Escenario

ENTREVISTA. El cineasta nos habla de su más reciente filme que llega a las salas nacionales, junto a su elenco Tony Dalton, Patricia Reyes Spíndola, Iazua Larios y Fernanda Echevarría

Rigoberto Castañeda lleva el terror de ‘La Planchada’ al cine con ‘Turno nocturno’

Fotograma de Turno nocturno Las protagonistas del filme. (CORTESÍA)

La leyenda de ‘La Planchada’ cobra vida en la nueva cinta de Rigoberto Castañeda, Turno nocturno, donde a cualquiera que rompa las reglas le esperará una sorpresa aterradora. Crónica Escenario charló con Rigoberto Castañeda, director y guionista del filme, así como Tony Dalton, Patricia Reyes Spíndola, Iazua Larios y Fernanda Echevarría, quienes nos hablaron de su experiencia para dar vida a esta leyenda mexicana que resuena en todo el sistema de salud mexicano.

En los pasillos oscuros de un hospital, deambula el fantasma de una enfermera conocida como ‘La Planchada’, famosa por su aspecto impecable. Mientras los pacientes creen que ella está ahí para ayudarlos, las enfermeras y doctores conocen la verdad: deben seguir sus reglas al pie de la letra: “Que nada se te olvide. No te distraigas. No te relaciones con el personal. No te duermas nunca”. Rebeca, una nueva enfermera en periodo de prueba, no solo debe demostrar su valía ante sus superiores, sino también enfrentarse a esta misteriosa y temida entidad.

Castañeda habló del proceso de investigación para reinventar la leyenda de ‘La Planchada’ en esta historia. “Fue a partir de la primera vez que me la contaron, que fue en un hospital y poco a poco irla entendiendo. Recuerdo que una vez fui a un scouting al Hospital Juárez del centro de México, que es en donde más se cuenta de ‘La Planchada’”, expresó.

“Y ahí fue donde recibí la mayor cantidad de historias. Después empecé a escribir el guión, que iba a ser un cortometraje para México Bárbaro 2, que al final nunca hice, porque pensé que era mucho más fácil hacer un largo que un corto”, añadió.

De ahí a lo empírico: “Entonces me di a la tarea después de extenderlo y la historia en realidad la encontré cuando acabé en un hospital internado durante tres meses. Ahí pude hacer una gran parte de la investigación, viviendo el turno nocturno, caminando los pasillos de un hospital de noche, platicando con enfermeras, entendiendo de qué se trata realmente su trabajo y de por qué este fantasma llegó a ser un fantasma en realidad. Cuando entendí eso, fue que todo se acabó de cosechar realmente”, añadió.

Patricia Reyes Spíndola y Iazua Larios interpretan a las enfermeras Hortensia y Luciana, respectivamente, quienes no sólo tienen que lidiar con ‘La Planchada’ y su terror sino con el tema de la invisibilidad que las mujeres padecían en esos tiempos.

“En esta cinta las mujeres tienen un personaje muy especial. De hecho, son las que llevan el hilo conductor, desde La Planchada y las historias que se dan alrededor “, afirmó Reyes Spíndola, quien también dijo “quien desatora todo son las mujeres, los que sufren son los médicos y todo el personal”.

“Gran parte de la historia de la película va en relación a las dinámicas de poder que puede haber o que aún hay en los sistemas de salud, en este caso en el hospital. Y eso está claro en el guión, donde queda claro este problema y da una resolución con una forma de atravesarlo diferente. En mi caso, es intentando sobrevivir y haciendo sus propios ejercicios de poder”, añadió Larios.

Una de esas amenazas de poder la hace el Doctor Zamudio, un depredador del hospital que tendrá que pagar las consecuencias de sus actos y que forma parte de ese sistema de poder masculino horrendo:

“Es un poco mañoso dentro del hospital, tiene su famita. Y justo cuando llega el personaje de Rebeca, que es Paulina Gaitán, la nueva enfermera, él le echa un ojo encima y empieza a tratar de cazarla lo más que puede y las cosas se empiezan a volver un poco más intensas mientras transcurre la cinta”, comentó el actor.

