
El director general del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), el argentino Rafael Grossi, dijo este domingo ante el Consejo de Seguridad de la ONU que “nadie, ni siquiera el OIEA, está en capacidad de confirmar los daños subterráneos” en el sitio de Fordó, la planta principal donde Irán produce uranio enriquecido y que está a más de 60 metros bajo una montaña..
En una sesión de emergencia ante el Consejo de Seguridad, solicitada por Irán tras los ataques perpetrados ayer por Estados Unidos contra tres plantas nucleares, Grossi subrayó que “los ataques armados contra sitios nucleares nunca deberían suceder (porque) pueden derivar en escapes radiactivos con graves consecuencias”.
Según el Pentágono, bombarderos estratégicos B-2 con bombas anti-búnker de gran tonelaje apuntaron a la fortaleza subterránea de Fordó, la principal planta de enriquecimiento de uranio de Irán, en un ataque que se completó con el lanzamiento de hasta 30 misiles Tomahawk desde submarinos contra Natanz e Isfahán.
El presidente Donald Trump y el jefe del Pentágo Pete Hegseth se felicitaron por la “destrucción total” del programa nuclear iraní.
“Son visibles grietas”
Grossi señaló que en la planta de Fordó son ahora visibles “grietas”, que confirman el uso de esas bombas anti-búnker de las que informó EU, pero insistió en que es imposible evaluar los daños causados en esa planta.
El director general del OIEA también reafirmó que en la planta de Isfahán “parece que han sido alcanzados los accesos a los túneles usados para el almacenamiento de material enriquecido”, además de algunos edificios relacionados, mientras que en la de Natanz la planta de enriquecimiento de combustible también fue atacada, pero no abundó en más detalles.
Resaltó que Irán ha informado a su organismo de que “no hay incremento de la radiación exterior” en ninguna de las tres plantas, lo que implicaría que las bombas estadounidenses habrían destruido centrifugadoras donde se enriquece el uranio.
Aunque se cuidó de criticar a Estados Unidos por su nombre, Grossi resaltó que “la escalada militar pone en peligro las vidas y retrasa cualquier solución diplomática para lograr una certeza a largo plazo de que Irán no logra un arma nuclear”.
Una vez más, se dijo listo para viajar de inmediato a Irán y comenzar negociaciones con todas las partes para garantizar la protección y seguridad de las plantas nucleares y el uso pacífico de la tecnología nuclear.
Amenazas a Grossi
Un destacado asesor del guía supremo de Irán lanzó una fuerte amenaza contra el jefe de la Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), el argentino Rafael Grossi, quien quedó en el centro de acusaciones cruzadas por su rol como inspector de las instalaciones nucleares iraníes.
“Una vez que termine la guerra, nos ocuparemos de Grossi”, dijo Ali Larijani, cercano al ayatolá Ali Jamenei, este sábado, antes del ataque lanzado por Estados Unidos sobre sus plantas.
Líderes iraníes culpan a las declaraciones de Grossi sobre el estado de su programa nuclear de provocar la ofensiva de Israel, a la que ayer se sumó Estados Unidos.
Horas antes de la sorpresiva ofensiva israelí hace diez días, de hecho, la junta de gobernadores del OIEA censuró a Irán por no cumplir con sus obligaciones nucleares por primera vez en 20 años, y llamó al régimen islámico a proporcionar respuestas “sin demora” sobre los rastros de uranio encontrados en varios lugares que no estaban declarados como instalaciones nucleares.