Es fácil sorprenderse en Estambul. Una ciudad única en el mundo dividida entre dos continentes y atravesada por un puente que las une. Una amalgama cultural, diversidad de especias y sabores han convertido a Estambul en el escenario de muchas series famosas, películas, libros y en el anhelo de muchos turistas.
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Muchas personas dicen que es el ombligo del mundo, el origen, por la gran carga histórica que tiene y que aún se respira en cada una de sus calles. Guarda entre sus memorias grandes batallas, palacios de sultanes, independencia y una riqueza en la cultura.
Para los viajeros y amantes del café, Estambul tiene una experiencia mística muy peculiar: la lectura del café.
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Esa tradición, se va pasando de familia en familia y algunas de ellas, más apegadas hacía el este del país, creen que son solo los ojos de las mujeres los afortunados para hacer la lectura de la bonanza o desfortuna venidera. Las madres, abuelas o hermanas leen a los hombres u otros integrantes de la familia, aquello que les depara el futuro después de beber en una de esas pequeñas tazas de café, como un gesto cotidiano o incluso, recomendación.
La gente local recomienda para la lectura de café, alguno de los negocios cerca de la plaza de Taksim, una de las más famosas de Estambul, el corazón de Turquía. La callejuela es una de las laterales,angosta, repleta de negocios pequeños con hombres fuera de ellos sentados en sillas casi a ras de la banqueta y con mesas donde reposa su té o cay.
Al ingresar hay varios pasillos y unas escaleras minúsculas que conducen a una gran terraza en donde se puede contemplar el bósforo y parte de Estambul. Se pide al mesero falcı o lectura de café y te traen una taza de café turco tradicional. Este café que ahora es patrimonio cultural inmaterial de la humanidad según la UNESCO, se diferencia de los demás porque tiene una técnica de preparación especial. La mezcla de granos molidos de café se pone a cocer a fuego lento hasta que espumea.
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Se bebe en tazas pequeñas acompañado generalmente de un vaso de agua para disminuir la sensación arenosa que deja en la boca. Su asiento al final es el que se lee. Una vez que se termina de beber el café, en ese escenario con la torre gálata de fondo, es necesario comenzar con el ritual de la lectura. Se deben posar las manos sobre la pequeña taza y dar tres vueltas con dirección hacia nosotros para cargarlo de energía y finalmente voltear la taza sobre el plato.
Al terminar esos pasos, no se debe tocar o girar la taza. Algunas personas recomiendan que mientras el café se enfría, se debe poner una moneda encima para la buena fortuna.
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La persona que lee el café estaba en una sala en otro piso del edificio. En un espacio con muebles antiguos y silencioso. Para la lectura es necesario dar el nombre y colocar las manos sobre la taza nuevamente. El adivinador toma la taza, la gira y observa las figuras que se forman en el asiento del café en búsqueda de esos jeroglíficos que revelan el destino.Poco a poco va escudriñando en el futuro y da su lectura y recomendaciones.
Son muchas las razones por las que uno podría enamorarse de las tierras legendarias de Estambul. Puede ser por su gastronomía, la amalgama cultural o el gran legado histórico pero sin duda escudriñar el porvenir mientras se bebe café es otra más.