Fernanda Echevarría da vida al espíritu de la leyenda, ‘La Planchada’, en un rol completamente diferente a lo que ha hecho hasta ahora. “Rigo me ofreció ser el fantasma y nunca había hecho a un personaje paranormal”, dijo.

“Fue muy interesante armarlo junto con él, que tenía muy claro que quería que se moviera de una manera. Por más que yo ensayaba y probaba y tal, fue hasta el momento en el que me vistieron y maquillaron por completo, que bajé a la prueba de cámara, y ahí nos salió”, agregó.

Asimismo, el director y el cast meditaron sobre la importancia de contar estas historias de terror que retomen nuestra propia cultura y leyendas.

“Esa es una de las grandes intenciones de Turno nocturno, pues con este filme estamos estrenando un sello que es el Psiquiátrico La Castañeda, donde justamente lo que estamos intentando hacer es un sello de horror que retome las leyendas mexicanas, el bestiario gigantesco que tenemos en nuestro país de monstruos, y fantasmas, que nunca se han llevado a pantalla”, destacó Castañeda.

“En el caso de Kilómetro 31 retomamos una leyenda, la Llorona, y la mezclamos con otra que existe desde la cinta, que es el Niño de la Carretera del KM 31 al Desierto de los Leones. Justamente de eso se trata, de crear, reinventar y poner nuestra cultura y tradiciones orales que están totalmente abandonadas, y retomarlas para el cine, para que el público regrese a ver nuestras historias, porque ahorita es bien complicado combatir contra todos esos blockbusters americanos y creo que la mejor respuesta es utilizar nuestra cultura y que el público mismo se vea en pantalla”, agregó el cineasta.

Turno nocturno busca ser la ventana de apertura para aquellos que desconocen la leyenda a través de una atmósfera intensa conseguida al ser un hospital la locación ideal del relato.

“Te pone en circunstancia, porque es un hospital abandonado que se rehizo, pero había partes que estaban en ruinas, básicamente. Y ahí estaba la oficina de producción, maquillaje y vestuario. Entonces, al menos para mí era rarísimo que pudiera abandonar el edificio por cuestiones de vestuario justo, pero estaba feliz ahí”, señaló Fernanda.

“Hay algo muy distinto a que, si de pronto, aquí armamos un quirófano o unos pasillos. Hay algo de respeto por el lugar en el que estás trabajando. Pero sí me daba miedo. Hay una caminada que, no sé si quedó o no en el filme, que hago donde había un dummy acostado y cuando caminaba, sentía que se moví. Pero creo que nomás era mi loca imaginación”, rememoró Patricia Reyes Spíndola.

Hablando de la locación, el director de la cinta acepta que si hay algo de tétrico que le añade una capa más al filme tener ese set realista:

“Es algo que es completamente psicológico, cuando te das cuenta de dónde estás y qué es lo que estás viviendo en este lugar. En 1985, era el Hospital de Convalecencia, así se llamaba ese edificio. Y según el cálculo, ahí era donde iban a llegar todos los que estaban en el postoperatorio y los que estaban a punto de fallecer. Muchos se morían y el cálculo es más o menos de 300 mil almas que se perdieron ahí”, dijo.

“Entonces si te digo ‘vamos a filmar una película en un cementerio’, estamos hablando de 30 mil almas. Aquí eran diez veces más. Cuando entiendes eso, psicológicamente tiene una carga en tu mente. Entonces ya, eso creo que está permeado en la película, que en ella puedes respirar esta sensación como cuando entras a un hospital real en donde la gente ha sufrido o ha perdido la vida”, manifestó Rigoberto.

“Yo sí sentía esa vibra de que ahí había muerto mucha gente, entonces sí me daba miedo, me daban miedo las paredes, incluso tomé muchas fotos que luego borré de mi teléfono porque me daban temor. ¿Para qué traigo cosas que me dan pavor? Era una casa de terror constante”, concluyó Patricia.

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