Al menos 36 personas murieron y más de 50 resultaron heridas este miércoles en un ataque de Israel contra la ciudad de Palmira, aledaña a las importantes ruinas del mismo nombre, declaradas Patrimonio de la Humanidad en el centro de Siria, informó la agencia de noticias siria SANA.
Según SANA, que cita a una fuente militar, el ataque se produjo a las 13:30 y destruyó varios edificios de la localidad, situada en la provincia de Homs.
La ONG Observatorio Sirio de Derechos Humanos, con sede en el Reino Unido y con una amplia red de colaboradores sobre el terreno, aseguró que el bombardeo tuvo como objetivo un almacén de armas situado cerca de una zona industrial en la que residen familiares de milicianos iraquíes y de otras nacionalidades no sirias apoyados por Irán.
Asimismo, el Observatorio, que sitúa el número de víctimas mortales en once, sostiene que cuatro de ellas eran milicianos extranjeros de grupos apoyados por Irán y los otros siete, combatientes sirios.
La sombra de Hezbolá
En las últimas semanas, Israel ha incrementado considerablemente sus ataques en territorio sirio, especialmente contra la capital, Damasco, y sus alrededores, además de la zona de Al Quseir, fronteriza con el Líbano y desde donde el Ejército israelí asegura que el grupo chií libanés Hezbolá transfiere armas.
Estos ataques han causado decenas de víctimas, entre ellas civiles, y según las fuerzas israelíes van dirigidos contra almacenes de armas de Hezbolá y altos cargos de grupos palestinos, aunque las autoridades denuncian que muchos de estos bombardeos han impactado directamente contra zonas residenciales.
Palmira, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1980, alberga las ruinas monumentales de una gran ciudad que fue uno de los centros culturales más importantes de la Antigüedad, sometida a la influencia de diversas civilizaciones, entre ellas la griega clásica, la romana y la persa, además de tradiciones autóctonas.