Cultura

Entrevista con Marta Barrio sobre la literatura del autor y el significado de recibir este galardón

¿Quién es Amin Maalouf? La editora de Alianza Editorial ahonda en la trayectoria del ganador del Premio FIL

El Premio FIL de Literatura en Lenguas Romances 2025 ya tiene ganador: Amin Maalouf (Beirut, 1949). Periodista, novelista, ensayista y actual secretario perpetuo de la Academia Francesa, el autor ha sido distinguido por una trayectoria literaria profundamente humanista, atenta a las fracturas de la historia y a las aspiraciones universales de los individuos.

Amin Maalouf (Cortesía)

La mirada editorial: Marta Barrio sobre Maalouf

En entrevista con La Crónica de Hoy, Marta Barrio, editora de Alianza Editorial —la casa que publica la obra de Maalouf en español desde 1988—, destacó que este premio representa “la celebración de una obra extensa, rica en matices y que abarca diversos géneros”.

“Amin Maalouf es un pensador, un sabio humanista, pero también un magnífico novelista. En sus novelas siempre se puede entrever un mensaje de esperanza y humanidad que luego encontramos más explícito en sus ensayos. El autor es muy querido y reconocido en España y Europa, pero en Latinoamérica todavía no tenía tanto peso, y este premio es la oportunidad de acercarlo a nuevos lectores”, explicó.

Barrio recordó que la relación entre Maalouf y Alianza se remonta a finales de los ochenta, cuando la editorial comenzó a publicar León el Africano, su primera novela, que se convirtió en un éxito inmediato. Desde entonces, sus libros son considerados parte esencial del catálogo de la editorial:

“Alianza nació en 1966 con un espíritu ilustrado, de debate y de difusión del conocimiento como herramienta de cambio. La obra de Maalouf encaja perfectamente en esa vocación: es lúcida, crítica, pero también profundamente humanista”.

El desafío de traducir una voz universal

Sobre el proceso de llevar su obra al español, la editora subrayó la importancia de contar con traductores de confianza. En el caso de Maalouf, el trabajo ha recaído principalmente en María Teresa Gallego Urrutia y Amaya Gallego:

“Ellas han traducido gran parte de su obra y tienen perfectamente tomada la medida del estilo, tan cristalino y evocador. Los textos que entregan son fieles al original y de una enorme calidad literaria. Apenas hacemos ajustes mínimos, porque el resultado ya es impecable”.

Maalouf, asegura Barrio, se involucra en el proceso con profesionalismo y cercanía:

“Siempre me impresiona su disposición. Es sobrio, educado, encantador en el trato, de una amabilidad extrema y una sabiduría sin par. Todo el que lo lee y todo el que lo conoce queda prendado de su carisma y su humanismo”.

La editora compartió incluso una anécdota personal que refleja la trascendencia del autor:

“Un día, camino al trabajo, vi en un panel digital de la autopista: ‘Amin Maalouf, Premio Príncipe de Asturias de las Letras’. Casi me estrello de la emoción por hacerle una foto. Aunque ya sabíamos la noticia, verlo anunciado en la vía pública confirmaba que había trascendido lo meramente literario. Amin es un hombre amado, alguien que se hace querer”.

Resonancia para los lectores hispanohablantes

Barrio considera que el atractivo de Maalouf en el mundo hispano está en su capacidad de ofrecer lucidez y esperanza en medio de la incertidumbre:

“En estos tiempos, la literatura puede ser un refugio, pero también puede alumbrar un camino. Frente al fatalismo, Maalouf propone la salida del entendimiento mutuo, la cultura y la reconciliación. Esa visión humanista es lo que lo convierte en un autor tan vigente”.

Y ante la pregunta de por dónde empezar a leer a Maalouf, sugiere:

“Su obra más famosa es León el Africano, pero mi preferida es Samarcanda, donde rastrea el destino del manuscrito de Omar Jayyám en la Persia medieval. Es una novela que leería mil y una veces”.

Una voz necesaria

La literatura de Amin Maalouf no solo reflexiona sobre la identidad y el exilio, sino que propone caminos de reconciliación cultural. Su visión, atravesada por la experiencia personal de la guerra y el desplazamiento, lo ha convertido en una de las voces imprescindibles de la literatura universal actual.

Maalouf inició su carrera en el periodismo cubriendo grandes acontecimientos como la caída de la monarquía etíope (1974) o la última batalla de Saigón (1975). Tras el estallido de la guerra civil en Líbano, se exilió en Francia, donde retomó su actividad periodística antes de dedicarse por completo a la literatura en 1984. Desde entonces, sus obras —traducidas a más de 50 idiomas— se han convertido en referentes de la reflexión sobre la identidad, el diálogo entre culturas y las tensiones entre Oriente y Occidente.

Su escritura también ha trascendido hacia la ópera, con libretos como El amor de lejos (2001) y Adriana Mater (2006), que, al igual que sus libros, buscan tender puentes entre tradiciones y sensibilidades.

En palabras de su editora, su obra “se lee como un refugio, pero también como un faro que ilumina un futuro posible”.

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