
La independencia judicial en Estados Unidos (uno de los tres pilares de la democracia) está cada vez más en peligro por el acoso creciente del presidente Donald Trump contra los jueces federales.
Este martes, Trump tildó al juez James Boasberg, que ordenó sin éxito detener la reciente deportación de más de 200 venezolanos a El Salvador de “lunático de la izquierda radical” y pidió su destitución, además de afirmar que su gobierno simplemente está siguiendo el mandato de los votantes que lo eligieron en noviembre. Además, lo hizo poniendo ahora en duda la victoria electoral del expresidente Barack Obama, que lo nombró.
“Este juez lunático de la izquierda radical, un alborotador y agitador que fue tristemente designado por (el expresidente estadounidense) Barack Hussein Obama, no fue elegido presidente. No SE IMPUSO en el VOTO popular (¡por mucho!), no SE IMPUSO EN LOS SIETE ESTADOS BISAGRA, no SE IMPUSO en 2,750 contra 525 condados, ¡NO GANÓ NADA!”, escribió Trump en su red social Truth Social, quien exigió, además, que sea destituido.
Las duras palabras de Trump y su injerencia en el poder judicial, obligó al presidente de la Corte Suprema, John Roberts, a emitir un inusual comunicado contra el mandatario republicano.
“Durante más de dos siglos, se ha establecido que el proceso de destitución (impeachment, en inglés) no es una respuesta apropiada al desacuerdo relativo a una decisión judicial. El proceso normal de revisión en apelación existe para ese propósito”, aseguró Roberts en su reprimenda a Trump.
Todo comenzó después de que el presidente estadounidense invocara el sábado la ley de Enemigos Extranjeros de 1798, solo utilizada hasta ahora en tiempos de guerra, argumentando que EU estaba sufriendo una “invasión” de la banda criminal transnacional Tren de Aragua, aunque no presentó pruebas.
Trump la firmó en secreto el viernes y esta se hizo pública el sábado a las 16:20 hora local. Mientras Boasberg estudiaba en una audiencia su legalidad, despegaron desde Texas dos vuelos con destino a El Salvador, según una investigación de The Washington Post.
Según ese análisis, ese mismo día, a las 19:36 hora local, un tercer vuelo salió de Texas, apenas diez minutos después de que Boasberg ordenara, verbalmente y por escrito, que los aviones regresaran a EU hasta que se resolviera el litigio.
El movimiento de Roberts, que no suele emitir este tipo de comunicados, ha sido interpretado por la mayoría de analistas como una forma de frenar a Trump y a los suyos en sus peticiones de destituir a los jueces que fallan en su contra en un intento de seguir tensando los límites de la separación de poderes.
En 2018, el magistrado y el mandatario ya tuvieron un encontronazo después de que Trump atacase a un juez que dictó en contra de su política de asilo.
Además de las críticas a algunos jueces, los seguidores de Trump han atacado a la magistrada del Supremo Amy Coney Barrett, que fue nombrada miembro de ese tribunal por el republicano en 2020, después de que esta votara junto a Roberts y los jueces liberales en contra de una de las medidas de la Administración para congelar fondos para ayuda internacional (con información de EFE).