Jalisco

En la zona de las Nueve Esquinas en Guadalajara ya se han instalado algunos comerciantes de pitayas provenientes de municipios como Techaluta, Amacueca y Teocuitatlán

¡Llegaron las pitayas!

Con la llegada de abril, también llegó una de las temporadas más esperadas por los tapatíos: la de las pitayas, ese fruto colorido y dulce que por generaciones ha sido símbolo del sur de Jalisco. Este año, los tradicionales puestos ya comenzaron a instalarse en la zona de las Nueve Esquinas, donde comerciantes provenientes de Techaluta, Amacueca y Teocuitatlán de Corona ofrecen esta delicia que solo aparece por unas pocas semanas.

El Ayuntamiento de Guadalajara otorgó 80 permisos para puestos semifijos y 40 para vendedores itinerantes, buscando mantener el orden y la tradición de este corredor gastronómico tan característico de la ciudad.

Un fruto ancestral con gran variedad

Las pitayas no solo destacan por su sabor, sino también por su amplia gama de colores y matices. Se pueden encontrar en tonos rosas, morados, rojos, blancos, amarillos e incluso anaranjados, cada una con ligeras diferencias en textura y dulzura.

A diferencia de la “pitahaya” (también conocida como fruta del dragón), que proviene del cactus hylocereus y tiene cáscara escamosa, la pitaya jalisciense crece en cactáceas silvestres del género stenocereus. Su cáscara es delgada, cubierta de espinas, y su pulpa es jugosa, con pequeñas semillas negras.

Datos curiosos que no sabías sobre las pitayas

  • Las pitayas solo están disponibles durante abril y mayo, y se cosechan casi exclusivamente en climas áridos y cálidos del sur de Jalisco.
  • Son una fuente natural de antioxidantes, vitamina C y fibra, además de tener un alto contenido de agua.
  • La recolección es todo un arte: los campesinos usan pinzas especiales para no dañarlas ni pincharse con las espinas.
  • En municipios como Techaluta, hay ferias dedicadas a la pitaya, con concursos, música y venta de productos derivados como nieves, licores y dulces.

Una tradición viva

Más allá de ser un antojo de temporada, la venta de pitayas en Guadalajara representa un puente entre el campo y la ciudad, una tradición que conserva prácticas agrícolas, saberes populares y sabores que evocan la infancia de muchos.

Si visitas el centro, date una vuelta por las Nueve Esquinas, prueba diferentes colores, haz tu mezcla favorita y disfruta de este regalo efímero de la tierra jalisciense. Porque si algo anuncia la primavera en Guadalajara… son las pitayas.

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