Ante la expectación creada entre la sociedad libanesa ante un inminente acuerdo de alto el fuego mediado por Estados Unidos, el grupo chiita Hezbolá exigió este miércoles que este acuerdo sólo será posible si los “agresores” respetan “la soberanía libanesa”, declaró el nuevo líder de la organización armada por Irán, Naim Qasem.
Qasem, que asumió el cargo hace menos de un mes tras el asesinato de su predecesor Hasán Nasrala, se expresó así en un discurso televisado en el que indicó que la organización trabaja tanto “en el campo de las negociaciones para una tregua como en el campo de batalla”, en donde no detendrá sus acciones mientras se espera un resultado en el campo diplomático.
“La ocupación (Israel) espera que puede obtener en un acuerdo lo que no puede obtener en el campo (de batalla), y eso no es posible. No nos pueden derrotar e imponernos condiciones”, dijo Qasem, cuyo discurso coincidió con la presencia en el país del mediador estadounidense para el conflicto en el Líbano, Amos Hochstein, quien afirmó que hay “más progresos” en las negociaciones de tregua entre las partes.
Alineados con el gobierno libanés
En un discurso desafiante, el clérigo chií apuntó que Hezbolá ya ha compartido sus comentarios sobre la propuesta de alto el fuego que se ha estado discutiendo en los últimos días con las autoridades libanesas y el primer ministro Nayib Mikati, e indicó que sus posiciones “están alineadas” en cuanto a rechazar algunas de las exigencias israelíes.
El líder de Hezbolá se refería así a la propuesta de tregua impulsada por los EE.UU que se está negociando y que si bien varios actores indican que está habiendo avances significativos, aún afronta varios obstáculos que han sido señalados por las autoridades libanesas.
Entre los puntos del borrador que no son aceptables tanto para Hezbolá como para el gobierno de Beirut está que se permita la “libertad de movimiento” de Israel en el país en caso de que se vea amenazado por Hezbolá en las zonas fronterizas o de violación de la resolución 1701 del Consejo de Seguridad de la ONU, que puso fin a la guerra de 2006 entre el Estado judío y el movimiento armado aliado de Irán.
Otra disputa es la creación de un mecanismo para supervisar la resolución 1701, que sería presidido por Estados Unidos.
Qasem indicó que las negociaciones de tregua tendrán éxito en función de la “respuesta de Israel y la seriedad de (Benjamín) Netanyahu”
“La resistencia tiene la capacidad de continuar a este ritmo por mucho tiempo (...) Israel no puede vencernos ni imponernos sus condiciones, somos hombres de campo de batalla y seguiremos allí”, dijo.
Subrayó que la milicia de Hezbolá “no trabaja para impedir que el Ejército israelí entre en Líbano”, sino para “matarlo” cuando este avance.
Agregó que la milicia ya ha dado ejemplo “excepcional” de ello en los enfrentamientos actuales, que, según dijo, habrían causado más de un centenar de muertos y un millar de heridos en las filas del Ejército israelí desde que éste iniciara sus incursiones en el Líbano.
Qasem indicó que ante el “enemigo brutal”, Hezbolá mantendrá a sus milicianos en el terreno “sin importar el costo”, sin especificar si finalmente entregará las armas al Ejército libanés en caso de acuerdo total de retirada, como estipula la Resolución 1701.