Escenario

ENTREVISTA. Hablamos con el cineasta Azazel Jacobs sobre el filme de Netflix y con sus protagonistas Natasha Lyonne, Elizabeth Olsen y Carrie Coon

‘Las tres hijas’: Un poderoso drama sobre la pérdida y la hermandad

‘Las tres hijas’ de Azazel Jacobs Fotograma del filme. (Cortesía)

Debutando en el Festival de Cine de Toronto, la más reciente cinta del director y guionista Azazel Jacobs con un trío de actrices de lujo llegó a Netflix. Se trata de Las tres hijas y en Crónica Escenario charlamos con el realizador neoyorquino así como con sus protagonistas, Natasha Lyonne, Elizabeth Olsen y Carrie Coon sobre este poderoso drama sobre la pérdida, la hermandad y todo lo que sucede en medio de ello.

La sinopsis del filme es la siguiente: Cuando la salud de su padre empeora, tres hermanas con vidas diferentes se unen para intentar hacer planes para lo inevitable. La mayor es la nerviosa Katie, que se centra en todos los detalles prácticos. La hermana mediana, Rachel, está deseando irse después de pasar un año cuidando al hombre. Y la hermana menor, Christina, parece siempre al borde de las lágrimas, haciendo todo lo posible por mantener la paz mientras todos están atrapados en el pequeño apartamento de su padre.

Jacobs comenzó hablando de lo personal que es para él este proyecto. “Siempre me ha dado miedo perder a alguien de mi familia, especialmente mis padres con quienes soy muy cercano y siempre me inspiraron a hacer esto. Y de repente, este tema que parecía tan alejado de mí se volvió algo muy cercano, volviéndose en una gran parte la inspiración para esta historia y tartar de capturar algo que temía que sucediera. Esta historia me ayudó a confrontar algunos miedos y esperanzas que tenía antes de vivirlas en propia carne”.

Asimismo, el neoyorquino habló de los retos en la dirección y el trabajo con Elizabeth, Carrie y Natasha. “Curiosamente, lo primero es que fui con ellas tres y gracias a ellas es que todo funcionó. De hecho comencé pensando en este trío mientras escribía el guión. Y toda la experiencia ha sido alegre. Creo que de todos los proyectos que he hecho, esta experiencia fue la más diferente de todas. Aquí simplemente confié en mis instintos y todo salió de una forma en la que estoy plenamente agradecido”.

Ha sido un verdadero testamento de cómo volver a los tiempos en que inició el cine”, añadió Olsen. “Cada actor tiene un número en su cabeza y sabes lo que eres capaz de hacer por ese monto con estas personas. Pero una cosa no es requisito para lo otro. Creo que todas estábamos emocionadas de poder formar parte de este filme en tiempos donde es muy complicado hacerlo. Fue emocionante grabarla en secreto, como si fuera algo solo entre nosotros y que, hasta ahora, compartimos con el resto”.

Creo que la vulnerabilidad es la clave aunque aprendimos a que hay condiciones en donde uno se siente con una red de seguridad y confianza para hacerlo

—  Natasha Lyonne

“Esto nos permitió tener un lugar casi sagrado para todos. Recuerdo cómo en los 90 no teníamos celulares y podíamos ir a una locación loca y podíamos existir como un equipo por el tiempo necesario sin que nadie molestara. Creo que Aza consiguió hacer eso en este filme, la formación de un espacio donde hasta que termináramos nuestra labor podíamos discutir sobre ello”, expresó a su vez Lyonne.

Una parte fundamental de este filme es la química desarrollada entre las tres hermanas, algo que se logró con cierto tiempo de ensayos. “Tuvimos aproximadamente una semana antes del rodaje más o menos. Nos sentamos en la mesa de uno de los departamentos y leímos y hablamos sobre nuestras historias pasadas, algunos repasos con actores que se nos unirán pero creo que todos sabíamos que la labor principal era crear una intimidad”, dijo Coon. “Fue casi como ensayar para una obra de teatro”.

“Además, tratamos de encontrar y trabajar en algunas cosas muy básicas como si sonábamos de forma similar así que tuvimos que encontrar un sonido en nuestra habla que encajara con el ritmo que Aza tenía en mente”, mencionó a su vez Elizabeth.

Algo que parece ser un sello de estilo por parte de Azazel es, sin duda, esos momentos reflexivos que cada personaje tiene. “Me encantan los actores y su labor. Adoro verlos y creo que es la situación que más disfruto de dirigir. Siempre he buscado transmitir ese sentimiento que siento al verlos y que lo puedan sentir a su vez. En este caso, hubo mucho cuidado entre ellas tres y creo que lo trasladaron muy bien a la pantalla. Mi motivación es mostrar cómo la gente se conecta entre sí, incluso cuando no se llevan bien entre sí”, aseveró el realizador.

