Cultura

Ubicada en el célebre complejo de Villa d’Este, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en el 2001, la gruta esconde coloridos mosaicos y decoraciones policromadas

La Gruta de Diana, joya escondida del manierismo italiano, reabre después de medio siglo

Maravilla. La Gruta de Diana, una de las maravillas escondidas del Renacimiento en Italia, reabrirá al público el próximo 6 de mayo. (EFE)

La Gruta de Diana, una de las maravillas escondidas del Renacimiento en Italia, reabrirá al público el próximo 6 de mayo, tras más de medio siglo cerrada y una restauración que ha devuelto el esplendor a sus mosaicos y esculturas, ocultas durante décadas en los jardines de Villa d’Este, en Tívoli, cerca de Roma.

Los trabajos para recuperar la que es considerada una joya del manierismo italiano, que duraron dos años y costaron 2 millones de euros, nacieron de una colaboración entre el Instituto Villa Adriana y Villa d’Este y la casa romana de moda Fendi, que ya ha participado en proyectos similares como la restauración de la Fontana de Trevi y el Templo de Venus en Roma.

Ubicada en el célebre complejo de Villa d’Este, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en el 2001, la gruta esconde coloridos mosaicos y decoraciones policromadas elaboradas por un gran equipo de artesanos en el siglo XVI.

 

Mosaicos, cariatides y conchas marinas

El espacio, de planta en forma de cruz, gira en torno a una bóveda de crucería sostenida por cuatro grandes cariátides (de las seis originales), rodeada de hornacinas, bajorrelieves, fuentes (aunque actualmente sin agua) y una logia abierta con vistas panorámicas hacia Roma.

La decoración se caracteriza por ricos mosaicos policromados y materiales diversos como conchas, fragmentos lapídeos, piedras semipreciosas y tártaros, e incluso el suelo de la gruta destaca por su decoración con dos tipos de pavimento: uno en terracota vidriada con motivos ornamentales muy colorido y otro en barro cocido con tonos marrones.

Las bóvedas están decoradas con escenas y figuras marinas, mientras que en las paredes y los óvalos de la estancia están representados temas e imágenes extraídas principalmente de “La Metamorfosis” de Ovidio.

La gruta, construida entre 1570 y 1572, estaba decorada originalmente con  varias estructuras clásicas sobre las fuentes, entre ellas una a la figura de Diana en la zona central, que dio nombre al espacio.

La reapertura de este espacio supone “un nuevo añadido a la historia del arte” y una oportunidad para “poner la atención sobre un segmento de la historia del arte que no ha sido suficientemente analizado, sobre todo en la zona de la provincia del Lacio”, cuya capital es Roma, explicó Andrea Bruciati, director del Instituto Villa Adriana y Villa d’Este, durante una rueda de prensa este miércoles en Tívoli.

El cardenal que no pudo ser papa

Villa d’Este fue construida a petición del cardenal Hipólito II d’Este, que decepcionado tras no haber sido elegido papa hizo revivir en Tívoli los fastos de las cortes de Ferrara (Italia), Roma y Fointanebleau (Francia) con un palacio decorado por los protagonistas del manierismo romano tardío.

Además de devolver los vivos colores y mosaicos a la gruta, la restauración de la gruta tiene como propósito explorar y descodificar los secretos de Villa d’Este, que Bruciati catalogó como un sofisticado “ecosistema cultural” durante una rueda de prensa este miércoles en Tívoli (centro).

Los trabajos iniciales revelaron un estado de conservación muy precario, con materiales fuertemente degradados y elementos decorativos extremadamente frágiles, por lo que, para evitar un nuevo deterioro, se instaló un cerramiento acristalado en la logia abierta hacia Roma, con el fin de proteger la gruta del viento, uno de los factores que más contribuyó a la erosión de sus materiales más delicados a lo largo de los siglos.

Con esta intervención, la Gruta de Diana no solo recupera su esplendor visual, sino que vuelve a ocupar un lugar en el circuito de visita de Villa d’Este, un importante patrimonio artístico del Renacimiento italiano a tan solo 25 kilómetros de Roma. 

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