Cultura

Tras huir a Francia al final de la Guerra Civil que terminó con el Gobierno y los ideales que había defendido, murió en el exilio en la localidad de Colliure, donde su tumba sigue siendo un monumento de memoria colectiva y democrática

Antonio Machado, símbolo de exilio español, es recordado en el 150 aniversario de su natalicio

Poeta. El escritor Antonio Machado.

Exponente de la Generación del 98, una de las más importantes de la literatura española, y símbolo del exilio español tras la guerra civil, el legado de Antonio Machado a la poesía española permanece vivo cuando se cumplen 150 años de su nacimiento.

Nacido un día como hoy en 1875 en Sevilla, el poeta y dramaturgo es una de las voces más destacadas de las letras españolas, acallada durante décadas por la dictadura franquista (1939-1975) por sus ideas progresistas y su afinidad a la República.

Tras huir a Francia al final de la Guerra Civil que terminó con el Gobierno y los ideales que había defendido, murió en el exilio en la localidad de Colliure, donde su tumba sigue siendo un monumento de memoria colectiva y democrática.

Pese a que la dictadura intentó borrar su legado, durante las casi cuatro décadas de censura la obra de Machado se fue convirtiendo en clave para la juventud contraria al régimen, y en la actualidad es uno de los autores destacados en los libros de literatura de los alumnos españoles.

Sus versos los dio a conocer mundialmente el cantautor Joan Manuel Serrat, que en su disco ‘Dedicado a Antonio Machado, poeta’ (1969) puso música a sus poemas, lo que contribuyó a difundir su obra en Latinoamérica.

Uno de los temas de más éxito de ese disco es ‘Cantares’, donde Serrat popularizó los versos con los que Machado profetizó su muerte en su obra ‘Campos de Castilla’, escrita en 1912, casi tres décadas antes de su trágico final: “Murió el poeta lejos del hogar/ Le cubre el polvo de un país vecino/ al alejarse le vieron llorar”.

Fue precisamente en ‘Campos de Castilla’ donde el poeta supo plasmar la esencia del paisaje del centro de la España rural y sus gentes, lo que le valió la aclamación de muchos de sus coetáneos, como el filósofo José Ortega y Gasset o el novelista Miguel de Unamuno.

Elegido miembro de la Real Academia Española, una posición que no llegó a ocupar al no leer su discurso de ingreso, fue un gran amigo del poeta nicaragüense Rubén Darío, máximo representante del modernismo en la lengua española.

Un congreso internacional que reivindica su “excepcionalidad”

Con motivo del 150 aniversario de su nacimiento, la ciudad de Soria (centro de España) acogió esta semana un congreso internacional sobre el escritor, en el que una veintena de conferenciantes y ponentes expusieron algunos de los ejes principales sobre la vida y obra de Machado.

Porque Soria fue un lugar clave en la vida de Machado, pese a que solo vivió allí entre 1907 y 1912. Se trasladó a la ciudad castellana para ser profesor de francés y allí escribió ‘Campos de Castilla’

Y allí conoció a su gran amor, Leonor Izquierdo, con la que se casó en 1909, cuando él tenía 34 años y ella solo 15.

Leonor murió tan solo tres años después por tuberculosis y a ella le dedicó Machado algunos de sus poemas más conocidos, como ‘A un olmo seco’, cuando estaba enferma -“Mi corazón espera/también, hacia la luz y hacia la vida/otro milagro de primavera”-.

Un poeta excepcional descrito por los participantes en el congreso como uno de los autores “más universales y estimulantes de las letras españolas”.

Ideas y obras, las de Machado, que “siempre estarán presentes” y son un legado valioso para España y para el mundo.

Y que defendió sin ambages sus ideas políticas y la importancia de la cultura y la educación, que debía favorecer el pensamiento crítico y la creatividad, algo que quedó reflejado en su libro ‘Juan de Mairena’.

Tendencias