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Entrevista | Quediostesalve nos cuenta más de este viaje emocional, oscuro y cinematográfico que explora el deseo y el dolor en relaciones tóxicas

Quediostesalve lanza ‘Eterno Resplandor (no me bajé)’, su primer sencillo del álbum Delaluz

La cantante chilena Quediostesalve
Quediostesalve regresa con "Eterno resplandor" Foto: Cortesía

La tarde se siente densa, como una neblina de emociones y sonidos oscuros que fluyen a través de la música de Quediostesalve. En su regreso con Eterno Resplandor (no me bajé), el primer adelanto de su esperado segundo álbum Delaluz, la artista se adentra más en los recovecos de la emoción humana, explorando el dolor y la luz en una amalgama perfecta de estética y visceralidad. La historia detrás de la creación de este tema es tan poderosa como el sonido que lo acompaña: un viaje emocional que no teme enfrentar lo más oscuro del alma humana.

La conversación comienza con la familiaridad de un saludo cálido y genuino. La voz de Quediostesalve, serena, pero firme, revela a una persona que no tiene miedo de mostrar su vulnerabilidad y su proceso creativo. Con una trayectoria que empezó con María, un álbum lleno de autenticidad y exploración queer, ahora, la artista se adentra en Delaluz, un trabajo profundamente introspectivo y conceptual, donde la herida es el punto de partida para entender la luz.

“Para mí, Delaluz es una manera de habitar la herida. Es una propuesta más profunda, no busca consuelo, sino aceptación”, explica con una claridad que refleja el tono de su música. “Es como mirar el dolor de frente, sin anestesia. A veces nos da miedo enfrentarlo, y hay algo hermoso en hacerlo”.

La génesis de Eterno Resplandor (no me bajé), el primer sencillo

En Eterno Resplandor (no me bajé), Quediostesalve no oculta la crudeza de una relación tóxica vivida desde el deseo, no desde la resignación. La canción se adentra en los recovecos de una relación destructiva, pero fascinante, esa en la que, a pesar de la constante caída, uno decide quedarse por voluntad propia. “Habita la caída sabiendo que va a destruirte, pero igual estás ahí, porque crees que aún puede haber algo de luz”, comenta sobre el concepto de la canción.

El sonido es igualmente complejo, con elementos de trip hop oscuro que recuerdan a Massive Attack, pero también con guitarras eléctricas y una atmósfera que se construye meticulosamente con texturas de foley, una técnica cinematográfica que transforma sonidos comunes en algo profundo y emocional. “La idea es que, al escucharla, te sientas dentro de la escena, como si fueras parte de esa historia”, afirma.

La influencia del cine es innegable en su proceso creativo. Quediostesalve menciona su amor por las películas que provocan una angustia emocional fuerte, como Eternal Sunshine of the Spotless Mind y I Origins. “El cine me ha enseñado a entender mis emociones, esas que no siempre son fáciles de digerir. Por eso, cuando compongo, pienso en imágenes antes que en sonidos”, dice, y explica que cada canción de Delaluz está impregnada de esa visión visual que convierte su música en una experiencia cinematográfica.

El viaje de transformación personal y artística

Lo que más destaca en la conversación es la honestidad con la que Quediostesalve aborda los temas más oscuros de su vida, aquellos que componen el tejido de Delaluz. “Este disco no es para sanar, es para profundizar”, asegura. A diferencia de su primer álbum, María, que exploraba la liberación personal y la lucha contra los prejuicios, Delaluz se sumerge en las contradicciones internas, en la aceptación del dolor como parte de un proceso de transformación personal. “Desde mi infancia hasta ahora, todos tenemos heridas. Y no se trata de ignorarlas, sino de hacerlas parte de nuestra vida”, reflexiona.

En cuanto a la propuesta visual que acompaña a este álbum, Quediostesalve se aventura a romper con las convenciones del pop tradicional. La dirección artística de Delaluz juega con los contrastes de luz y oscuridad, con la luminosidad del blanco como protagonista, desafiando la idea preconcebida de lo que debería ser un proyecto de dark pop. “El blanco es un símbolo de la luz que todavía podemos encontrar en medio de la oscuridad”, explica, destacando el trabajo del director de arte, Álvaro Altamirano, quien ha contribuido a crear una estética poderosa y sensorial que se combina a la perfección con la música.

Una propuesta en vivo que promete ser única

El lanzamiento de Delaluz no será solo a través de discos y plataformas digitales. Quediostesalve tiene planeado llevar este proyecto a las alturas con una propuesta en vivo que promete ser completamente inmersiva y sensorial. “Quiero que el público no solo vea el show, sino que se convierta en parte de él. La idea es hacer una experiencia única, como un teatro de los sentidos, donde cada persona se sienta dentro de la narrativa”, comenta, con la emoción palpable de quien tiene grandes planes por delante.

Para Quediostesalve, la música es solo el principio de un proceso artístico mucho más grande. La intención es crear algo que incomode, que desafíe, que empuje al público a confrontar su propia vulnerabilidad. “El arte tiene que ser incómodo”, dice con firmeza. “No quiero que mi música solo te haga sentir cómodo. Quiero que te lleve a lugares donde te cuestiones, donde sientas algo”.

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