En el marco del mes del orgullo LGBTQI+, es imprescindible recuperar la figura de Rosamaría Roffiel, una de las escritoras más transgresoras y lúcidas de la literatura mexicana contemporánea, cuya obra marcó un hito en la representación del lesbianismo y el feminismo en el país. Su novela Amora, publicada en 1989, es considerada la primera novela lésbico-feminista escrita en México, y desde entonces se ha consolidado como una pieza fundamental en el corpus literario latinoamericano con perspectiva de género.
Una autora entre la poesía, el periodismo y la militancia
Rosamaría Roffiel (Veracruz, 1945) inició su trayectoria en el periodismo, colaborando con medios de izquierda como Proceso y participando activamente en el movimiento feminista desde la década de los setenta. Su escritura se distingue por una voz directa, comprometida y políticamente consciente, atravesada por la experiencia corporal, emocional y simbólica de ser mujer en un sistema patriarcal y heteronormado.
Además de Amora, Roffiel ha publicado poesía —como el emblemático poemario Corramos libres ahora— y textos ensayísticos de enorme valor testimonial. Ha sido una figura clave en la construcción de redes de apoyo entre mujeres, en la denuncia de la violencia estructural y en la afirmación de identidades disidentes.
Amora: una novela pionera, necesaria y vigente
Cuando Amora salió a la luz, no solo rompió el silencio en torno a las relaciones entre mujeres, sino que lo hizo desde una óptica crítica del machismo, la lesbofobia y la misoginia institucional. La novela narra la vida cotidiana de un grupo de mujeres que comparten una casa en la Ciudad de México. Lejos de romantizar o exotizar sus vínculos, Roffiel ofrece una narrativa íntima, honesta y política, en la que se abordan la sororidad, la sexualidad, la violencia, el amor y la resistencia.
Lo radical de Amora no reside únicamente en su temática, sino en su actitud estética y política: escrita con una prosa clara pero contundente, con escenas crudas y diálogos que invitan al pensamiento crítico, la novela interpela tanto a lectoras lesbianas como a una audiencia más amplia interesada en la transformación social.
En esta novela, la protagonista Guadalupe, explora relaciones amorosas con otras mujeres mientras se enfrenta a los impedimentos de la época, como el machismo, la misoginia y la ignorancia. Además, su gran amor es una mujer que no está convencida de ser lesbiana, por lo que, a través de ella, podemos adentrarnos en el corazón de Guadalupe y su visión del lesbianismo y lo que significa amar románticamemte a otra mujer.
A más de tres décadas de su publicación, Amora continúa reeditándose y ocupando un lugar central en los estudios literarios de género, así como en los movimientos feministas y LGBTQI+ en América Latina. Su lectura sigue siendo un acto de afirmación para muchas mujeres que buscan verse reflejadas en la literatura desde sus experiencias identitarias.
Una herencia literaria y política
Rosamaría Roffiel no solo escribió una novela; construyó una trinchera desde las palabras. Su obra ha influenciado a generaciones de escritoras, activistas y académicas que han encontrado en ella una pionera que no tuvo miedo de nombrar lo innombrable.
En tiempos donde las luchas por los derechos de las mujeres y las disidencias sexuales siguen siendo urgentes, revisitar la obra de Roffiel es también un acto de memoria, resistencia y celebración. En este mes del orgullo, su figura nos recuerda que la literatura puede ser un acto político capaz de abrir caminos y transformar realidades.