Escenario

ENTREVISTA. El cineasta habló de algunos de los momentos más importantes de su carrera a propósito de su visita al Festival Mórbido

Chuck Russell, genio y figura del cine de horror: “Soy muy competitivo y suelo ser mi propio rival”

El cineasta Chuck Russell Fue invitado de honor del Festival Mórbido. (ESPECIAL)

Uno de los invitados estelares de la edición 17 del Festival Mórbido fue, sin duda, el director Chuck Russell, que aprovechó su primera visita al país para presentar su más reciente proyecto, Witchboard, ante una sala llena.

Con cintas de culto y muy queridas por los fans que van desde La mancha voraz hasta El Rey Escorpión, el icónico cineasta habló con Crónica Escenario sobre su amor por el terror mientras repasamos una carrera digna donde salvó a Freddy Krueger del olvido y mandó al estrellato a figuras como Jim Carrey y Dwayne Johnson.

Russell recordó cómo comenzó su carrera y el camino hacia su debut con Pesadilla en la Calle del Infierno 3: Dream Warriors, una de las favoritas de la franquicia.

“Cuando llegué a Hollywood, era un chico muy joven que escribía guiones, no había estudiado cine pero estaba determinado para encontrar mi camino como realizador. Empecé a trabajar como asistente de director, sirviendo cafés y demás, cuando decidí que tenía que averiguar cómo avanzar en este negocio”, dijo.

“Fui muy persistente hasta que obtuve los derechos para hacer un remake de La mancha voraz”, continuó rememorando Russell.

“Presenté el proyecto a New Line Cinema y me dijeron que no querían hacerla pero que estaban en busca de alguien para arreglar el universo de Freddy Krueger. Fui un gran fan de la primera cinta y lo que Wes Craven creó fue increíble. Estaban un poco preocupados en la productora porque la segunda parte fue una desgracia para los fans”, siguió.

El artista disfrutó de recordar el momento: “Entonces acepté y decidí que teníamos que ir más profundo en los sueños. Aunque a mi gusto, la segunda cinta era genial y tenía cosas muy interesantes sobre Krueger, sabía que trabajar con los sueños era la clave para hacerlo todo un poco más divertido y tan asqueroso como el diablo”, dijo.

“Hicimos cosas muy locas como vestir a Freddy de smoking, logramos que saliera de una televisión y en todo momento, Robert Englund era mi campeón, pues apoyó que hiciéramos más con su terrorífico personaje y lo hicimos”, apuntó el oriundo de Illinois.

Para Chuck, era cuestión de respetar lo hecho por Craven y llevarlo un grado más allá. “Quería honrar el filme original. Así que, en mi mente, continué con esa historia. La tomé tan en serio porque la historia se construyó alrededor de una institución para jóvenes con problemas de adicciones y salud mental”, expresó.

“Me metí a una de ellas durante algunas semanas para percibir la sensibilidad del lugar y creo que la pudimos depositar en el relato. Era la primera vez que dirigía y no me podía detener. Creo que entre Frank Darabont y yo reimaginamos lo que hizo Wes y lo hicimos más épico”, complementó.

Dotándolo de un humor negro y una sensibilidad interesante con sus personajes, la tercera parte de esa franquicia le dio nuevos aires a Krueger.

Dream Warriors trataba de mostrar que el corazón de estas relaciones que tenemos de adolescentes así como el amor y la amistad que teníamos a esa edad y que perdimos en algún momento, junto a sus sueños, podrían ser suficientes para derrotar al mal. Eso me dio un equilibrio entre lo bueno y lo malo y estaba muy consciente del mensaje que estoy mandando”, afirmó Russell.

El segundo paso era, por fin, poder hacer La mancha voraz, cinta de culto de 1958 con Steve McQueen como protagonista, pero esta vez reimaginada y con retos más complicados que en su debut.

“El CGI no estaba listo. De hecho, hicimos algunos test y no se veía bien. Pero soy alguien a quien le gusta desafiarse a sí mismo. Mientras pasas por el proceso de storyboarding, te vuelves un ilusionista y piensas cómo puedes hacer eso con efectos prácticos”, expresó.

Como en su afortunado debut, el director habló de la importancia de los personajes en sus historias. “Para crear suspenso, tienes que estar conectado con el protagonista. Y en el caso de este filme, me aventuré a matar al héroe de la cinta anterior, asegurando que el público supiera que había un loco detrás de la dirección y que no existía ningún personaje seguro”, comentó.

