
La deuda pública mundial crecerá este año 2.8 puntos porcentuales, según el último Monitor Fiscal del Fondo Monetario Internacional (FMI), alcanzando un preocupante 95.1 % del Producto Interno Bruto (PIB) global.
Esta cifra representa casi el triple del incremento registrado entre 2023 y 2024. El informe, presentado este miércoles en el marco de las reuniones de primavera del FMI y el Banco Mundial en Washington, señala a la guerra comercial desatada por EU como uno de los principales factores de esta escalada.
El documento advierte que los efectos combinados del conflicto arancelario –que ha desacelerado el crecimiento económico global, elevado los costos de deuda en las principales economías y deteriorado las primas de riesgo en los países emergentes– podrían derivar en un escenario aún más sombrío.
De continuar esta tendencia, la deuda global podría superar el 117 % del PIB en 2027, un récord no visto desde la Segunda Guerra Mundial.
El FMI también señala que se anticipa un aumento en el gasto en defensa, especialmente en Europa, así como una reducción en la ayuda exterior, lo que tensionará aún más las cuentas públicas de numerosos países.
Llamado urgente a reformas fiscales
Durante la presentación del informe, el director del Departamento de Asuntos Fiscales del FMI, Victor Gaspar, urgió a los ministros de Finanzas a actuar “de forma urgente y decisiva”, destacando la enorme incertidumbre que hoy domina la política comercial. Según Gaspar, los gobiernos deben prepararse para reaccionar con agilidad ante posibles turbulencias.
La institución sugiere un enfoque doble: implementar ajustes fiscales graduales y creíbles a mediano plazo, y a la vez, fortalecer los “cortafuegos” ante la incertidumbre global.
Era Dabla-Norris, vicedirectora del área fiscal del FMI, subrayó que las reformas deben evitar la improvisación y seguir una hoja de ruta estratégica, pues “los cambios graduales tienen mayores probabilidades de éxito”.
Déficit en alza y foco en economías clave
El déficit fiscal global también se expandirá este año, del 5 % al 5.1 % del PIB, consolidando una tendencia al alza iniciada en la pandemia. Aunque el FMI anticipa una reducción gradual en los años siguientes, el ritmo de ajuste será desigual.
Las economías emergentes y de bajos ingresos, con menor margen fiscal, presentan una situación más delicada: su déficit se amplió tres décimas en 2024, y su deuda pública conjunta escaló al 69.5 % del PIB.
Las grandes economías también empujaron al alza los niveles globales. Francia y Brasil aumentaron su deuda en más de tres puntos, China en seis, mientras que Reino Unido y EU registraron subidas cercanas al punto porcentual.
El organismo recalca que los pasivos de Washington y Pekín continúan influyendo “de manera crítica” en el panorama fiscal mundial.
Para EU, el FMI proyecta una reducción del déficit al 6.5 % del PIB en 2025, aunque advierte sobre la incertidumbre ligada a posibles ajustes fiscales desde el Congreso.
En cuanto a China, el Fondo aplaude su decisión de elevar la edad de jubilación y sus planes fiscales expansivos, aunque prevé déficits por encima del 8 % hasta 2030, con una deuda pública que podría tocar el 116 % del PIB en cinco años, dependiendo de la evolución de su guerra comercial con EU.