
Un informe preliminar clasificado de Estados Unidos señala que el bombardeo estadounidense de los sitios nucleares de Irán selló las entradas a dos de las instalaciones, pero no derrumbó sus edificios subterráneos, según publicó este martes en exclusiva The New York Times, basado en de funcionarios familiarizados con el asunto.
“Los primeros resultados concluyen que los ataques de Estados Unidos del fin de semana retrasaron el programa nuclear de Irán sólo unos pocos meses”, aseguraron los funcionarios, contradiciendo el triunfalismo del presidente Donald Trump, quien asegura que sus bombas antibúnker lograron desmantelar por completo el principal centro de enriquecimiento de uranio de Irán.
Antes del ataque, las agencias de inteligencia estadounidenses habían afirmado que si Irán intentaba apresurarse a fabricar una bomba, tardaría unos tres meses. Tras el bombardeo estadounidense y días de ataques de la Fuerza Aérea Israelí, el informe de la Agencia de Inteligencia de Defensa estimó que el programa se retrasó sólo menos de seis meses, y no para siempre, como dio a entender el presidente.
“Trump exageró”
Los hallazgos sugieren que la declaración del presidente Trump sobre la destrucción de las instalaciones nucleares de Irán fue exagerada, al menos según la evaluación inicial de daños. El Congreso debía recibir información sobre el ataque este martes, y se esperaba que los legisladores preguntaran sobre las conclusiones de la evaluación, pero la sesión se pospuso. Los senadores recibirán información el jueves.
El informe también indicó que gran parte de las reservas iraníes de uranio enriquecido se trasladaron antes de los ataques, que destruyeron una pequeña parte del material nuclear. Parte de este material podría haber sido trasladado a instalaciones nucleares secretas mantenidas por Irán.
Algunos funcionarios israelíes dijeron que también creen que Irán ha mantenido pequeñas instalaciones de enriquecimiento encubiertas que fueron construidas para que el gobierno iraní pudiera continuar con su programa nuclear en caso de un ataque a las instalaciones más grandes.
Los funcionarios advirtieron que el informe clasificado de cinco páginas es solo una evaluación inicial, y que se publicarán más a medida que se recopile más información y que Irán examine los tres sitios de Fordo, Natanz e Isfahán. Un funcionario afirmó que los informes que se habían mostrado a miembros de la administración eran “variables”, pero que aún se debían realizar más evaluaciones.
Pero el informe de la Agencia de Inteligencia de Defensa indica que los sitios no sufrieron tantos daños como algunos funcionarios de la administración esperaban, y que Irán conserva el control de casi todo su material nuclear, lo que significa que si decide fabricar un arma nuclear aún podría hacerlo con relativa rapidez.
Los funcionarios entrevistados para este artículo hablaron bajo condición de anonimato porque las conclusiones del informe siguen siendo clasificadas.
“Información totalmente errónea”
La Casa Blanca cuestionó la evaluación. Karoline Leavitt, portavoz de la Casa Blanca, la calificó de “totalmente errónea”.
“La filtración de esta supuesta evaluación es un claro intento de denigrar al presidente Trump y desacreditar a los valientes pilotos de combate que llevaron a cabo una misión impecable para aniquilar el programa nuclear iraní”, declaró. “Todos saben lo que ocurre cuando se lanzan 14 bombas de 13,600 kilos con precisión sobre sus objetivos: aniquilación total”.
Los ataques dañaron gravemente el sistema eléctrico de Fordo, ubicado en las profundidades de una montaña, para protegerlo de ataques, según informaron las autoridades. Se desconoce cuánto tiempo le tomará a Irán acceder a los edificios subterráneos, reparar los sistemas eléctricos y reinstalar el equipo trasladado.
Las evaluaciones iniciales de daños realizadas por Israel también han cuestionado la efectividad de los ataques. Funcionarios de defensa israelíes afirmaron haber recopilado pruebas de que las instalaciones subterráneas de Fordo no fueron destruidas.
Trump insisten en que los bombardeos B-2 y los ataques con misiles Tomahawk de la Marina “destruyeron” las tres instalaciones nucleares iraníes, una afirmación que el secretario de Defensa, Pete Hegseth, repitió en una conferencia de prensa en el Pentágono el domingo.
Pero el general Dan Caine, jefe del Estado Mayor Conjunto, ha sido más cuidadoso al describir los efectos del ataque.