“Luego tomé el papel más inesperado para que fuera el líder en ese momento, que fue el maravilloso Kevin Dillon al lado de una Shawnee Smith adelantada a su tiempo, mostrando un líder femenino fuerte. Fue una gran aventura hacer esa cinta independiente. Todos éramos jóvenes y estábamos encontrando nuestras habilidades”, explicó.

Russell siguió resaltando la importancia de los cineastas independientes en el género. “La diferencia entre el horror independiente que amamos y el de grandes presupuestos es que sientes como si los fans del horror hicieran el filme. En los grandes estudios es un poco diferente”, mencionó.

“Tienes que ser John Carpenter o William Friedkin, que son maestros, pero siempre está el peligro de que se convierta en algo sobre producido como La momia con Tom Cruise”, criticó tajante.

“Con el terror, tienes que traer el miedo a casa, ya sea a perder la vida con la muerte más grave posible e imaginar que morir así debe ser terrible. Tenemos que sentarnos y pensar qué es orgánico en la historia, crear un modo creativo y asombroso. Y no sólo hacer pornografía sangrienta o simplemente horror por horror”, complementó.

Después de muchos años sin volver al terror, Chuck decide reimaginar otro clásico de culto ochentero, Witchboard, llevándolo por nuevos caminos.

“Tengo una teoría sobre la resonancia de la cultura pop. En mi opinión, es bastante rudo hacer un remake de algo que era terrible. Entonces, me gusta pensar en el término de reimaginar, porque no hay algo que pudiera hacer que hiciera original al rehacer un filme. Witchboard fue un cine dulce y genial en los 80”, dijo.

“Una de sus grandes atracciones fue tener a Tawny Kitaen, que tenía una gran escena de baño, además que Tenney, su director, prácticamente hizo el primer filme con un tablero de Ouija, lo cual ya era fascinante”, manifestó.

“Pero creo que ese tipo de cine indie que amamos puede ser más grande, mejor y más loco. Witchboard tiene básicamente todo lo que quisiera intentar en el terror que no había hecho aún. Por eso introduje, después de una buena investigación, al tablero de péndulo, que es el antecesor de la Ouija”, siguió.

“Además, soy creyente del mundo espiritual y debo decir que hay algo de la espiritualidad que se refiere a la intención en el acto. Si hay un acto blanco de amor, se regresa y si es algo oscuro, pues todo tiene un karma y te va a golpear de vuelta”, confesó.

Varios retos se le presentaron al hacer esta vuelta al género, pero es algo que abrazó con entusiasmo. “Crecí amando las películas de horror y cuando tuve la oportunidad de hacer mi propia cinta quise hacer algo que nunca había visto antes. Siempre me ocurre, soy muy competitivo y suelo ser mi propio rival”, expresó.

“En este filme, todos me dijeron que nunca podría tener un gato que se comportara en el cine. Pero esta gata en particular, como los mejores animales de cine, entiende que es un trabajo. Y obtiene toda la atención de estos seres humanos que estaban muy silenciosos con ella. Era una diva así que solo había un gato, no hubo doble”, ironizó.

Además, Russell quedó encantado con el antagonista del filme, Jamie Campbell Bower, quien no fue la primera opción para ser el villano.

“Había un actor más viejo que era bastante famoso que quería para el papel. Y sonaban alrededor de él varios nombres hasta que un día estaba viendo Stranger Things, me gustó mucho y pensé ¡este tipo! Jaime tiene una gran carrera y este resultó ser el casting estrella para la cinta”, reconoció.

Finalmente, el cineasta de Illinois no dudó en declarar la importancia de la diversión dentro del género. “Sé que el horror es muchas veces sobre la desesperanza y crudo y existen cintas maravillosas que son así, pero me dejan tan deprimido. En mi caso, cuando cuento una historia, tiendo a entretenerme también”, dijo.

“Es una locura pero mi deseo al hacer una película es que nunca me aburra. Por eso hago todo y lo llevó a excesos impensables como una posesión que se convierte en un cambio de cuerpo solo por diversión”, añadió.

Su pasión por lo desconocido ha captado la atención del cineasta y nuestro país, donde promete que una historia está en ciernes.

“Uno de los proyectos que estoy intentando hacer es sobre folclore mexicano. Me encantaría grabar aquí, ya veremos si sucede. No puedo decir mucho, pues hasta que suceda no pasa nada, pero me encanta toda esta cultura mexicana y pienso abordarla pronto”, concluyó.

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