Dentro de Las tres hijas, existe cierto mensaje sobre el reconocer que está bien no estar bien, algo que hizo reflexionar a las protagonistas. “Creo que parte de nuestro trabajo es darnos cuenta de que tenemos una experiencia universal al interpretar algo que todos sienten que están haciendo bien o mal. Además, está el tema de la mortalidad y el envejecer. La cinta me hizo sentir más vulnerable que cualquier otro trabajo que he hecho antes y eso se ha quedado en mi”, dijo Carrie.

Creo que la vulnerabilidad es la clave aunque aprendimos a que hay condiciones en donde uno se siente con una red de seguridad y confianza para hacerlo. Te sientes invitado de forma honesta a ello. Además, creo que en este caso las relaciones son tan específicas que la autenticidad entre nosotras ya estaba plasmada entre otras. Pero siempre recibo con brazos abiertos la oportunidad de pensar sobre la mortalidad de mis padres y explorar algo que nunca he experimentado antes en la vida porque puede ser un gran aprendizaje”, acotó Natasha.

Aunque para Elizabeth, más allá de la historia de Las tres hijas, la lección que aprendió fue directamente sobre el quehacer cinematográfico. “Lo que más aprendí de esta experiencia no necesariamente fue por el contenido del relato, sino por la forma en la que se armó todo para que se creara es algo que creo cada cinta independiente busca hacer. El reconocimiento de saber que Aza pudo llevar a cabo este emotivo relato es algo que me llevo con toda mi alma. Formar parte del espíritu y la integridad de él para llevarlo todo a cabo fue duro pero memorable”, culminó Olsen.

Para acompañar estos duros momentos de la relación íntima y minimalista entre hermanas de Las tres hijas, la música de Rodrigo Amarante resulta un gran factor. “Lo conocí a través de un amigo íntimo en Los Ángeles”, detalló Jacobs.

Amé su música de inmediato y comprendí al escucharlo mientras escribía el proyecto que encajaba muy bien. Le mandé el guión con la esperanza de que lo inspirara a escribir algo y se aproximara a la historia no como compositor sino como el brillante cantante y músico que es. Creo que capturó mucho de lo que quería aterrizar, especialmente porque terminamos con su canción. De alguna manera, me dio un destino final y eso fue encantador”, añadió.

La relación rota entre las tres hermanas y la inevitable próxima muerte de su padre las muestra ajenas al sentido de la hermandad y familia que conocemos. Al respecto, Natasha meditó: “Es muy dificil interpretar a alguien así pero ¿ acaso no todos somos o nos sentimos así con nuestras vidas? Se que el personaje está tan bien escrito que mucha gente se identifica con nuestros roles, no hay nada arbitrario en ellos ni en su retrato. Y a mi me encanta la inmadurez que muchas veces reflejan entre ellas. Aprecio que Aza haya capturado mucho de ello de una forma tan realista”.

Efectivamente, es un bello retrato del hecho de que existe mucha gente que está rota, completa o cualquier otra cosa y de formas muy diversas. Tanto que existe una sensación de alivio cuando lo hablas con alguien, conectas con ella y te das cuenta que no eres la única persona que lo vive”, continuó opinando Carrie.

Finalmente, Jacobs se sinceró sobre la escena con Jay O. Sanders en el punto climático del relato, donde habló de su inspiración para ello. “Francamente fue una escena sorpresiva para mí cuando la escribí. No fue algo que tuviera pensado y de repente, verlo emerger de su habitación para escuchar lo que tenía que decir, recordarles que las ama, que se equivocó y que hay cosas que desconocen de él”.

“Además amo el momento en que sucede porque el espectador no sabe si en realidad está pasando o no con ella, pero con nosotros sí sucede. Creo que termina por abrazar algo sobre lo duro de la ruptura. El poner color a estas líneas, seguirle el paso y que provocará una diferente lectura para cada uno”, siguió.

Es un riesgo que siempre amo tomar pues por ello hago cine. Si bien nunca esperé que saliera a cuadro, también sabía que no iba a entrar a su cuarto. Mostrar una escena de muerte no era algo que podía hacer y no había manera de que pudiera lograrlo y sentirme feliz con ello. Así que esta fue la manera de abordarlo desde la fantasía e, incluso, la realidad del mismo instante”, concluyó.

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