Cultura

Cada Semana Santa, el Viacrucis de Iztapalapa convoca a multitudes de hasta dos millones de personas. Esta emblemática tradición aspira a ser reconocida este mes por la Unesco como Patrimonio Cultural de la Humanidad

Del barrio al mundo: el Viacrucis de Iztapalapa busca su lugar como Patrimonio de la Humanidad

Del barrio al mundo: el Viacrucis de Iztapalapa busca su lugar como Patrimonio de la Humanidad CIUDAD DE MÉXICO 18ABRIL2025.- Miles de personas provenientes de todo el país y diversas partes del mundo, asistieron a la 182 representación del Viacrucis en calles de la alcaldía Iztapalapa. En imagen tomas aéreas desde el cerro de la estrella. FOTO: ROGELIO MORALES CUARTOSCURO.COM (Rogelio Morales Ponce)

El Viacrucis de Iztapalapa, el más antiguo de México, cumple 182 años (desde 1843) y nació de manera espontánea durante una de las peores epidemias de cólera que azotó al entonces pueblo de Iztapalapa.

De promesa comunitaria a celebración monumental: el Viacrucis más grande del país va por el reconocimiento de la Unesco

Los habitantes hicieron una promesa: si el Señor de la Cuevita -venerada imagen del Santo Sepulcro- los protegía de la enfermedad, cada año festejarían una representación de la Pasión de Cristo como agradecimiento.

El año pasado se sumaron 1,4 millones de personas, aunque ediciones anteriores han superado los dos millones de asistentes.

El Viacrucis de Iztapalapa compite por su lugar entre las expresiones culturales más valiosas del mundo

Ahora, podría ser reconocida a nivel mundial por la Unesco, que evaluará su canditatura, entre otras, en su reunión anual del 8 al 13 de diciembre en la ciudad de Nueva Dehli.

Otros países de América Latina y el Caribe postularán sus propias fiestas culturales; se suman el joropo venezolano, el cuarteto de Córdoba en Argentina, la música y danxa aimara de Sarawja en Perú y la Festividad de la Virgen de Guadalupe en Boivia.

La procesión que reivindica a toda una comunidad

En Iztapalapa, una de las tres zonas más violentas de la capital, encuentran en esta procesión un acto enorme de fe, y al mismo tiempo, un motivo de orgullo.

“No solamente somos agresividad y secuestros; es gente, es amor, es paz.” Contó David Fuelle, quien lleva más de 25 años participando en la tradición, este año como soldado.

Tendencias