
En la segunda temporada de Lotería del Crimen, su personaje, Gigi, ha tenido una evolución significativa. “Era la más joven del equipo, nadie le tenía confianza al inicio. Viene de la Policía Cibernética, y aunque es muy preparada e inteligente, le costó trabajo que la tomaran en serio”, relata.
En esta nueva entrega, su personaje muestra un rostro más aguerrido: “Ya deja un poco el escritorio para salir al campo, usar armas y enfrentar situaciones más rudas. Además, se suma un nuevo elemento a la unidad y eso genera cierto desequilibrio”, comenta sobre la dinámica del equipo en la ficción.
La serie, producida por TV Azteca, no solo ha sido bien recibida por el público, sino que también representa un punto de inflexión en el tipo de contenido que se consume en la televisión mexicana. “Es pionera porque no es una novela: es una serie con una narrativa distinta, que retrata a los policías como personas comprometidas y reales, no como caricaturas”, explica la actriz. “Me llena de orgullo formar parte de un proyecto que quiere mostrar un México más justo, que rompe con la narrativa del crimen organizado como aspiracional. Ya era hora de consumir historias positivas”.
Herrera reconoce que esta serie también ha sido su primera gran experiencia en televisión abierta. Aunque su formación y trabajo han estado más ligados al cine, la transición le ha resultado natural gracias a la libertad creativa del director: “Nos da mucha libertad. El ritmo es distinto, pero se siente muy orgánico”.
La actriz detrás de Gigi
La construcción de Gigi, una joven experta en tecnología con una pasión particular por el k-pop y los dramas coreanos, no fue del todo ajena para Alejandra. “A mí ya me gustaban los k-dramas desde hace tiempo, incluso hablaba un poco de coreano cuando comencé con el personaje”, revela entre risas.
En cuanto al entrenamiento físico y técnico, se preparó con rigor. “Nos entrenamos con la Universidad de la Policía de la Ciudad de México. Además, práctico, kung-fu y, como parte del elenco de Contraataque, tuve una capacitación con las Fuerzas Especiales de México”, explica. Para ella, el trabajo actoral no comienza al asumir un papel, sino mucho antes: “La preparación empieza desde que decides ser actor, todo lo que aprendes en el camino se acumula y llega contigo al personaje”.
Parte del éxito de Lotería del Crimen, considera, tiene que ver con su capacidad para retratar la complejidad del contexto nacional. “Las historias están inspiradas en hechos reales. Muestran policías que también pierden, que también fallan, pero que siguen adelante porque tienen un compromiso. Es importante ver a México desde ahí”, asegura.
Terror, leyendas y pasos en la noche

Alejandra también protagoniza Un cuento de pescadores, una película de terror folclórico mexicano que llegó a la cartelera nacional tras su paso por festivales. Rodada en la isla de Janitzio, en el Lago de Pátzcuaro, el filme se basa en la leyenda de la Miringua, un ente femenino que aterroriza a los pescadores de la zona.
“Me llena de alegría formar parte de un proyecto que rescata las leyendas que nos contaban nuestras abuelas. Este tipo de terror es muy nuestro, muy íntimo”, dice. Sin embargo, la experiencia de rodaje no fue del todo tranquila. “Pasaron cosas extrañas. Me estaba quedando con Daniela Momo, quien interpreta a Alicia, y por las noches escuchaba pasos muy claros bajando las escaleras. Cuando pregunté si ella había bajado, me dijo que no”, relata.
También hubo anécdotas inquietantes entre el equipo: “Algunos decían que habían visto al velador, pero cuando preguntaron por él, les dijeron que ahí no había ningún velador. Fue muy raro”, cuenta. A estos episodios se sumó el entorno silencioso y aislado de la isla, que sumaba un aire de tensión constante. “Nunca había estado tanto tiempo en una isla. El silencio, la naturaleza, la sensación de estar realmente aislado... todo eso pesaba”.
Más allá del miedo, la experiencia fue también profundamente observacional. “Ver cómo viven las personas ahí, su ritmo, su calma al hablar… Todo eso me nutrió mucho. Y lo más impactante fue descubrir que para muchos, la Miringua no es una leyenda lejana. Era común escuchar: ‘Sí, yo la vi una vez’. Todos tenían una historia”, dice con asombro.
Con estos dos proyectos —uno televisivo y otro cinematográfico— Alejandra Herrera demuestra su versatilidad, pero sobre todo, su compromiso con historias que construyen una imagen más rica y compleja de lo que significa ser mexicano. Ya sea encarnando a una detective brillante o a una mujer enfrentada a una entidad ancestral, su presencia en pantalla deja huella. Y como ella misma concluye: “Contar estas historias también es una forma de sanar”.