
La región latinoamericana se prepara para una transformación demográfica sin precedentes: en solo 25 años, una de cada cuatro personas será mayor de 60 años, advirtió el secretario ejecutivo de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), José Manuel Salazar-Xirinachs, en entrevista con EFE.
Actualmente, el 15 % de la población regional —unos 98 millones de personas— es adulta mayor. Para 2050, esa cifra se elevará a 183 millones, representando el 25 % del total.
En el grupo de mayores de 80 años, el salto será aún más drástico: de poco más de 10 millones a 37 millones, una cifra comparable a toda la población de Colombia.
“Vamos a llegar a tener cerca de 40 millones de mayores de 80 años. Esa es la población de Colombia”, subrayó Salazar-Xirinachs.
Los cuidados colapsarán
Este envejecimiento acelerado, explicó el titular de la Cepal, cambiará radicalmente las prioridades del desarrollo económico y social. La demanda de cuidados para personas mayores podría superar incluso a la atención que hoy se brinda a niños y adolescentes. Y el costo será inmenso.
“Estamos hablando de un fenómeno que va a impactar directamente en el desarrollo económico y social de nuestros países”, insistió, al tiempo que remarcó que la región carece de la infraestructura de cuidados adecuada para enfrentar el reto.
El tema será uno de los ejes de la próxima Conferencia Regional sobre la Mujer, a celebrarse del 12 al 15 de agosto en Ciudad de México, donde se pondrá sobre la mesa que el trabajo de cuidado no remunerado sigue recayendo de forma abrumadora en las mujeres: el 75 % de esas tareas son realizadas por ellas sin salario ni derechos.
Pese a la gravedad del panorama, Salazar-Xirinachs advirtió que el envejecimiento puede convertirse en una de las mayores oportunidades económicas si se hacen las inversiones necesarias.
“Si se hacen las inversiones necesarias en infraestructuras de cuidado, esta será una de las fuentes de empleo más dinámicas del futuro y de empleos de calidad”, afirmó. Añadió que esto podría también reducir la brecha de participación laboral entre hombres y mujeres, que hoy es de 22 puntos porcentuales en promedio en la región.
Cerrar esa brecha, dijo, significaría millones de mujeres ingresando al mercado laboral, con impactos directos en el crecimiento económico de los países. Además, el desarrollo de sistemas de cuidado integrados puede fortalecer sectores como la salud, la educación y el trabajo social.
Financiar cuidados como si fueran carreteras
Para el secretario de la Cepal, el gran escollo está en el financiamiento. Aunque reconoce avances en países como Brasil, Chile y México —que ya cuenta con un Ministerio de la Mujer y una ley que impulsa un sistema público de cuidados—, advierte que sin recursos reales, los marcos normativos quedarán en papel mojado.
“Las redes de cuidado, que son esenciales, sí tienen su costo”, afirmó. Por ello, adelantó que la Cepal ya trabaja con organismos como el Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe (CAF) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) para crear líneas de crédito específicas para políticas de cuidado, similares a las que ya existen para infraestructura.
“Así como hay préstamos para construir carreteras, puentes o escuelas, ¿por qué no tenerlos también para construir sistemas de cuidado?”, planteó.
La Conferencia Regional sobre la Mujer en agosto reunirá en Ciudad de México a más de 1,000 participantes en torno a una agenda que pone el cuidado en el centro: no solo como un derecho humano, sino como bien público y motor económico que puede transformar el futuro de América Latina.