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Si ya le pico 20 veces al control y no se decide, lea esto:

Prime Suspect, nueva oportunidad de ver la serie una serie policiaca a la británica

Prime Suspect es una serie de televisión británica que se estrenó en 1991 y cuyas virtudes no han desaparecido en absoluto. De hecho, es increíblemente recomendable y sorprenderá a muchos televidentes mexicanos ahora que está disponible en una de las principales empresas de streaming.

Los años transcurridos desde su estreno no han desgastado las virtudes por las que resulta muy recomendable mirarla. Sí, es aquí donde deben detenerse aquellos televidentes que ya se pasearon por las principales apps de streaming sin encontrar nada que les llame la atención.

Prime Suspect lleva en el nombre la trama: entre saber quien mató y probar que eso es cierto, está una investigación que somete a quienes la realizan a presiones y encontronazos de realidad que difícilmente existen en otras chambas. La chamba de axul, de policía, es ingrata en el sentido espiritual y esa es una de las temáticas de Prime Suspect.

En cuanto a la forma, la manufactura es increíblemente buena, así que, aunque las grabaciones no tienen el lustre y luminosidad de los equipos actuales de video, la atmosfera policial (la camarería, las borracheras; la vida oculta de policías y delincuentes, muchas veces entrelazadas) se expresan con maestría bajo tomas generalmente grisientas.

La serie es, por tanto, muy recomendable y refrescante, ya que no tiene nada que ver con las escenas de acrobacias y explosiones con las que la producción estadunidense echa a perder cualquier buen guión.

Y no sólo eso, para los amates del buen cine, un detalle extra: alguna vez, en su Historia del Cine, una odisea, Mark Cousins hizo uso de esta serie como referencia visual a lo que deseaban Lars von Trier y la generación de directores que se propusieron renovar el cine hace algunos ayeres.

En efecto (y aquí hay un spoiler visual) hay que percatarse de que la cámara sigue de frente el caminar de los policías, que en otras ocasiones acompaña a una puerta en su movimiento de cerrado o bien se centra en los ojos desgastados de uno de los personajes que está cansado y temeroso. La cámara (la mirada omnisciente que nos brinda) es un personaje adicional, el nuestro.

En cuanto a la trama de los capítulos iniciales, los disponibles nuevamente desde esta semana para la audiencia mexicana, el entrelazado de historias es poco menos que espectacular.

No hay historias secundarias. De allí que no baste decir que se trata de una serie de asesinatos y la investigación en torno a ellos. Es también la historia de una inspectora que debe ganarse la confianza y obediencia de los sabuesos de Homicidios, que es siempre la zona más oscura de una comisaría.

Antipática muchas veces para sus subordinados por la fiereza del trato, lo es también para el telespectador porque en el fondo estamos atestiguando su deshumanización. Sí, es una policía que quiere encerrar al culpable, pero su actitud en ocasiones se parece más a la de un deportista engreído (como un futbolista famoso y desubicado), que quiere descubrir la verdad porque ese es el gran trofeo que merece su capacidad personal, dejando un de lado el asunto de resarcir a los que sufren.

Sí, en efecto, Helen Mirren, galardonada por esta actuación, da vida a un ser extraño llamado Jane Tennison, forzado a actuar sin miramientos. La muerte de un compañero la induce a pedir su puesto cuando el funeral aún no termina y pocas, muy pocas veces se convierte en un policía que lamenta la perversidad de la humanidad. “Así son éstos y por eso yo tengo trabajo” parece decir al inspectora Tennison.

Para quienes ya vimos la serie en su primera trasmisión, no dejará de ser grato revivirla. Pelito en la sopa: sólo se podrá ver en español, no hay opción de lenguaje original.

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