
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, participará en la Cumbre del Grupo de los Siete (G7), que arranca este lunes en el complejo turístico Kananaskis Village, en la provincia canadiense de Alberta, donde sostendrá al día siguiente su primera reunión cara a cara con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, lo que está generado gran expectación por la enorme cantidad de asuntos en la agenda de ambos vecinos y socios comerciales.
Según la agenda oficial, el encuentro entre Sheinbaum y Trump se realizará el martes 17 de junio a las 15:40 horas, con una duración prevista de una hora. Esta reunión bilateral, la primera presencial entre ambos mandatarios tras siete conversaciones telefónicas previas, se perfila como uno de los momentos clave de la cumbre y de la relación bilateral.
Para Sheinbaum es su tercer viaje internacional desde que inició su mandato el pasado 1 de octubre, tras haber asistido previamente a la Cumbre del G20 en Brasil y a la Cumbre de la CELAC en Honduras. Pero se trata, sin duda, del viaje internacional más decisivo, puesto que se reunirá con la única persona que puede definir el rumbo de México a su capricho.
Solo en lo concerniente al intercambio comercial y pese a la amenaza de los aranceles, de enero a abril de 2025, las exportaciones mexicanas a EU alcanzaron 173,200 millones de dólares, un aumento del 14.1% respecto al mismo período de 2024.
Encuentro precedido por la polémica
El encuentro viene precedido por la polémica declaración de la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, quien se hizo eco de un bulo propagado por un influencer ultraconservador, en el que aseguraba que Sheinbaum estaba detrás de las protestas y los disturbios de inmigrantes de la semana pasada en Los Ángeles.
Si bien es cierto que Trump no reiteró públicamente la denuncia de Noem, tampoco la desmintió explícitamente, dejando en el aire una amenaza de la que se hizo eco este mismo fin de semana el experto en cárteles del narcotráfico, Ioane Grillo, quien en un artículo de opinión en The New York Times, advirtió del peligro de que el sector más ultra del trumpismo asocie a Sheinbaum con las protestas de inmigrantes, y sirva de excusa para una intervención militar estadounidenses en territorio mexicano.
En declaraciones previas al viaje, Sheinbaum adelantó que una de sus prioridades será defender los derechos de los migrantes mexicanos, enfatizando que “no son criminales, sino personas que contribuyen al crecimiento económico de Estados Unidos”.
“Se lo haremos saber también al presidente Trump: que las y los mexicanos que viven allá no son criminales, que migraron por necesidad y son parte ya de la vida de Estados Unidos”, declaró Sheinbaum el pasado viernes.
Remesas, fentanilo, aranceles…
La agenda bilateral a discutir llega también marcada por el chantaje arancelario de Trump a México y Canadá (acero, aluminio y automóviles), alegando que ninguno de los dos socios de EU en el T-MEC hacen lo suficiente para frenar en seco el tráfico de fentanilo.
Otra papa caliente entre las manos de Sheinbaum es el polémico plan presupuestario de Trump (pendiente de aprobación por el Senado) que contempla la imposición de impuesto a las remesas, lo que golpeará duramente la economía de miles de familias mexicanas.
Gesto canadiense
El viaje de Sheinbaum a Canadá —un gesto del gobierno del conservador Mark Carney, quien la invitó expresamente a participar en el G7— podría funcionar también para que ambos líderes sumen fuerzas contra el mandatario estadounidense más imprevisible.
El hecho de que el G7 se celebre en suelo canadiense es a priori una ventaja para Carney frente al proteccionismo y las ambiciones expansionistas de Trump. Cualquier atisbo de mención a una posible conversión de Canadá en el estado 51 de EU o de nuevas amenazas arancelarias, sería aprovechado por Carney y el resto de los líderes del G7 (el francés Emmanuel Macron, el británico Keir Starmer, el alemán Friedrich Merz, la italiana Giorgia Meloni y el japonés Fumio Kishida), además de la invitada Sheinbaum, para restregarle en la cara al republicano que todos rechazan el chantaje arancelario, todos apuestan por el multilateralismo y la cooperación comercial, y ninguno consentirá anexiones territoriales… ni incursiones militares unilaterales a un país que el resto considera amigo.
En cualquier caso, el primer cara a cara servirá para comprobar si Sheinbaum puede seguir manteniendo “la cabeza fría” ante la presencia de Trump, y también si el presidente estadounidense seguirá considerando a su homóloga mexicana “una mujer maravillosa”.