
La madrugada del viernes, en el condado de Kerr, en la región montañosa de Texas, Estados Unidos, el río Guadalupe se desbordó lo cuál provocó que al menos 32 personas fallecieran, incluido niños, y más de 20 niñas continúan desaparecidas tras las intensas lluvias que arrasaron un campamento cristiano de verano.
Entre las personas rescatadas se encuentran dos jóvenes mexicanas de 19 años: Silvana Garza Valdez y María Paula Zárate, quienes lograron salvar a 20 niñas bajo su cuidado durante la emergencia.
Ambas compartieron su testimonio como sobrevivientes del desastre en Hill Country. María Paula narró que comenzó a llover alrededor de la una de la madrugada. La lluvia era tan fuerte que no podían dormir, y permanecieron todo el día refugiadas en las cabañas a la espera de información.
Por su parte, Silvana mencionó que a las 3 de la mañana se fue la luz en todo el campamento, lo que provocó que los ventiladores dejaran de funcionar. Posteriormente ellas apoyaron al menos a 20 niñas más pequeñas a resguardarse en cabañas más seguras alejadas de las crecientes de agua, incluso les escribieron sus nombres en los brazos y colocaron gafetes de identificación al cuidarlas toda la noche y mañana del día siguiente.
“Los vidrios temblaban con los truenos y los rayos eran luces muy intensas, era como una película, nunca había visto algo así”, dijo la joven sobreviviente.
No fue sino hasta la mañana siguiente que se les informó que les llevarían comida, ya que no había electricidad en el lugar. Las jóvenes mantuvieron entretenidas a las menores para evitar que se alteraran, mientras esperaban noticias de lo que sucedía.
Más tarde, fueron reunidas con otras compañeras (fuera del alcance de las niñas) para informarles que el campamento Guadalupe había sido declarado pérdida total.
Las sobrevivientes fueron trasladadas a un segundo campamento. Mientras comían en las cabañas, se les dijo que pronto comenzarían las evacuaciones, aunque estas no iniciaron hasta después de las 6 de la tarde.
Antes de evacuar, Silvana y María Paula escribieron su nombre en la piel tanto en ellas como en las menores, como medida de identificación en caso de emergencia.
Al momento de la cena, se confirmó finalmente la evacuación. “Es una situación horrible, algo muy feo”, señaló María Paula.
Asimismo, se enteraron de que 25 niñas seguían desaparecidas, aunque dos fueron localizadas a salvo en un campamento cercano.
“Gracias a Dios estábamos bien, y se pudo rescatar a la mayoría. Obviamente íbamos a rezar por las desaparecidas”, expresó Silvana.
“Yo pensé que estaba en un sueño, no creí que fuera real. Nunca entendí la gravedad del asunto hasta que salimos en los camiones de la Armada”, finalizó María Paula.