
La Asamblea Nacional de Venezuela (AN) de mayoría oficialista, denunció que la recompensa de 50 millones de dólares ofrecida por el Gobierno de Estados Unidos para obtener información que lleve a la captura del presidente Nicolás Maduro es un intento de “alentar a grupos extremistas” a retomar la violencia en el país.
En un comunicado leído por su presidente, Jorge Rodríguez, el Parlamento acusó a Washington de recurrir a “viejas fórmulas de injerencia” y “amenazas inútiles” que buscan desestabilizar la paz y el desarrollo de la nación.
La oferta fue anunciada el pasado jueves por la fiscal general estadounidense, Pam Bondi, quien acusó a Maduro de colaborar con organizaciones criminales como el Cártel de Sinaloa y el denominado Cártel de los Soles para traficar drogas y generar violencia en territorio estadounidense.
El documento parlamentario rechazó estas afirmaciones, calificándolas de “absurdas” e “ilegales”, y reafirmó el respaldo al mandatario, a quien definió como un “garante de la paz” y “líder firme del Estado de derecho”.
Jorge Rodríguez reafirmó el respaldo del parlamento a Nicolás Maduro frente a los ataques provenientes del gobierno estadounidense contra el presidente y el pueblo venezolano. pic.twitter.com/pp0sUqWmo4
— La Crónica de Hoy (@LaCronicaDeHoy) August 9, 2025
Rodríguez aseguró que la “unidad cívico-militar-policial” garantizará la defensa de la independencia nacional y la construcción de un país “próspero, justo y equitativo”.
El ministro de Defensa, Vladimir Padrino López, también criticó la medida, acusando a Bondi de actuar bajo órdenes del Partido Republicano y del expresidente Donald Trump.
Por su parte, el fiscal general venezolano, Tarek William Saab, calificó la recompensa como una “violación flagrante del derecho internacional” y una “intromisión grosera” en los asuntos internos de un Estado soberano.
Desde la oposición, el partido Primero Justicia sostuvo que “la justicia alcanza incluso a quienes se creyeron impunes”, refiriéndose a la medida anunciada por Washington.
La tensión entre Caracas y Washington se intensifica en medio de un escenario político ya marcado por sanciones económicas, acusaciones cruzadas y un prolongado estancamiento en el diálogo político.