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Los 133 cardenales que participan en el cónclave encerrados en la Capilla Sixtina vaticana han elegido este jueves un nuevo papa y lo han anunciado al mundo con la tradicional fumata blanca desde la chimenea. El humo salió a las 18:07 hora local el segundo día de cónclave, tal como ocurrió e en los dos últimos, cuando salieron elegidos Benedicto XVI y Francisco.
Dado que en el cónclave se vota cuatro veces al día, sumando la única que hubo ayer miércoles, la elección se ha producido presumiblemente en el cuarto escrutinio. El papa Francisco (Jorge Mario Bergoglio) fue elegido en 2013 en la quinta votación, Benedicto XVI (Joseph Razinger) a la cuarta y Juan Pablo II (Karol Wojtyla) en 1978 a la octava.
En el último siglo, las elecciones más largas fueron las de Pío XI (Ambrogio Damiano Achille Ratti) en 1922, con catorce escrutinios, y la de Juan XXIII (Angelo Giuseppe Roncalli) en 1958 con once.
¿Se impondrá un favorito?
Por la rapidez en la votación el nuevo papa podría ser uno de los favoritos, entre los que están tres italianos: Pietro Parolin, Meteo Zuppi o Pierbattista Pizzaballa. Los rumores hablaban de una caída del filipino Luis Antonio Tagle, y un ascenso en las quinielas del estadounidense Robert Prevost.
Pero podría saltar también la sorpresa y que salga un cardenal tapado (negociado entre cardenales en secreto).
En el Salón de Lágrimas
La fumata blanca anuncia no sólo que se ha elegido nuevo papa, sino que éste ha aceptado y debe encontrarse en el Salón de Lágrimas, llamado así porque se encierra al nuevo pontífice para que descargue sus sentimientos y emociones, por la misión que le espera al frente de 1,400 millones de católicos.
Allí mismo será investido con el nuevo ropaje papal, para lo que hay tres tallas.
En unos minutos saldrán al balcón para el anuncio “urbi et orbi”, a la ciudad y al mundo.