
Playa, performance y ópera son los ejes de la propuesta “Sun & Sea” que se presenta desde el 11 y hasta el 14 de octubre, en el Patio de la Casa de Cultura de Guanajuato, en este 53° Festival Internacional Cervantino.
Son 25 toneladas de arena iluminadas con reflectores y más de 30 intérpretes, entre los cuales una pareja mayor se unta bloqueador acostados sobre toallas, reciben a los visitantes que quieren conocer la ópera-performance galardonada con el León de Oro, representante de Lituania en la 58 Bienal de Venecia.
“Creemos que la ópera es una disciplina que nos permite a las 3 explotar todas nuestras competencias, no somos fans del teatro y ópera tradicional, eso está claro”, dice Rugilė Barzdžiukaitė, directora de esta propuesta creada junto a Vaiva Grainytė y Lina Lapelytė.
En un inglés fuertemente acentuado, traducida al español por la intérprete oficial de la Casa de Prensa en esta edición del FIC, Dzoara Mimenza Berlín, la dramaturga y artista visual lituana, Rugilė Barzdžiukaitė comenta que si bien esta obra es una mezcla de géneros, el enfoque está principalmente en la propuesta escénica y el canto, no tanto en la actuación.
“El canto le da la condición especial de narrar historias”, opina.
“La condición principal para experimentar este trabajo es verla desde arriba. Por lo tanto, es una situación que casi permite observar a los seres humanos como si fueran insectos”, continúa.
Una de las intenciones de esta idea era poner en comparación el cuerpo humano, que es frágil, con el cuerpo cósmico de la Tierra.
“Así es como llegamos a la idea de abordarlo en torno al tema del cambio climático y la ecología: la playa se expande en una dimensión filosófica porque el planeta se calienta cada vez más y la playa era una bella metáfora para aterrizar esto”, señala la directora del montaje.
La historia no es lineal, ni es una narración única o concreta, sino estrofas poéticas a través de las cuales los personajes nos relatan pequeños sufrimientos, reflexiones o situaciones concretas en la playa.
“Como autoras de la pieza, no tenemos una postura de juicio. Se trata de trabajar con arquetipos y una historia no lineal. La tragedia sucede todo el tiempo, “ comenta por su parte la compositora y directora musical, Lina Lapelytė
“No van a escuchar la palabra plástico, es una aproximación poética de un tema profundamente político”, agrega.
Además de los intérpretes cantantes de la propuesta original, participan 23 mexicanos como intérpretes de fondo (que no cantan) y otros 30 que sí cantan y se van rotando entre las 4 funciones que presenta “Sun & Sea”, entre las 2 y las 6pm.
LA EXPERIENCIA
Si bien las creadoras han mencionado que la escenografía es tal para que la gente circule a su gusto alrededor del escenario (siempre desde arriba), es observable que la mayoría de la gente inmediatamente al entrar toma un lugar y se queda parada ahí.
Algunas (pocas) sillas están dispuestas para los cansados, pero no son suficientes y al rato ya mucha gente está sentada en el suelo, en torno al barandal.
A pesar de la corta duración de la obra (60min), la permanencia de la escena en el tiempo se vuelve un factor fundamental para comprender el mensaje planteado: conforme avanza la obra, el calor de los reflectores se vuelve desesperante. Se acompaña de la repetición de pocas notas musicales, sobre las cuales se hilan los cantos.
No hay muchos arreglos vocales ni instrumentales. La voz guía todo. A ratos, la misma nota se repite con el ritmo del “sonidito” (aunque más grave) o irrumpen voces menos estudiadas (que desafinan), llevadas por la letanía y armonía del coro.
En esta playa artificial es observable que los niños, jóvenes y adultos mayores que no portan micrófono se limitan a interactuar entre sí - jugando juegos de mesa, comiendo, leyendo o platicando- y son los verdaderos actores, cuya principal labor es dar realismo a la escenografía y ser una distracción visual que ayuda a mantener la atención del espectador mientras le cantan las vidas de distintos personajes con técnica operística.
Unos comen, otros salen secos del escenario y vuelven mojados como si se hubieran metido al mar o con sus cubetas de juegos playeros llenas de agua para ‘pintar’ figuras en la arena o llenar una pequeña alberca inflable. Con el efecto, se entiende por qué los cantantes no necesitan actuar.
Entre los personajes que cuentan su propia historia, se encuentra una señora se queja de la basura que los vacacionistas dejan en la playa (restos de comida y bebidas) porque hace unos días quiso acostarse y debajo de su toalla había un pedazo de pescado asado y un corcho de champaña.
Otro observa cambios en los colores del mar y el cielo, “este verano el mar está tan verde como el bosque”, canta el coro.
“Lloré mucho cuando supe que los corales desaparecerán”, “Todo está al revés: mayo con granizo y nieve; invierno con brotes y hongos…”, “Después de las vacaciones, tu pelo brilla, tus ojos resplandecen, todo está bien”, son algunas consignas que hacia el ‘final’ remiten cada vez más al cambio climático y la expansión de la playa como un escenario desolador, con ironía sobre lo que representa este paisaje idílico y de relajamiento al que acudimos en vacaciones.
Al entrar el primer grupo de gente en el 53° FIC, los intérpretes ya están cantando. Al final, continúan cantando mientras la primera tanda de asistentes sale sin que haya un cierre y queda una sensación de ciclicidad.
Cuando la obra vuelve a la misma estrofa con la que empezó, personas del teatro ondean banderas amarillas en cada esquina del escenario y hacen salir a la gente, mientras la canción sigue y se encadena con la siguiente función.
Los intérpretes se van rotando a lo largo de las 4 horas de funciones, aunque sin pausar el performance. Los espectadores de las últimas funciones cuentan que en algún punto incluso hubo 2 perritos en escena.
Para más información sobre esta propuesta puedes consultar el programa de mano y enlace de registro a través de la página oficial del festivalcervantino.gob.mx/actividad/1305/sun-sea .