
¿Podría colapsar el sistema de transporte en Monterrey durante los partidos del Mundial?
La pregunta, aunque lo parezca, no es una exageración pues es un escenario que urbanistas y especialistas empiezan a plantear ante el avance desigual de las obras de movilidad en la ciudad a meses de que arranque la Copa del Mundo 2026.
Monterrey será sede de cuatro partidos mundialistas, incluido uno de dieciseisavos de final, lo que implica picos de movilidad inéditos, pues se esperan decenas de miles de visitantes internacionales, millones de desplazamientos locales y un sistema de transporte que hoy ya opera bajo estrés constante.
Obras inconclusas
El proyecto insignia del gobierno de Nuevo León rumbo al mundial ha sido la construcción de las Líneas 4 y 6 del Metro, pensadas originalmente para estar listas antes del Mundial y funcionar como eje central de movilidad para visitantes y habitantes.
Sin embargo, el propio gobierno estatal, encabezado por Samuel García, reconoció que las obras no estarán concluidas para 2026, sino hasta 2027, cuando finalice la actual administración. En semanas recientes, las autoridades han asegurado que se trabajará “a marchas forzadas”, pero no precisamente para poner en operación las líneas, sino para retirar cierres viales y maquinaria, con el objetivo de reducir las afectaciones urbanas durante el Mundial. Esto significa que la justa mundialista se enfrentará con un sistema antiguo de Metro que arrastra deficiencias estructurales, saturación y fallas recurrentes.
Fallas técnicas y sobrecostos
Más allá del retraso, las obras del Metro de Monterrey han enfrentado múltiples retos; investigaciones periodísticas previas revelaron que parte de la construcción de la Línea 4 invadió un drenaje pluvial que desembocaría en el río Santa Catarina. Por otro lado, al menos siete pilotes del monorriel, colocados sobre la avenida Constitución, redujeron la capacidad hidráulica de un ducto de cuatro metros de diámetro, lo que ha provocado encharcamientos e inundaciones en vialidades clave como Gonzalitos, Venustiano Carranza, Ruiz Cortines y Lincoln durante las fuertes lluvias que se presentaron en el país en los meses de agosto y septiembre.

Más caro de lo previsto
El proyecto fue adjudicado en 2022 al consorcio Mota-Engil México–CRRC Zhuzhou y es parte de un plan integral para la movilidad en el que están prevista la realización de las Líneas 4, 5 y 6 del Metro.
No obstante, legisladores locales de PRI, PAN y Morena han señalado que el costo total aumentó 57% respecto a lo proyectado inicialmente (que era de casi de 26,000 millones de pesos). Ante este panorama, el gobierno estatal analiza contratar hasta 10 mil 500 millones de pesos adicionales en deuda para cubrir los ajustes de la obra.
Si bien el gobernador ha reiterado que algunos tramos podrían operar antes de la Copa del Mundo, ingenieros civiles advierten que los tiempos técnicos no son suficientes para corregir fallas estructurales sin comprometer la seguridad.
En este contexto, la presidenta Claudia Sheinbaum anunció que el Gobierno de México aportará entre mil 500 y 2 mil millones de pesos para infraestructura de movilidad en cada una de las sedes del Mundial: Ciudad de México, Jalisco y Nuevo León.
Para Monterrey, los recursos estarán destinados principalmente a las Líneas 4 y 6 del Metro. Sin embargo, el propio anuncio reconoce que el compromiso no se cumplirá este año, sino hasta el próximo, lo que deja un margen de maniobra limitado antes de junio de 2026.
Nuevo León también espera alrededor de 3 mil 500 millones de pesos federales para la incorporación de 4 mil nuevos camiones, una medida que, según críticos, funciona más como parche operativo que como solución estructural a los problemas de movilidad.
“Ponte Nuevo, Ponte Mundial”
La estrategia estatal “Ponte Nuevo, Ponte Mundial” planteó cuatro ejes: movilidad, espacios públicos, embellecimiento urbano y experiencia mundial, incluyendo proyectos como nuevas líneas del Metro, ampliación del Parque Fundidora, corredores verdes y miles de obras públicas. Sin embargo, los habitantes ya resienten los efectos: desvíos constantes, baches, congestionamientos y obras simultáneas, parte de los 34 proyectos activos vinculados al plan mundialista. Urbanistas de la UANL han advertido sobre un posible “efecto dominó”, donde construcciones apresuradas generan más congestión hoy, sin garantizar beneficios reales para 2026.
Soluciones temporales
El Mundial FIFA 2026 ha sido presentado como una oportunidad histórica para transformar la ciudad y dejar un legado duradero. No obstante, las grietas empiezan a ser visibles: obras inconclusas, fallas técnicas, sobrecostos y una movilidad que podría operar al límite justo cuando Monterrey esté bajo los reflectores globales.
La pregunta sigue abierta: ¿El Mundial acelerará soluciones reales o solo maquillará problemas estructurales?
Si no se prioriza una planeación integral Monterrey podría correr el riesgo de repetir el caos de eventos pasados, pero ahora a escala internacional, con millones de ojos puestos sobre una ciudad que prometió modernidad, pero aún lucha por sostener su propio movimiento.