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Un encuentro que podría cambiarlo todo

Salvador Cosío Gaona

La imagen fue poderosa: dos sillas en un rincón apartado de la Basílica de San Pedro, y dos líderes mundiales conversando en voz baja en lo que podría marcar un punto de inflexión en la guerra entre Ucrania y Rusia. Así se vio al presidente de EE. UU., Donald Trump, y al ucraniano Volodymyr Zelensky poco antes del funeral del Papa Francisco.

La reunión, de apenas 15 minutos, fue descrita como “muy productiva” por la Casa Blanca. Zelensky, por su parte, la consideró “muy simbólica”, incluso con potencial de ser un encuentro “histórico”. No es para menos: el gesto de sentarse juntos en un templo cargado de significado, en un día solemne para la Iglesia, tuvo un peso difícil de ignorar.

Posteriormente, Trump publicó en sus redes sociales su escepticismo sobre las intenciones de Vladimir Putin, lamentando los recientes ataques contra zonas civiles en Kyiv. Incluso sugirió reconsiderar su postura hacia Moscú, mencionando sanciones económicas como posible vía de presión. Este cambio contrasta con sus afirmaciones anteriores, donde aseguraba que Ucrania y Rusia estaban “muy cerca de un acuerdo” tras conversaciones de su enviado, Steve Witkoff, en Moscú.

Andriy Yermak, jefe de gabinete de Zelensky, calificó la reunión como “constructiva”, palabra significativa si se recuerda el tenso encuentro entre ambos mandatarios en la Casa Blanca apenas dos meses antes, cuando Trump y su vicepresidente JD Vance reprocharon en vivo la supuesta ingratitud ucraniana hacia el apoyo estadounidense. Ese episodio dejó marcas, pero también reveló lo difícil que es encontrar un terreno común en medio del conflicto.

Por eso, el diálogo en la basílica adquiere una dimensión especial. Representa que, incluso en medio de desacuerdos y tensiones, puede surgir espacio para el entendimiento. El corresponsal Tom Bateman, de la BBC, describió aquel primer encuentro como “extraordinariamente tenso”, en fuerte contraste con la serenidad de este nuevo acercamiento.

El momento ocurrió durante el funeral de un papa que dedicó su pontificado a construir puentes. Durante la ceremonia, el cardenal Giovanni Battista Re evocó nuevamente ese mensaje de paz, que pareció resonar entre los líderes presentes.

Otra imagen de la basílica mostró a Trump y Zelensky junto al primer ministro británico KeirStarmer y el presidente francés Emmanuel Macron. El gesto de Macron, apoyando la mano en el hombro de Zelensky, transmitió un apoyo tácito, reflejando un ambiente de reflexión donde los gestos contaron tanto como las palabras.

Steven Cheung, director de comunicaciones de la Casa Blanca, anunció que pronto se revelarán más detalles sobre la reunión privada. Lo que ya se conoce es revelador: ambos líderes se sentaron juntos durante la ceremonia, acompañados por otros jefes de Estado. Lo simbólico del momento radica en que no fue un encuentro planeado, sino un espacio espontáneo de diálogo en honor a un hombre que luchó por la paz.

Mientras tanto, el enviado de Trump, Steve Witkoff, regresó a Washington tras su cuarta reunión del año con asesores de Putin. Yuri Ushakov, asesor del Kremlin, habló de un “acercamiento de posiciones” y la posible reanudación de negociaciones directas entre Rusia y Ucrania. ¿Será este un verdadero indicio de apertura al diálogo?

El camino hacia la paz sigue lleno de obstáculos. Aunque se planeó una segunda reunión entre Trump y Zelensky, el presidente estadounidense partió de Roma poco después del funeral. Zelensky, sin embargo, prosiguió con sus gestiones diplomáticas, reuniéndose con Macron, Starmer y Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea. Estos encuentros refuerzan la idea de un nuevo impulso hacia la negociación.

Macron expresó en X que comparte con Trump el objetivo de poner fin a la guerra y que Kyiv está preparado para un “alto el fuego incondicional”. Starmer coincidió en mantener “el impulso” por una “paz justa y duradera”. Von der Leyen reafirmó el respaldo europeo en la mesa de negociaciones, señalando que la paz es ahora una prioridad común.

Desde su avión rumbo a EE. UU., Trump volvió a expresar dudas sobre Putin en Truth Social: “Tal vez Putin no quiera detener la guerra, tal vez solo me está siguiendo la corriente”, escribió. Y agregó: “Hay que lidiar con él de manera diferente”. Para Trump, la muerte de civiles es “simplemente inaceptable”.

Así, entre gestos y palabras comedidas, el funeral del papa Francisco dejó una lección: incluso en los momentos más oscuros, el diálogo sigue siendo posible.

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