Después de una larga espera, Ridley Scott logró volver al mundo del Imperio Romano con Gladiador II, secuela de aquella mítica cinta que mandó a Russell Crowe al estrellato y que ganó cinco Premios Oscar.
Ubicándose años después de donde terminó la anterior, nuevos personajes y un Imperio decadente conforman este relato que cuenta con un gran antagonista en Denzel Washington, quien da vida a Macrinus. Crónica Escenario charló con el actor al respecto de este filme.
Denzel se reencuentra con Ridley después de su anterior colaboración en el 2007 con la cinta Gángster Americano, ahora en un proyecto épico que es totalmente diferente al anterior. “Él me llamó y acepté sin haber leído mi parte. Solamente me interesa trabajar con los mejores directores y él es uno de ellos”, aseveró el dos veces ganador del Oscar.
“Es una película distinta. Las primeras dos o tres semanas, hubo mucho tiempo para escuchar y observar. Fue un proceso que no había tenido antes, de simplemente ser observador en ese momento”, complementó.
La sinopsis de Gladiador 2 es la siguiente: Tras la muerte de su ídolo Máximo (Russell Crowe), Lucio, el hijo de Lucilla (Connie Nielsen), es puesto a salvo fuera del Imperio Romano. Escapando de la influencia de la corrupción romana, las intrigas y las luchas de poder, Lucio (Paul Mescal) se convierte en un joven en paz en la costa norteafricana, hasta que un día su pasado le alcanza.
Nunca pienso si soy el bueno o el malo, sino que me mueve el deseo y lo que él quiere. Poder saber qué es lo que están atravesando. En el guión, no se habla del pasado, cómo fue explotado o abusado. Eso es mi trabajo, construir algo a partir de ello
— Denzel Washington
Su nueva patria es invadida por las legiones romanas dirigidas por el general Marco Acacio (Pedro Pascal). Traumatizado por las trágicas pérdidas, Lucio es llevado a Roma y vendido al dueño de un establo de gladiadores, Macrinus (Denzel Washington). Deberá luchar por su vida en la arena para entretenimiento del pueblo y de sus coemperadores Geta (Joseph Quinn) y Caracalla (Fred Hechinger).
Impulsado por una rabia desenfrenada, Lucio quiere asestar un golpe al Imperio y, sobre todo, vengarse del que considera su peor enemigo: El general Acacio, que, sin embargo, cuenta con el favor de Lucilla, la madre de Lucio...
Y es que Washington se roba la cinta con su Macrinus, un papel antagónico que brilla gracias al gran trabajo del histrión. Sobre su preparación, señaló: “Empieza desde la primera hoja. Si dice exterior, noche te preguntas a qué hora de la noche. Eso porque cada pregunta te lleva a otra y, vaya, una casa no la construyes sin ventanas o ladrillos, sino que necesitas un pedazo de tierra y un árbol y un sueño o una idea”, expresó.
“Es así que hago a mis personajes. Realmente el guión te dice qué tan lejos puedes llegar con el papel. Siempre tienes que estar abierto, llegar con tu bolsa llena de recursos para ver qué es lo que sucede”, añadió.
Asimismo, el oriundo de Nueva York habló de las principales motivaciones que su maquiavélico rol tiene. “Son el poder y la venganza, incluso el control, que está ligado al primer concepto. Macrinus lo quiere todo y está dispuesto a hacer lo que pueda y hará lo que necesite para obtenerlo”, expresó.
“Nunca pienso si soy el bueno o el malo, sino que me mueve el deseo y lo que él quiere. Poder saber qué es lo que están atravesando. En el guión, no se habla del pasado, cómo fue explotado o abusado. Eso es mi trabajo, construir algo a partir de ello”, añadió.
Una de las cosas más destacadas para completar la interpretación de Macrinus es, sin duda, el vestuario.
