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Un estudio del CUCEI revela bacterias fecales y hongos en cepillos mal desinfectados

Tu cepillo de dientes podría estar lleno de bacterias sin que lo sepas

Cepillo de dientes
Cepillo de dientes expuesto a contaminación Guardar los cepillos húmedos o cerca del inodoro favorece la presencia de bacterias

Aunque su función es mantener la higiene bucal, los cepillos de dientes pueden convertirse en focos de contaminación si no se les da el mantenimiento adecuado. Así lo advierte un estudio realizado por investigadores del Centro Universitario de Ciencias Exactas e Ingenierías (CUCEI), quienes analizaron la presencia de bacterias, hongos y otros microorganismos patógenos en cepillos usados por personas de Guadalajara.

En la gaceta de la UdeG expusieron que, el estudio titulado Prácticas higiénicas y niveles de contaminación en cepillos de dientes en hogares mexicanos de Guadalajara, México, examinó 18 cepillos de voluntarios y complementó los resultados con encuestas a más de 270 personas. Una de las conclusiones más relevantes fue que la mayoría de los encuestados no desinfecta su cepillo dental después de usarlo, lo que abre la puerta a la proliferación de microorganismos dañinos.

Entre los principales hallazgos, los investigadores identificaron bacterias mesófilas aerobias, organismos coliformes —bacterias presentes en materia fecal—, así como hongos y levaduras en concentraciones elevadas. Estas condiciones se agravaban en cepillos guardados húmedos dentro de estuches, colocados a menos de un metro del inodoro o que llevaban más de tres meses de uso.

La investigadora Luz Eduviges Garay Martínez, especialista en microbiología y coautora del estudio, explicó que la humedad en las cerdas, junto con la materia orgánica que queda tras el cepillado, favorece el crecimiento bacteriano. Además, señaló que el uso de estuches, aunque útil, puede ser contraproducente si el cepillo no está completamente seco.

Uno cree que es mejor ponerle un estuche al cepillo, y sí lo es, siempre y cuando esté seco”, puntualizó Garay Martínez. Advirtió también que el contacto constante con encías laceradas, producto del cepillado agresivo, puede facilitar el ingreso de bacterias oportunistas, derivando en problemas como la gingivitis.

Para prevenir estos riesgos, Garay Martínez recomienda cambiar los cepillos cada tres meses, secarlos completamente antes de cubrirlos y desinfectarlos periódicamente. En cuanto a los métodos de desinfección, sugirió el uso de enjuagues bucales comerciales o soluciones caseras con vinagre y bicarbonato de sodio.

Una forma sencilla y efectiva de limpiar el cepillo, señaló la investigadora, es dejarlo media hora en un recipiente con enjuague bucal, lo que ayuda a desprender los microorganismos acumulados y reduce significativamente su proliferación.

Este estudio pone de relieve que los hábitos de higiene en torno a los cepillos dentales son tan importantes como el acto mismo del cepillado, y que descuidarlos puede tener consecuencias para la salud bucal y general.

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