé a pintar, mucho e hice una serie que se llamó “Volando durante la pandemia”. Es decir, que podíamos salir de la casa sin salir. Y después hice otra de jazz y de dibujos de desnudos.

Y la serie “Volando durante la pandemia” está conformada por 35 cuadros grandes. Y todo ese trabajo, y la música me ayudó a mucho a pasar los momentos buenos y malos.

¿Va a tener fiesta el martes, día de su cumpleaños 90?

No tanto como una fiesta, sino que viene mi hijo de Estados Unidos con mis nietos y entonces esa es la fiesta, una reunión familiar. Es Adrián, quien vive en Los Ángeles.

¿Va presentar nuevas exposiciones?

Sí tengo muchas cosas que hacer. Pero estuve en una subasta y voy a tener una exposición en el Museo de Arte de Querétaro, otra en una galería en San Miguel Allende, y otra en el Museo Mexiquense de Arte en Texcoco, y espero no cansarme mucho.

¿Cuántas piezas va a tener en esas tres exposiciones?

En la de Querétaro me pidieron muchas, entre 70 y 100, y serán de pintura, grabado, dibujo y escultura. Va a ser grande, las otras no tanto. Y estoy seleccionando las obras para las otras dos.

¿Y después de 90 años de ver un mundo que cambio mucho, qué pediría para todos?

Dos cosas: salud y la otra que pediría es paz, pero eso está muy difícil de conseguir, porque los hombres, no sé por qué, se meten en problemas, en guerras y dificultades, en vez de gozar de lo que es el mundo.

Ojalá pudiéramos estar en paz con nosotros mismos, aceptar lo que es el mundo y tratar de hacer lo mejor para nosotros, estar contentos con nosotros, no sintiéndonos mal de nosotros. Y tratar de estar lo mejor posible, tanto económicamente como de salud y de relación con la gente. Y no quedarse ronca como me estoy quedando ahorita.

Pintora La artista alista tres exposiciones en recintos diferentes, adelanta.

Maestra, dice que apenas tiene 90 años, una vida llena de experiencias, emociones y logros, en resumen, una vida que ha valido la pena.

Pues digo que empecé la vida en Europa con las dificultades y me tocó la Segunda Guerra Mundial siendo una niña. Pero después logramos salir de Europa y llegamos a México en el año 1942. Desde entonces todo ha sido bien. México, su belleza y la belleza de su gente.

Y creo que en pocas palabras no puedo quejarme. Me ha ido muy bien.

¿Apenas tiene 90 años y sigue intacta su capacidad de aprender, de crear, de vivir, de gozar?

Pues así parece. Tuve la suerte de que sigo bien mentalmente, bien de salud y tengo muchas ideas, y muchos no tienen esa suerte. ¿De qué depende? No lo sé. Mis padres también fueron longevos, entonces creo que algo tiene que ver la genética, imagino.

Y las ganas de ir y estar con lo que tenemos, con la gente, con los familiares, con los amigos. Seguir haciendo lo que uno puede. Ya no puedo brincar, pero si puedo caminar, si puedo pintar, si puedo tocar, entonces eso se agradece.

Y ahora me siento muy bien. Sí he tenido muchas enfermedades y problemas, pero que todo salí y veremos que sigue.

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