¿Qué es Groenlandia?
Si descontamos la islas continentales de Antártida y Australia, Groenlandia (Tierra Verde en danés) es la la mayor isla del planeta, con 2.1 millones de kilómetros cuadrados (más grande que México: 1.7 millones/Km2).
El territorio, una región autónoma bajo soberanía de Dinamarca, es también el menos poblado del mundo (56 mil personas), con la mitad de sus habitantes, los inuit (antes llamados esquimales) viviendo en su capital Nuuk, en el extremo sur de la isla, dado que el 80% de su superficie está helada, aunque es una de las zonas del planeta donde el calentamiento global hace estragos con mayor rapidez y donde más rápido está ocurriendo el deshielo.
¿Por qué ha pasado de ser un territorio inhóspito a uno muy codiciado?
Precisamente, por culpa del deshielo que está causando el cambio climático. Bajo el inmenso casquete polar se oculta un territorio rico en petróleo, gas, hierro y uranio, pero sobre todo en tierras raras, en total 17 elementos escasos en el resto del planeta, pero cuyas propiedades magnéticas y de alta conducción las hacen muy apreciadas para la fabricación de vehículos eléctricos, robots y computadoras de última generación.
China es el país con casi todas las reservas de tierras raras del mundo, lo que le da una ventaja clave en su lucha por destronar a EU en la hegemonía mundial.
Hay otro factor que convierte a Groenlandia en un punto geoestratégico de enorme valor: el deshielo del océano Ártico está abriendo una nueva ruta del comercio marítimo global.
Se prevé que la ruta Transpolar quede abierta en una década y reduciría el tiempo de viaje entre los grandes puertos asiáticos y Rusia con Europa del norte y la costa atlántica de EU en 14 días. en comparación con la vía actual pasando por el Canal de Suez.
¿Qué países han mostrado interés en Groenlandia?
Rusia lleva gran ventaja sobre el resto de potencias, gracias a que fue el presidente Vladimir Putin el primero en imaginar, hace una década y media, una ruta ártica que abriría mediante la construcción de potentes rompehielos nucleares. Cuanto más se debilite la capa de hielo más rápido podrá lograr abrir un canal marítimo para que lo crucen sus portacontenedores.
China, aunque no tiene territorio en la región ártica, sería uno de los países más interesados en controlar la nueva ruta comercial por el polo norte, ya que ahorraría miles de millones de dólares en costos del transporte de sus barcos contenedores con sus productos destinados a sus mayores compradores en EU y Europa. De hecho, los barcos que parte del puerto de Shanghai, el que mueve más contenedores del mundo, se ahorraría dos semanas en llegar al puerto de Rotterdam (el mayor de Europa y séptimo del mundo) si elige la ruta ártica, en vez de rodear Asia y cruzar el Mediterráneo a través del canal de Suez.
Parte de la alianza estratégica que sellaron Putin y el líder chino Xi Jinping es apostar por la futura “vía rusa ártica” para el paso de buques chinos, como ruta marítima estratégica de su ambiciosa Nueva Ruta de la Seda. A cambio, el líder ruso, aislado y sancionado por EU sus aliados europeos por la guerra de Ucrania, puede contar con todo el apoyo del gigante asiático, tanto económico como militar.
Sin embargo, ningún país ha llegado tan lejos en sus ambiciones por dominar el Ártico y Groenlandia, su puerta de acceso, como Estados Unidos. Siguiendo la tradición de los gobernantes de Washington de comprar territorios colindantes —compró Luisiana a Francia, Florida a España y Alaska a Rusia—, el presidente Harry S. Truman, ofreció a Dinamarca en 1946 un cheque de 100 millones de dólares en lingotes de oro (1,600 millones al cambio actual), al considerar a la gigantesca isla helada una “necesidad militar” para contener a la nueva superpotencia tras el fin de la Segunda Guerra Mundial: la Unión Soviética. En aquella ocasión, el pequeño reino europeo se negó a vender Groenlandia, que controla desde el siglo XVIII, tras la llegada en 1721 de una expedición comandada por el misionero Hans Egede.
Pero en esta ocasión, Trump no sólo baraja intentar comprar de nuevo la isla, sino que ha dado un salto mucho más peligroso, ya que no descarta el uso de la fuerza militar, si Dinamarca no le vende Groenlandia.
¿EU está maniobrando ya para quedarse con Groenlandia?
Este lunes, a una semana para que Trump jure por segunda vez como presidente, su aliados republicanos en la Cámara de Representantes se están movilizando para conseguir apoyo para un proyecto de ley que autorice al gobierno a comprar Groenlandia.
El proyecto de ley se denomina “Make Greenland Great Again Act”, informaron los líderes de la iniciativa Andy Ogles y Diana Harshbarger, y que cuenta ya con el apoyo de una decena de legisladores.
“Por la presente, el Congreso autoriza al presidente, a partir de las 12:01 p.m. del 20 de enero de 2025 (un minuto después de jurar el cargo), a tratar de entablar negociaciones con el Reino de Dinamarca para asegurar la adquisición de Groenlandia por parte de Estados Unidos”, dice el borrador del polémico proyecto de ley.
“A más tardar 5 días naturales después de alcanzar un acuerdo con el Reino de Dinamarca relativo a la adquisición de Groenlandia por parte de Estados Unidos, el presidente transmitirá a los comités correspondientes del Congreso el acuerdo, incluidos todos los materiales y anexos relacionados”, añade.
¿Qué opinan Copenhague y los habitantes de Groenlandia?
Dinamarca no oculta su nerviosismo por el desafío que enfrenta ante semejante desafío.
Mientras los republicanos se movilizan en el Congreso de EU, en Copenhague, la primera ministra danesa, Mette Frederiksen (izquierdista), recibió al primer ministro del territorio autónomo danés de Dinamarca. Tras la reunión, recordó en rueda de prensa que el gobierno y el parlamento danés concedió en 2029 a los habitantes de Groenlandia el derecho a la autodeterminación y declarar la independencia, pero no a unirse a otro país.
Al respecto, el líder groenlandés, quien recientemente pidió a los inuits “romper con los grilletes del colonialismo”, no despejó la gran incógnita: si abriría la puerta a convertir a Groenlandia en el estado 51 de EU.
Tras el insistente reclamo de los periodistas, Egede se limitó a decir: “Tenemos que negociar con Estados Unidos. Hemos iniciado un diálogo y empezado a explorar las posibilidades para cooperar con Trump”.
Sobre un posible uso de la fuerza, como amenazó Trump para obligar a Groenlandia a que se integre a EU, el líder inuit dijo que “fue preocupante escucharlo”, pero mostró su apoyo a una mayor cooperación en defensa, aprovechando que EU posee una base en el norte de la isla, en virtud de un acuerdo de defensa con Dinamarca firmado hace siete décadas y que incluye la posibilidad de aumentar la presencia militar de EU.
Lo que sí dejó claro el líder groenlandés es con qué país no sería aliado ni mucho menos se abriría a una posible anexión: Rusia.