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Atraca en Puerto España el acorazado Gravely, mientras navega hacia el Caribe el portaaviones Gerald Ford

Venezuela acusa a Trinidad y Tobago de convertirse en “colonia militar de EU” y en su portaaviones de guerra

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Tensión bélica Jóvenes venezolanos protestan este lunse ante Embajada de EEUU en Caracas contra de una intervención militar (Ronald Peña R)

Los tambores de guerra no cesan en el mar del Caribe y lleva a su punto más bajo las relaciones entre Venezuela y el vecino archipiélago de Trinidad y Tobago.

Este lunes, la vicepresidenta de Venezuela, Delcy Rodríguez, acusó a la primera ministra de Trinidad y Tobago, Kamla Persad-Bissessar, de ofrecer su territorio para un plan de guerra contra Venezuela, luego de la llegada a la isla del destructor de la Armada estadounidense USS Gravely, con la excusa de ejercicios militares conjuntos.

“La primera ministra de Trinidad y Tobago decidió convertir el territorio de este hermano país en un portaaviones de Estados Unidos, en una colonia militar de los Estados Unidos para prestarse al plan guerrerista (sic) contra Venezuela. Es una guerra por el petróleo y por el gas”, manifestó la también ministra de Hidrocarburos.

En una transmisión del canal estatal Venezolana de Televisión (VTV), Rodríguez aseguró que Persad-Bissessar, tras su llegada al poder, declaró la “guerra a Venezuela” y “en una actitud hostil” se ha “sumado a un plan guerrerista del Gobierno de Estados Unidos”.

Este domingo, Venezuela denunció una “provocación militar” por parte de Trinidad y Tobago “en coordinación” la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de Estados Unidos para “instalar una guerra” en el Caribe, región donde el país norteamericano mantiene un despliegue naval considerado por Caracas como una amenaza para propiciar un “cambio de régimen”.

En un comunicado, el Ejecutivo de Nicolás Maduro alertó sobre “la peligrosa realización de ‘ejercicios militares’ por parte del Gobierno de Trinidad y Tobago entre el 26 y 30 del presente mes, bajo coordinación, financiamiento y control del Comando Sur” de EE.UU., en el país insular.

El Gobierno venezolano informó, igualmente, sobre la detención de “un grupo mercenario con información directa” de la CIA, con lo que, aseguró, se pudo “determinar que está en curso un ataque de falsa bandera desde aguas limítrofes con Trinidad y Tobago o desde el propio territorio trinitense o venezolano”, y que tiene el objetivo, advirtió, de buscar una excusa para generar “un enfrentamiento militar”.

Del Adriático al Caribe

El portaaviones USS Gerald Ford, el más moderno e importante de la flota estadounidense, ya se encuentra de camino desde el puerto croata de Split, en el mar Adriático, y podría estar en una semana cerca de las costas venezolanas.

En las últimas semanas, el Ejército estadounidense ha reportado ataques contra alrededor de una decena de pequeñas lanchas aparentemente cargadas con drogas en el mar Caribe y en el Pacífico, cerca de Venezuela y Colombia, lo que ha disparado la tensión con esos países, que denuncian ejecuciones extrajudiciales.

El anuncio del Pentágono eleva la tensión entre EE.UU. y Venezuela, ya que antes del portaaviones Washington desplegó un gran contingente bajo la premisa de combatir el narcotráfico. Esta decisión se hizo pública después de que el presidente, Donald Trump, ordenara a la CIA llevar a cabo operaciones encubiertas dentro del país.

Sobre la intención de Trump con respecto a sus intenciones, al ordenar que su mayor portaaviones se dirija al Caribe, Stephen Biddle, investigador para política de defensa en el think tank Council on Foreign Relations (CFR), niega que el desplazamiento “predetermine un ataque” en la zona en el futuro, pero tampoco puede descartar que esto ocurra.

“La Administración Trump es muy difícil de predecir en cuestiones como esta. Quizás su intención sea derrocar el régimen de Maduro y no se detendrán hasta conseguirlo. O quizás estén tratando de intimidar al ejército venezolano para que fomente un golpe de Estado. O quizás todo esto sea solo bravuconería y no pase nada. Por ahora es imposible saberlo”, declaró.

Hershberg cree sin duda que el objetivo de este movimiento es “en primer lugar performático” pero descarta una acción militar inminente.

“El traslado masivo de activos militares estadounidenses al Caribe forma claramente parte de una estrategia para forzar divisiones dentro del régimen venezolano con la esperanza de que ello dé lugar a un golpe interno contra el presidente Maduro. Si eso no funciona, es posible que el Pentágono se aventure a emprender una acción militar para decapitar el régimen e intentar instalar un gobierno liderado por la oposición antichavista”, afirma el profesor.

El despliegue naval estadounidense en el Caribe -en el que se incluyen buques militares, un submarino, un destructor y aviones de combate, además del grupo de ataque del Gerald Ford- ya es el más grande desde la invasión de Panamá en 1989.

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