Metrópoli

Más de un millón 300 mil personas acudieron al tradicional evento religioso que cada año transforma los barrios del oriente capitalino

Devoción multitudinaria inunda Iztapalapa con la 182º representación de la Pasión de Cristo

Multitudinaria muestra de fe inunda Iztapalapa con la representación del Viacrucis Representación 182 de la edición del Cristo en Iztapalapa, un recorrido que parte en los barrios aledaños al cerro de la estrella. FOTO: MARIO JASSO /CUARTOCURO.COM (Mario Jasso)

Este Viernes Santo, con más de un millón 300 mil visitantes, la alcaldía Iztapalapa albergó la edición número 182 de la representación del Viacrucis y la Pasión de Cristo, una tradición que va mucho más allá de la escenificación teatral: es un acto de identidad, de historia y de comunidad.

Desde temprano, el ambiente fue cobrando fuerza en los ocho barrios originarios de la demarcación del oriente de la capital, donde la vida cotidiana se entrelazó con la fe y el fervor popular.

Familias enteras se asomaron desde balcones, azoteas y ventanas para observar la procesión, mientras otros caminaron kilómetros para encontrar el mejor sitio desde donde seguir los pasos del joven Jesús, encarnado este año por José Julio Olivares, de 27 años.

Multitudinaria muestra de fe inunda Iztapalapa con la representación del Viacrucis Representación 182 de la edición del Cristo en Iztapalapa, un recorrido que parte en los barrios aledaños al cerro de la estrella. FOTO: MARIO JASSO /CUARTOCURO.COM (Rogelio Morales Ponce)

La jornada inició con una peregrinación matutina, cuando decenas de nazarenos emprendieron un recorrido de siete kilómetros. Vestidos con túnicas moradas y algunos con los pies descalzos, portaron cruces de distintos tamaños y pesos como símbolo de penitencia.

A lo largo del trayecto, los vecinos se sumaron con gestos de hospitalidad: ofrecieron agua, naranjas y palabras de aliento a quienes hacían el esfuerzo físico y espiritual de la caminata.

“Es algo que se siente en el corazón, no importa el calor o el cansancio”, comentó una mujer que ofrecía sombra con un paraguas a su hija, mientras esperaban el paso de la representación.

Multitudinaria muestra de fe inunda Iztapalapa con la representación del Viacrucis Representación 182 de la edición del Cristo en Iztapalapa, un recorrido que parte en los barrios aledaños al cerro de la estrella. FOTO: MARIO JASSO /CUARTOCURO.COM (Rogelio Morales Ponce)

Y es que, pese a las altas temperaturas, la asistencia no menguó; al contrario, las calles estuvieron colmadas por fieles y curiosos que se dieron cita desde primeras horas del día.

La representación incluyó momentos clave de la Pasión: desde la Última Cena, escenificada la noche del jueves, hasta el juicio de Poncio Pilato, la condena a muerte y el camino al Monte Calvario, representado por el emblemático Cerro de la Estrella.

Esta colina, que resguarda vestigios prehispánicos, se transforma cada año en el Gólgota, donde Jesús es finalmente crucificado en una escena que mezcla simbolismo religioso con el paisaje urbano.

Multitudinaria muestra de fe inunda Iztapalapa con la representación del Viacrucis Representación 182 de la edición del Cristo en Iztapalapa, un recorrido que parte en los barrios aledaños al cerro de la estrella. FOTO: MARIO JASSO /CUARTOCURO.COM (Mario Jasso)

El recorrido del Viacrucis incluyó las 14 estaciones tradicionales, destacando especialmente las tres caídas de Jesús: la primera sobre la calle Ayuntamiento, la segunda en el cruce de Allende y Cuauhtémoc, y la tercera en la intersección de Cuauhtémoc y Lerdo. Cada momento fue seguido con atención por miles de personas que se acomodaban como podían entre banquetas, escaleras y techos.

El papel de Jesús fue interpretado por Olivares, quien cargó una cruz de madera de más de 90 kilogramos durante todo el trayecto, acompañado por una multitud de nazarenos. La salida desde la cárcel—uno de los momentos más simbólicos de la jornada— no perdió intensidad: a su paso, las voces se acallaban, los celulares se alzaban y los suspiros abundaban.

Multitudinaria muestra de fe inunda Iztapalapa con la representación del Viacrucis Representación 182 de la edición del Cristo en Iztapalapa, un recorrido que parte en los barrios aledaños al cerro de la estrella. FOTO: MARIO JASSO /CUARTOCURO.COM (Mario Jasso)

Hacia el mediodía, los asistentes abarrotaron la Macroplaza Cuitláhuac, corazón de la demarcación, para observar el juicio de Pilato, quien tras deliberaciones y gritos del público —tal como lo indica el guion tradicional— dictó sentencia de crucifixión. A las 14:30 horas, comenzó la subida al Monte Calvario y con ello el clímax de la jornada: la crucifixión, el momento de mayor recogimiento espiritual y teatral.

En paralelo a la carga simbólica y religiosa de la representación, esta festividad tiene también un impacto económico considerable. Según las autoridades locales, la Semana Santa en Iztapalapa dejó una derrama superior a los 280 millones de pesos, con la participación de vendedores ambulantes, artesanos, comerciantes establecidos y prestadores de servicios.

Multitudinaria muestra de fe inunda Iztapalapa con la representación del Viacrucis Representación 182 de la edición del Cristo en Iztapalapa, un recorrido que parte en los barrios aledaños al cerro de la estrella. FOTO: MARIO JASSO /CUARTOCURO.COM (Mario Jasso)

La actividad económica y la movilización ciudadana se desarrollaron sin incidentes mayores, gracias a un operativo de seguridad y vialidad implementado desde el pasado fin de semana, cuando comenzaron los actos preparatorios. El gobierno local desplegó cuerpos de emergencia, puntos de hidratación y brigadas de limpieza para garantizar una jornada segura y ordenada.

Más allá del espectáculo, la representación guarda una raíz histórica profunda. En 1833, tras una mortífera epidemia de cólera que azotó a la Cuenca de México, los habitantes de Iztapalapa prometieron rendir culto anual al Señor de la Cuevita si la tragedia cesaba. Desde entonces, la promesa se ha cumplido cada año, convirtiéndose en una de las manifestaciones religiosas más importantes de América Latina.

La escenografía no requiere telones ni grandes escenarios: son las propias calles empedradas, los muros de las casas, los balcones decorados con flores y telas, los que conforman este teatro al aire libre que cada año revive el sacrificio de Jesús y el compromiso de una comunidad con su historia.

La representación de este año concluyó pasadas las cuatro de la tarde, con una emotiva escena de crucifixión y un prolongado silencio entre los asistentes. Luego, el descenso del Cerro de la Estrella marcó el cierre del evento, mientras algunos devotos continuaban sus oraciones y otros emprendían el regreso a casa, cansados pero conmovidos.

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