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“Avatar 3: Fuego y Cenizas”

Con Avatar: Fuego y Cenizas, James Cameron lleva a las audiencias a otro nivel de cine en su regreso a Pandora, en una nueva aventura inmersiva con el marine convertido en líder Na’vi Jake Sully (Sam Worthington), la guerrera Na’vi Neytiri (Zoe Saldaña) y la familia Sully.

“Avatar: Fuego y Cenizas"

La película, con guion de James Cameron, Rick Jaffa y Amanda Silver, e historia de los mismos guionistas, más el talento de Josh Friedman y Shane Salerno, también está protagonizada por un reparto estelar integrado por Sigourney Weaver, Stephen Lang, Oona Chaplin, Cliff Curtis, Joel David Moore y Kate Winslet, entre muchos otros actores.

La nueva aventura de los Na’vi se ambienta poco después de lo ocurrido en la secuela El sentido del agua (2022). La familia liderada por Jake Sully (Sam Worthington) y Neytiri (Zoe Saldaña) lidia con la muerte de su hijo Neteyam (Jamie Flatters). Cada uno lo lleva como puede. Jake Sully no habla de ello y se mantiene ocupado. Neytiri, por su lado, sigue llorándole a la manera tradicional de Pandora.

“Avatar: Fuego y Cenizas"

La trama comienza cuando los protagonistas deciden que Spider (Jack Champion), el hijo humano de Miles Quaritch (Stephen Lang), debe volver a la zona en la que están los suyos. Su máscara, la que le permite respirar en el planeta, está dando problemas y podría morir en cualquier momento.

Aprovechando la visita de los Comerciantes del Viento al clan acuático de Metkayina, la familia protagonista se une a su viaje. Cuando todo parece ir bien, aparecen los Mangkwan, una tribu violenta relacionada con el fuego y liderada por la misteriosa Varang (Oona Chaplin), que separa al clan de Jake Sully y Neytiri. Además de sus problemas personales, los protagonistas deben hacer frente a viejos enemigos en una nueva batalla contra los humanos, por lo que el destino de Pandora vuelve a estar en juego.

“Avatar: Fuego y Cenizas"

El arranque de Avatar: Fuego y Ceniza es fuerte y contundente, pues la muerte de Neteyam añade una capa de oscuridad al relato que lo vuelve todo más maduro y adulto. El duelo y el estado anímico de Neytiri, una madre llena de dolor y de odio hacia los humanos, es un matiz más a un personaje que siempre ha sido muy interesante. El de Zoe Saldaña es un papel lleno de contradicciones que enriquecen lo que Cameron se propone contar. El de Sam Worthington, que interpreta a Jake Sully, no deja de ser lo de siempre: un héroe de acción siempre preparado para la guerra.

“Avatar: Fuego y Cenizas"

El tono oscuro no solo está en Neytiri, también —y me atrevo a decir que en mayor medida— en la tribu Mangkwan. Con ellos, el director Cameron muestra algo que nunca habíamos visto antes en Pandora: un clan que reniega de Eywa porque un volcán destruyó su poblado. Varang, que de niña salvó a todos aprendiendo el sentido del fuego, es una especie de chamán cuya soberanía se sustenta en el trauma. Los Mangkwan son oscuridad, pero también violencia y sadismo. Esta tercera entrega tiene una carga violenta, y no solo en lo físico, también en lo emocional.

“Avatar: Fuego y Cenizas"

Con una duración de poco más de tres horas (algo que le encanta a Cameron, recordemos la kilométrica Titanic), es imposible mantener el mismo ritmo y acción todo el tiempo. La historia arranca con muy buen ritmo y algunas sorpresas, pero decae cuando la misma fórmula de las anteriores entregas empieza a notarse. Es entonces cuando se percibe cierta trama repetitiva y nos planteamos si tal vez la misma historia hubiera podido ser contada en menos tiempo.

Esta nueva entrega aporta cosas nuevas a su manera en cuanto a personajes; por ejemplo, Varang, un personaje femenino muy potente, queda rebajado cuando inicia una relación con Quaritch. Los bandos de los buenos y los malos siempre quedan muy definidos, lo cual calificaría como un acierto al no ser una trama pretenciosa en el sentido de la psicología de los personajes. Al final hay una gran batalla que es todo un espectáculo visual.

“Avatar: Fuego y Cenizas"

Avatar: Fuego y Ceniza es bíblica no solo en proporciones, también en su relato; por momentos me hizo recordar a Narnia. Hay un Abraham a punto de sacrificar a su hijo, un Lázaro que resucita y también una especie de mesías. Y, por supuesto, la parte ecológica y el mensaje de la importancia de proteger la Tierra de la malvada mano humana siguen impregnando esta nueva aventura de la saga de ciencia ficción.

Esta aventura que James Cameron inició en 2009 pinta para ser un megaéxito de taquilla (las anteriores películas son dos de los títulos más taquilleros de la historia del cine), pero si no ocurre, la historia queda lo suficientemente cerrada como para no volver a ella. Sin embargo, se intuye que todavía hay mucho más por contar. El cineasta ha sido muy inteligente: con Avatar: Fuego y Cenizano da un final definitivo; alguna vez comentó que la historia completa era de cuatro películas.

Esta tercera entrega es una película de proporciones épicas, que definitivamente debe verse en 3D. La animación es simplemente perfecta al detalle, creada con una nueva tecnología necesaria para filmar escenas de captura de movimiento bajo el agua (una hazaña nunca antes lograda). El nivel técnico es impecable, independientemente de que la historia nos guste o no.

“Avatar: Fuego y Cenizas"

Recomendable para los cinéfilos a los que les guste la ciencia ficción, la animación vanguardista y, obviamente, para los fans de la saga. ¡Nos vemos en el cine!

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