
La Secretaría de Gobierno de la Ciudad de México (SECGOB) y la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) llevarán a cabo el acompañamiento a las y los manifestantes de la protesta contra la gentrificación.
Con la finalidad de evitar incidentes y agresiones, la SECGOB, se movilizará la Brigada de Diálogo y Convivencia, integrada por la Instancia Ejecutora del Sistema Integral de Derechos Humanos (IESIDH) y la Dirección General de Gobierno (DGG), con el objetivo de mediar y privilegiar el diálogo.
Además, se mantendrá un canal de comunicación abierto con las personas manifestantes para escuchar sus demandas y, en su caso, dar respuesta a sus solicitudes.
Estas acciones, informó el Gobierno capitalino, buscan facilitar el ejercicio del derecho a la expresión pública, proteger la integridad de quienes participan en la movilización y también la de quienes se encuentren en el entorno, ya sea por actividades comerciales, lúdicas y turísticas.
Conforme al protocolo establecido, si se detecta que alguno de los participantes porta objetos que pudieran ser utilizados para agredir, personal de la SECGOB, de la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México (CDHCM) y de la Dirección General de Derechos Humanos de la SSC les invitará a entregarlos para proteger la integridad de los manifestantes y de las personas que se encuentren entorno a la marcha, además de resguardar establecimientos, mobiliario urbano o monumentos.
En caso de negativa, el personal policial canalizará a dichas personas hacia zonas de menor riesgo, con el propósito de proteger al resto de las y los manifestantes y evitar conductas agresivas o delictivas.
Personal policial de la SSC contará únicamente con equipo de protección corporal, cascos, rodilleras, coderas, escudos y, en algunos casos, extintores, para atender posibles conatos de incendio.
Además, el Gobierno de la Ciudad de México advirtió que rechaza tajantemente cualquier forma de violencia, así como expresiones discriminatorias o xenófobas en el contexto de manifestaciones o expresiones públicas.
Por tal motivo, el desarrollo de la próxima marcha será supervisado en todo momento por diversas dependencias capitalinas, reiterando así el compromiso con la protección del derecho a la libre manifestación y con el respeto a la movilidad de todas y todos en la capital del país.
Agresiones en la primera marcha
El pasado cuatro de julio, participantes de la protesta que pretendía pronunciarse en contra del fenómeno de la gentrificación en la Ciudad de México destrozaron al menos tres negocios de comida de franquicias extranjeras, aún cuando comensales se encontraban dentro de los locales.
Durante su recorrido, la protesta de tornó violenta; los protestantes insultaron a transeúntes extranjeros, por igual, lanzaban cohetones y rompían todos los establecimientos que no fueran marcas nacionales.
Aunque los inconformes convocaron a una manifestación pacífica, en la que visibilizarían la problemática de la gentrificación en las colonias Roma, Juárez, Condesa, Xoco, Cuauhtémoc, Centro, Asturias y otras aledañas, sumado a que le exigirían al Gobierno central la falta de políticas para detener la expulsión de la metrópoli y la subida incontrolable de los precios de la renta, los manifestantes decidieron emprender su camino para destruir los locales y marcas que les parecían que atentaban en contra de sus intereses.
Al inicio de la concentración, en el Parque México de la colonia Hipódromo Condesa, un pequeño grupo de personas ondearon cartulinas con insultos en contra de los ciudadanos estadounidenses. Con consignas como “no hablaré inglés para tu comunidad”, “tarjeta roja Airbnb”, “tu Airbnb antes era el hogar de alguien”, aunado a “puto gringo, lárgate”, y “fuck you gringo”, protestaban hacia los extranjeros que según ellos, los han obligado a abandonar sus casas, mudarse a las periferias y destruir su economía por los altos precios de alquiler.
Sin embargo, mientras se quejaban de que el idioma que aparentemente predomina en esas colonias es el inglés, y que los “gringos” sean sus vecinos, nadie emitía un pronunciamiento mediante un pliego petitorio hacia la jefatura de Gobierno o alguna dependencia responsable de regular la vivienda en la capital.
Tampoco se sabía quién fue el colectivo organizador de la protesta. Inclusive, varios ondeaban la bandera de Palestina, sin que se explicara la relación entre ambos reclamos.
Después de dos horas de concentración, los manifestantes avanzaron por la colonia Hipódromo hacia la avenida Álvaro Obregón, donde destrozaron los cristales y realizaron pintas en una cafetería Starbucks en la esquina de Sonora y Ámsterdam, sin importarles que dentro de este sitio había varios comensales.