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Al menos 20 muertos y medio centenar de heridos a manos de un terrorista suicida. “Atentan contra Siria”, el nuevo gobierno

El Estado Islámico resurge en Siria con una masacre en una iglesia de Damasco

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Oriente Medio Sangre en el suelo de la iglesia Mar Elias de Damasco, atacada este domingo por un terrorista suicida (MOHAMMED AL RIFAI/EFE)

El temor a una guerra civil sectaria entre musulmanes chiitas y sunitas, los kurdos y los cristianos, tras la caída en mayo del régimen de Bachar al Asad (chiita) se hizo evidente este domingo de la forma más mortífera, con la reaparición del grupo terrorista sunita Estado Islámico.

Al menos 20 civiles murieron y otros 52 resultaron heridos este domingo en un “ataque suicida” perpetrado por un supuesto miembro del EI contra la iglesia de Mar Elías, en la zona de Dweileh de Damasco.

El ministro del Interior, Anas Jattab, dijo que “un atacante suicida afiliado a la organización terrorista EI” entró en la iglesia, donde “abrió fuego e hizo detonar su chaleco explosivo”.

“Este acto criminal, que tuvo como objetivo a miembros de la comunidad cristiana, es un intento desesperado por socavar la coexistencia nacional y desestabilizar el país, y es una respuesta de los remanentes del terrorismo a los continuos logros del Estado y el liderazgo sirios, pero no detendrán los esfuerzos del Estado sirio por lograr la paz civil ni disuadirán a los sirios de optar por la unidad para enfrentar a quienes intentan socavar su estabilidad y seguridad”, declaró.

Las autoridades sirias han anunciado en los últimos meses el desmantelamiento de células y el arresto de varios integrantes de grupos terroristas como Estado Islámico, organización que fue derrotada territorialmente en Siria en 2019 pero que sigue presente en algunas zonas desérticas del país.

El Gobierno del presidente sirio Ahmed al Sharaa se ha comprometido desde el primer momento con el respeto a los derechos humanos y a las minorías, pese a que se han producido incidentes y matanzas de carácter sectario en los últimos meses que han puesto en duda las acciones de las nuevas autoridades que gobiernan Siria.

El primer ministro del Líbano, Nawaf Salam, también condenó el “atentado suicida” contra la iglesia, una acción que calificó de “atroz acto criminal” y que “busca sembrar la discordia y la división en el tejido nacional sirio”, de acuerdo con un comunicado difundido por su oficina.

Los ministerios de Exteriores de Jordania y Emiratos Árabes Unidos (EAU) se expresaron en los mismos términos y mostraron su solidaridad con las autoridades sirias para hacer frente a “toda forma de violencia y terrorismo que busque desestabilizar la seguridad y la estabilidad”.

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