Teherán, 2007. La joven Reyhaneh Jabbari. Con 19 años de edad, tiene un futuro promisorio por delante. Gracias a sus estudios y su constante deseo de salir adelante, la joven consigue una reunión de negocios con un potencial cliente nuevo, Morteza Sarbandi, quien alegaba ser un cirujano plástico.
Sin embargo, lo que parecía ser la oportunidad más grande de su vida se convierte rápidamente en un infierno cuando el individuo intenta violarla y ella, en defensa propia, lo apuñala y huye. Esto ocasionó su posterior arresto y acusación de asesinato. Tristemente y a pesar de todas las pruebas que justifican una legítima defensa de su persona, el sistema la condena a muerte.
Steffi Niederzoll dirige este fuerte documental llamado Siete inviernos en Teherán, ópera prima de la artista interdisciplinaria que se arriesga en muchas cosas al mostrar la totalitaria injusticia de un sistema machista que más allá de buscar justicia, sostiene sus prejuicios en contra de los derechos de la mujer.
A través de material de archivo obtenido por personas cercanas a la familia Jabbari que, bajo advertencia al comienzo del filme, pueden ocasionar una pena de cárcel tremenda en Irán, así como de testimonios de su familia, abogados y gente cercana al caso, la alemana monta un tristemente realista rompecabezas de todo lo sucedido.
La trágica historia de Reyhaneh retrata la dura injustica cometida hace diez años en Irán contra ella. Lo frustrante de la experiencia es cómo Niederzoll nos hace sentir ese enojo, la agonía y el dolor de un caso en el que la ONU, Amnistía Internacional e incluso los Estados Unidos abogaron por su caso sin tener un óptimo resultado.
Una década después, la sensibilidad y crudeza realista en que se aborda el caso nos muestra la fortaleza de una joven que, poco a poco, observa cómo se le escapan de las manos las ganas de luchar ante un voraz patriarcado que no le da oportunidad de que su voz sea escuchada.
Para aquellos que no conocen nada del caso, Siete inviernos en Teherán resultará un testimonio indispensable, emotivo y crudo sobre la violencia sistemática que se ejerce en contra de las mujeres en este lugar del mundo pero que, tristemente, encuentra muchos ecos alrededor del mundo donde la manipulación de declaraciones, la corrupción, pero sobre todo la falta de tacto y comprensión hacia las víctimas de abuso y violencia de género es plausible.
Es ahí donde este documental encuentra su eco, mostrando con material conseguido por su familia, así como los textos de la misma Reyhaneh, leídos por la voz de la actriz Zar Amir Ebrahimi, que acompañan este brutal tiempo en prisión esperando su sentencia.
Paso a paso, la cineasta alemana muestra cómo la evidencia a favor de la acusada fue destruida, las fallas en el sistema judicial mismo donde un juez, al mostrar empatía por el caso, fue destituido del cargo para deshacer todo el progreso logrado.
Todo esto es captado gracias a las declaraciones de su familia, en específico su madre, que se convierte en una luchadora por la vida de su hija buscando justicia o incluso el perdón por parte de la familia de Sarbandi, los únicos que en algún momento podían detener la ejecución eventual de la joven Jabbari.
Niederzoll no duda en darle voz a aquellos que incluso llegaron a compartir celda a su lado, mezclándolo de manera efectiva con esos documentos y material que fue sacado de Irán de contrabando, mismos que exponen en todo momento las irregularidades de un sistema que está marcadamente en contra de las mujeres que viven en este país.
Y aunque pareciera que la desolación o la desesperanza ganan en el desarrollo del relato, Siete inviernos en Teherán también es visto como un testamento de resiliencia, lucha y desafío que no ha pasado desapercibido para el mundo entero. Es el espíritu de Reyhaneh el que se mantiene vivo gracias a esta obra, donde, como ella lo menciona en una de sus cartas, “una chispa puede crear un poco de felicidad y positivismo”.
Este tipo de problemática es común en Irán y existen obras que resaltan cómo el sistema falla siempre en contra de las mujeres a pesar de que sean víctimas de acoso o incluso de ser casi asesinadas por el hombre.
La ficción Araña sagrada (Abbasi, 2022), basada en un caso real, plantea incluso cómo un asesino serial es elevado a casi una figura heroica por asesinar mujeres prostitutas en este país. Son este tipo de actos de opresión que las mujeres en Irán y en el mundo tienen que enfrentar una y otra vez.
Y es ahí donde la batalla de siete años de Jabbari encuentra su mayor importancia, pues su caso funciona como un parteaguas para cualquier mujer en busca de un mejor futuro.
Así, Siete inviernos en Teherán es un grito en contra de la opresión que busca romper el silencio a través de un documental donde se muestra el gran tacto e ingenio de Steffi Niederzoll para no caer en la revictimización ni en la violencia gráfica para hacer entender e incluso sentir a la audiencia esa impotencia que este relato genera.
Con ello, este proyecto se convierte en un clamor por justicia para todas las mujeres en el mundo que nos recuerda como una sola voz, como la de Reyhaneh o su madre, Shole Pakravan, pueden combatir el mar de desinformación, descalificación y conjeturas que buscan sostener una justicia inexistente en un mundo donde la lucha por ser escuchadas y tener equidad sigue en pie.