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Como alternativas, los inconformes plantean fortalecer el transporte público, mejorar la seguridad en las calles con mayor iluminación y vigilancia

Vecinos rechazan proyecto de segundo piso en Calzada de Tlalpan

Así luciría calzada flotante de Tlalpan

Diversos grupos vecinales manifestaron su rechazo a la construcción de un segundo piso sobre Calzada de Tlalpan, que de acuerdo con el anuncio del Gobierno capitalino se desarrollaría en el tramo de Taxqueña a San Antonio Abad.

La calzada flotante será un paseo elevado exclusivamente para peatones y bicicletas, planeado sobre la Línea 2 del Metro, que en una primera etapa cubriría el tramo entre Chabacano y Plaza Tlaxcoaque —donde las vías se vuelven subterráneas— conectando hacia el Centro Histórico.

No obstante, los opositores argumentan que la obra, presentada como un proyecto de modernización y mejora urbana, no resolverá los problemas de movilidad en la zona y, por el contrario, podría agravar las condiciones urbanas y sociales que enfrentan los habitantes de Tlalpan.

Entre los principales señalamientos destacan el deterioro del entorno urbano. Los inconformes señalan que infraestructuras similares, como las construidas en Periférico y Viaducto, han generado espacios poco iluminados y sin actividad comercial, lo que ha derivado en inseguridad, abandono de predios y cierre de negocios.

Otro de los puntos expuestos es el riesgo de que debajo de la nueva vialidad se propicien actividades delictivas, entre ellas comercio sexual y trata de personas, lo que afectaría principalmente a mujeres y niñas. Aseguran que estos factores incrementarían la percepción de inseguridad en la zona.

Respecto al impacto social, consideran que la obra podría detonar procesos de gentrificación, es decir, el desplazamiento de los habitantes actuales por desarrollos inmobiliarios de alto costo, reduciendo el valor de las propiedades originales y modificando la identidad de la comunidad.

También advierten que el proyecto carece de criterios de accesibilidad universal. Señalan que la Norma Oficial Mexicana NOM-004-SEDATU-2023 desaconseja la construcción de pasos a desnivel para peatones y ciclistas, al priorizar soluciones a nivel de calle que garanticen seguridad y accesibilidad a personas con discapacidad, adultos mayores y niños.

En cuanto a la movilidad, los opositores afirman que los segundos pisos no han reducido el tráfico en otras vialidades de la ciudad, sino que lo incrementan al favorecer el uso del automóvil. Además, cuestionan la propuesta de un “parque elevado”, al que califican de poco práctico por sus accesos y posibles barreras arquitectónicas.

Sobre el argumento de que la obra beneficiará a la Línea 2 del Metro, sostienen que la velocidad de los trenes no depende de la exposición a la lluvia, sino de problemas de mantenimiento, frenos y operación. En ese sentido, proponen invertir en nuevos trenes, sistemas modernos de control y mayor mantenimiento en lugar de edificar infraestructura vial.

Los vecinos también expresan preocupación por los costos de mantenimiento a largo plazo. Retoman como ejemplo el “Ecoducto” de Viaducto Miguel Alemán, el cual aseguran que se ha deteriorado con rapidez.

Finalmente, señalan riesgos ambientales y urbanos, al advertir que la obra no resolverá los problemas de contaminación y que podría detonar un crecimiento inmobiliario intensivo sin planeación adecuada.

Como alternativas, los inconformes plantean fortalecer el transporte público, mejorar la seguridad en las calles con mayor iluminación y vigilancia, así como fomentar proyectos urbanos responsables que prioricen a peatones y ciclistas.

Actualmente, se impulsa una petición ciudadana para detener la construcción del segundo piso en Tlalpan, bajo el lema “Calles para la gente, no para el abandono”

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