“Solamente me traían cosas como joyería y sandalias y todo lo que lucía perfecto para un proxeneta del Imperio Romano. Y lo amé. No pude ponerme suficientes anillos en mis dedos y el vestuario es una de las últimas cosas que le aportas al rol. Ya que trabajaste de adentro hacia afuera, ahora es a la inversa. Y así fue que procedimos a decidir la apariencia que tendría. Fue bastante divertido”, manifestó.
Aunque Denzel tiene experiencia detrás de la cámara con la aplaudida cinta Barreras, está consciente de que su vocación no es la de dirigir. “Hay una diferencia entre hacer una película y ser un cineasta. En mi caso, hice un par de filmes, pero mi hijo Malcolm sí es realizador”, comentó.
“Estoy aprendiendo esa distinción, desde la forma en que piensan, en cómo desarrollan sus ideas y se lanzan a concretarlas y demás. La verdad es que no me gustaría volver a interpretar un papel en algo que dirigiera yo, porque no puedes hacer ambas labores bien, salvo que seas Clint Eastwood”, bromeó un poco el histrión.
En este punto de mi carrera estoy trabajando como nunca, acercándome a los mejores directores pero creo que lo mejor está aún por venir
— Denzel Washington
Washington reflexionó sobre su propia carrera, misma que no duda que esté a punto de terminar pero en la que siempre está en la búsqueda de entregar lo mejor de sí. “En este punto de mi carrera estoy trabajando como nunca, acercándome a los mejores directores pero creo que lo mejor está aún por venir”, dijo.
“No estoy complacido así que me miro al espejo y decido lo que quiero y como puedo mejorar físicamente, he bajado casi 40 kilos en dos años. Subí unos cuantos de músculo porque no me gustaba lo que veía. Estoy muy interesado ahora en hacerlo y ser mejor usando todo lo que me queda”, añadió.
Ante esta exigencia impuesta por él mismo, volver a trabajar con Ridley Scott le fue natural pues, en su punto de vista, es uno de los más importantes de la historia del cine.
“Es un maestro, trabaja con unas 10 a 15 cámaras a la vez. Y si no confías en el piloto, no vas a volar. Y él puede hacerlo como ningún otro y tiene una forma única de hacerlo. Y la verdad es que eso me ha ayudado a sentarme en la cabina y poder construir o crear algo. Y si nos estrellamos y todo fracasa, lo hacemos juntos”, explicó.
“Creo que el deseo de trabajar con los mejores depende de esos grandes cineastas como Ryan Coogler o Steve McQueen, que están interesados en trabajar conmigo y viceversa. Tuve una gran conversación con Paul Thomas Anderson y estoy en espera de saber si podemos hacer algo juntos en un futuro”, mencionó.
“Durante la pandemia, lo contacté y le expresé mi interés por hacer algo con él. No sé si suceda pero eso es lo que más me interesa ahora, los grandes cineastas”, agregó al respecto el galardonado actor.
Finalmente, Denzel no dudó en ahondar en todo lo que ha logrado y lo que ahora busca hacer con el camino andado. “Alguien alguna vez dijo ‘aprende ahora y devuelve’. Estoy en esta última fase ahora, devolviendo las bendiciones que tuve la fortuna de obtener”, expresó el actor.
“No monetariamente, sino en ideas o pensamientos o testimonios de mi propia experiencia o la falta de la misma. Y eso me gusta de lo que hago, me agrada ayudar a la gente, ver que a la gente le va bien en este negocio”, continuó.
“La mejor recompensa que he tenido en esta carrera es ser honesto conmigo mismo, trabajar duro, aparecer en escena, porque en teatro es donde aprendes no en cine. Aprendes a actuar ahí, no al revés”, siguió.
“Y el poder hacer feliz a la gente, ser capaz de hacer que se distraigan y disfruten por un par de horas, me encanta. No me tomo muy en serio mi trabajo. Trato de aprovechar las oportunidades para compartir siempre lo que he aprendido. Esa sensación es la mejor de todas”, concluyó Washington.
Alguien alguna vez dijo ‘aprende ahora y devuelve’. Estoy en esta última fase ahora, devolviendo las bendiciones que tuve la fortuna de obtener
— Denzel Washington