Nació en Mascota. Abogado y político conservador. Desempeño cargos importantes: procurador general de la Nación, magistrado del Supremo Tribunal de Justicia y ministro de Hacienda del 5 de noviembre de 1859 al 13 de agosto de 1860, en el gabinete del general Miguel Miramón. Perteneció al Colegio Nacional de Abogados.

El presidente Benito Juárez y su gabinete se trasladaron a Guadalajara quedando al amparo de Jesús Leandro Camarena y del general José Silverio Núñez. La victoria del general conservador Luis G. Osollo en Salamanca puso en peligro la ciudad y al gobierno de Juárez. El general Anastasio Parrodi, derrotado en Salamanca, ordenó fortificar la plaza durante su repliegue; tarea por demás inútil pues carecía de hombres y armas para repeler al enemigo; así que prefirió negociar la rendición. El 22 de marzo le mandó a Osollo los términos de la capitulación: conocida como los Tratados de Tlaquepaque. El Ejército Restaurador de las Garantías marchó por las calles de Guadalajara al siguiente día. El 24, por órdenes de Osollo, se reunió una junta de notables que eligió a Urbano Tovar gobernador del ahora Departamento de Jalisco. Gobernó el Departamento de Jalisco del 24 de marzo al 2 de junio de 1858.
Durante su administración deliberó sobre la necesidad de establecer un juzgado de distrito de hacienda. Dictó que ninguna persona podría transitar de una población a otra del departamento sin pasaporte firmado por la autoridad. Mediante decreto informó la imposición de un préstamo forzoso a todos los propietarios y capitalistas del Departamento, destinado exclusivamente a cubrir los gastos de pacificación. Participó también en un decreto el que se declaró la capital del Departamento en estado de sitio y, en consecuencia, quedaron suspendidas las funciones de todas las autoridades políticas y judiciales.
Se enfrentó en repetidas ocasiones a los generales Ramón Corona y a Rojas, siendo derrotado cerca de Mascota, el 25 de marzo de 1862. En vista de la superioridad numérica de los liberales dispersó a sus tropas y pasó a Nayarit, a los dominios de Manuel Lozada. Tres años después reapareció en el escenario político entre los más allegados a Maximiliano; quien lo hizo miembro de la Imperial Orden de Guadalupe.