
La aventura de Elon Musk en la Casa Blanca llega a su fin. Elon Musk se despide de ustedes. El hombre más rico del mundo anunció este miércoles en su cuenta de X que deja definitivamente el encargo de adelgazar la administración, principalmente mediante despidos masivos de funcionarios, desde el creado para la ocasión Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE en inglés).
El adiós con sabor amargo llega un día después de que se publicara el avance de una entrevista en la que el magnate criticaba al presidente Donald Trump por su polémico plan fiscal, que según dijo (coincidiendo con la mayoría de analistas) disparará el déficit público.
En el extracto de la entrevista, Musk se dice decepcionado por “enorme gasto público” que, a su juicio, traerá la ley fiscal que tramitan los republicanos en el Congreso.
“Francamente, me decepcionó ver el enorme proyecto de ley de gastos, que aumenta el déficit presupuestario, no solo no lo reduce, sino que socava el trabajo que está realizando el equipo de DOGE”, declaró Musk en un fragmento del programa.
Pese a todo, Musk quiso agradecer al presidente, al que ayudó a ganar las elecciones con cientos de millones de dólares en donaciones: “Al finalizar mi mandato como Empleado Especial del Gobierno, quiero agradecer al presidente @realDonaldTrump la oportunidad de reducir el gasto innecesario”, escribió Musk en X.
Desde la noche de este miércoles
Un funcionario de La Casa Blanca confirmó después de ese mensaje que la salida de Musk de Washington tiene efectos desde “la noche del miércoles”.
El empresario entró en la Administración de Trump en calidad “empleado gubernamental especial”, un cargo creado por el Congreso en 1962 que permite al Gobierno o al poder legislativo contratar trabajadores temporales para tareas específicas con fecha de caducidad.
Entre las condiciones de sus contratos figura el límite de trabajar “por un máximo de 130 días en un período de 365 días [un año]”, según se puede leer en la web de la Oficina de Ética Gubernamental. El plazo terminaba para Musk el viernes próximo, si se empieza a contar desde el día de la toma de posesión del presidente.
La ley criticada por Musk es un proyecto de más de 1,000 páginas. Se llama, en un estilo característicamente trumpiano, la “gran y hermosa ley”. Incluye grandes rebajas de impuestos que no se verán compensadas con los recortes en sanidad y ayudas alimentarias que incorpora. Algunos análisis independientes calculan que contribuirá a aumentar la deuda en más de tres billones de dólares a lo largo de la próxima década. Y eso, por razones obvias, va en contra del espíritu del DOGE.
Este fin de semana, el magnate también había adelantado que pensaba dejar de lado la política, al relatar en X que estaba pasando todo su tiempo trabajando y durmiendo en “salas de conferencias, servidores y fábricas” y que quería estar “súper centrado en X, xAI y Tesla”.