Bienestar

Investigaciones revelan graves afectaciones a la salud al grado de padecer cáncer, enfermedades respiratorias y trastornos reproductivos

Los riesgos ocultos de cocteles químicos en tratamientos para el cabello

El riesgo químico de los tratamientos capilares

Múltiples estudios sugieren que, las personas que se dedican a los tratamientos para el cuidado del cabello con productos químicos, tienden a estar expuestos a padecer cáncer, enfermedades respiratorias, trastornos reproductivos e incluso, en el caso de mujeres embarazadas, a dar a luz a bebés con defectos congénitos.

Un estudio del Instituto Nacional de Ciencias de la Salud Ambiental (NIEHS), reveló que mujeres que usan alisadores químicos más de 4 veces al año tienen el doble de riesgo de desarrollar cáncer como consecuencia del uso de sustancias como el 4-aminobifenilo (4-ABP), y que se usa en tintes permanentes.

Entre los afectados, además de las usuarias de estos colorantes de cabello también figuran los peluqueros y estilistas, al estar expuestos de manera cotidianas a estas sustancias.

Investigaciones refieren que muchos de los productos que se utilizan en los tratamientos estéticos capilares contienen formaldehídos, parabenos y ftalatos, que ante su exposición constante generan riesgos crónicos para la salud.

A diferencia de otro tipo de productos como lo son los alimentos o los medicamentos, en el mundo cosmético no se necesita la aprobación de la agencia estadunidense de Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) antes de la comercialización de estos productos, ya que su vigilancia a estos productos es posterior a su venta.

Las medidas tomadas por la agencia estadunidense ha sido muy pobre, y las pocas que ha intentado introducir han sido muy flexibles en favor de los productos y a costa de la salud de los usuarios.

En Estados Unidos la Administración de Seguridad y Salud Ocupacional (OSHA) establece límites legales ante la exposición de sustancias químicas en el lugar de trabajo, sin embargo, lo cierto es que la mayoría de salones de belleza incumplen las normas de seguridad, especialmente al tener muchos trabajadores como contratistas independientes. lo que significa que no cuentan con las mismas prestaciones laborales que un empleado formal.

Los estilistas están sobreexpuestos y desprotegidos frente al cóctel de sustancias químicas peligrosas y potencialmente mortales que enfrenta todos los días, dice Astrid Williams, profesora adjunta de ciencias de la salud en la Universidad de Phoenix y gerente de justicia ambiental de Black Women For Wellness.

“Si alguien me hubiera dicho que dejara lo que estaba haciendo o podría enfermarme tanto que —quizás no muriera, pero desearía estarlo—, habría tomado otras decisiones” Merideth Pedackh que habría desarrollado Sensibilidad Química Múltiple (SQM) por los productos que usaba en el trabajo.

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